Navidad en Filipinas en tiempos de Duterte y COVID-19

Captura de pantalla de imágenes del segundo día de la Misa del Gallo, o Simbang Gabi, la tradicional misa devocional de nueve días por Navidad, en la iglesia de Quiapo, ciudad de Manila.

Como en la mayor parte del mundo en 2020, la pandemia COVID-19 transformó cómo se celebra la Navidad en Filipinas, país predominantemente católico.

En medio de los temores de una nueva oleada de transmisiones durante las festividades navideñas, el gobierno de Rodrigo Duterte siguió manteniendo al país bajo cuarentena, ya una de las más largas del mundo. Se han desalentado las reuniones familiares, de religiosas y hasta se prohibió la celebración de las fiestas navideñas.

Por otro lado, las autoridades han relajado algunas restricciones y han animado a la gente a salir de casa para ayudar a reactivar la economía. El Gobierno ha permitido la reapertura de grandes centros comerciales, restaurantes y salones de belleza, y ha empezado a promover el turismo local.

Mientras Duterte culpa a los llamados «pasaways», o indisciplinados filipinos, de los problemas del país relacionados a la pandemia para justificar la aplicación de medidas coercitivas como la prohibición de manifestaciones y detención masiva de manifestantes, el Secretario de Finanzas, Carlos Dominguez II, también culpó a los consumidores por la reducción de gastos por temor al virus.

Al esbozar una respuesta alternativa a la pandemia, la iniciativa popular «Respuesta Urgente para Terminar con COVID-19 de los Ciudadanos (CURE Covid en inglés), resumió el problema de la «respuesta chapucera a la pandemia» del gobierno de Duterte:

It is becoming clear that COVID-19 is going to be a prolonged health crisis triggering an unprecedented economic slowdown and the heightening of social tensions. The pandemic has become so destructive not only because of the government’s inadequate, haphazard, and delayed response, but also due to the long-running neglect of the health care system coupled with glaring socioeconomic inequalities. There is also growing evidence that the emergence of coronaviruses is linked to environmental degradation. Sadly, too, we see how the pandemic is used to justify more repressive measures against our people.

Cada vez está más claro que el COVID-19 va a ser una crisis sanitaria prolongada que desencadenará una desaceleración económica sin precedentes y el aumento de tensiones sociales. La pandemia se ha vuelto muy destructiva por la respuesta inadecuada, aleatoria y tardía del Gobierno, y también por el prolongado descuido del sistema de atención de la salud, unido a las flagrantes desigualdades socioeconómicas. También hay cada vez más pruebas de que la aparición de los coronavirus está vinculada a la degradación del ambiente. Lamentablemente, también vemos cómo la pandemia se utiliza para justificar más medidas represivas contra nuestro pueblo.

Los datos del Departamento de Salud mostraron que el total de casos de COVID-19 en el país alcanzó los 471 526 mientras las muertes eran 9162 al 29 de diciembre 2020. Filipinas es el octavo país con el mayor número de casos en Asia.

Los principales medios han reforzado en gran medida la narrativa de la «falta de disciplina» de Duterte al poner su mirada en las multitudes que acuden a los bazares de compras en busca de regalos asequibles, al tiempo que pasan por alto la falta de sistemas adecuados para controlar el hacinamiento en medio de la pandemia.

MIRA: Divisoria, Manila en la Nochebuena.

Una grabación del recordatorio del Departamento de la Policia de Manila de los protocoles de salud y seguridad se reproduce a lo largo de la Calle Ilaya en Divisora. Pese a ese recordatorio constante, aquí la distancia social parece imposible.
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Video de la Calle Ilaya en Divisoria.

Como para subrayar la falta de una respuesta clara a la pandemia por las prisas navideñas, el secretario de Salud, Francisco Duque III, ha estado ocupado tomándose fotografías mientras inspeccionaba personalmente la distancia física entre los compradores con una regla en centros comerciales de la capital nacional.

El secretario de Salud, Francisco Duque, llega a BGC, a Taguig, para inspeccionar los establecimientos sobre el cumplimento de los protocolos de seguridad COVID-19 |vía @InaReformina).
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El secretario Duque está ocupado en tomarse fotografías con una regla para medidas de distanciamiento social, mientras que el resto del mundo está ocupado vacunando a su gente. Hablando de planificación estratégica y pensamiento a gran escala. Por eso tenemos el confinamiento más largo del mundo.

