Las tensiones políticas entre Guayana y Venezuela están convirtiéndose en una larga disputa territorial sobre una zona que comprende dos tercios del más pequeño país angloparlante de América Latina. La zona en cuestión es la provincia del Esequibo, rica en recursos, donde el gigante energético ExxonMobil empezó una exploración petrolífera en 2008. Recientemente, la compañía descubrió importantes reservas de petróleo y gas en Guayana, que pone al país en el umbral de la bonanza económica.
El 9 de enero, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció que «reconquistaría» la provincia situada al oeste del rio Esequibo de Guayana. Aunque la riqueza de la zona incluye oro, diamantes y madera, la atención de Venezuela está puesta en altamar, donde está el enorme yacimiento petrolífero Liza de ExxonMobil, que, según estima la propia compañía, producirá unos 120 000 barriles de petróleo al día. En su descripción general del proyecto, ExxonMobil describe la zona como parte del Bloque Stabroek, y la llama el «primer yacimiento petrolífero importante en altamar de Guayana».
El descubrimiento de los yacimientos de petróleo y gas en Guayana hizo que el país se convirtiera en el recién llegado a la industria energética mundial. Tengamos en cuenta que en ese sector, Venezuela es un protagonista histórico. Pese a que Venezuela cuenta con las mayores reservas de petróleo en el mundo, con más de 30o 000 millones de barriles, la nación ha estado al borde de un colapso socioeconómico durante los últimos años. Esa crisis se agudizó en