El doctor Tony Leachon, exasesor especial del Grupo de Trabajo Nacional sobre COVID-19 de Duterte, se vio obligado a dimitir cuando criticó públicamente al Gobierno por las lagunas que vio en la comunicación de riesgos, la gestión de datos y los planes de respuesta a la pandemia de las autoridades sanitarias. Según se informa, también recibió insultos de Duterte por cuestionar la eficacia de la vacuna china que el Gobierno está promoviendo como remedio para los efectos del coronavirus del país.

La Policía, que aplica uno de los regímenes de confinamiento más estrictos del mundo, ha sido objeto de condenas por el duro trato que da a la gente común y corriente, que incluyen amenazas de golpear a los infractores de los protocolos con «yantok», o palos de caña, al mismo tiempo que condona las violaciones cometidas por los funcionarios gubernamentales.

Además, atrajo las críticas de los internautas cuando comenzó las operaciones de detenciones falsas llamadas «arestoaguinaldo» en la ciudad de Cebú. Los policías presentaron ordenes de detención falsas a personas desprevenidas y las metieron en vehículos policiales antes de darles regalos de Navidad «sorpresa». La broma de la Policía es un juego sobre la tradición navideña «aguinaldo» que consiste en dar regalos a los niños.

De: @sunstarcebu en Facebook:
El martes, la Policía nacional y la fuerza aérea de Filipinas «detuvieron» a dos trabajadores de una cadena de comida rápida en lo que la Policía describió como «broma navideña». La Policía falsifica una orden de detención.
Si pueden producir ordenes de detención falsas, entonces no me sorprendería si pueden crear una orden de detención falsa para encarcelar a gente inocente y activistas.

De: @sunstarcebu en Facebook:

El martes, la Policía nacional y la fuerza aérea de Filipinas «detuvieron» a dos trabajadores de una cadena de comida rápida, en lo que la Policía describió como una «broma navideña». La policía falsifica una orden de detención.

Fuente: @SCPh_PIO @nuplphilippines
Fuente: https://t.co/Pak3gR02Zr?amp=1

Las ordenes de detención no son una broma. La aplicación de la ley es una práctica seria.  Pero bajo el mando del mayor payaso del circo, la legitimidad de muchas de sus prácticas se ha convertido en una broma. Pero las bromas de los poderosos no son motivo de risa, son peligrosas.

Tradicionalmente, la temporada navideña en Filipinas es una de las más largas del mundo, con promociones y venta de adornos navideños desde septiembre. En 2020, no hubo una señal del comienzo de la tradicional temporada de fiestas, con la prohibición de los villancicos de Navidad que suelen hacer los coros de puerta en puerta y los niños del vecindario piden regalos en efectivo a los oyentes.

El Gobierno nacional dejó que los Gobiernos locales decidieran si celebraban o no la tradicional Simbang Gabi, o Misa del Gallo, la serie de nueve días de misas en la madrugada que se celebran del 16 al 24 de diciembre. Los informes de prensa muestran a devotos cristianos que cumplían los protocolos sanitarios y las medidas de distanciamiento social mientras asistían a la misa.

Superdistanciados socilamente en la Simbang Gabi en el campo de fútbol de Xavier. ?

9/9 — ¡Simbang Gabi completado! Ha sido un año duro pero Dios es bueno? ¡2021 ilumina el mundo con Amor, Felicidad, Satisfacción y Alegría en la Vida! ❤ Gracias por todo, Padre. ?❤

Además, hubo informes de hacinamiento en algunas iglesias en la ciudad de Cebú el primer día de la misa. Los funcionarios de la cuidad afirman que los esfuerzos de control de multitudes fueron exitosos en general después de las dificultades durante los tres primeros días de la Misa de Gallo en Cebú. Sin embargo, plantearon también dudas sobre la prudencia de permitir grandes reuniones religiosas en una pandemia.

MIRA: La gente se reunió en las afueras de la Iglesia de Santo Tomás de Villanueva en Población-Pardo, en la ciudad de Cebú, durante la primera Misa del Gallo de este año. Cortesía de Joworski Alipon (foto: Consejero Dave Tumulak).

MIRA: Misa del Gallo, día 1 – Basílica Minore del Santo Niño en la ciudad de Cebú| vía Aldo Banaynal.

Debido a las restricciones de viaje y a los temores por el virus, muchos trabajadores filipinos contratados en el extranjero tampoco pudieron volver a casa por Navidad, y muchos optaron por utilizar aplicaciones de videollamadas y teleconferencias para compensar su ausencia física.

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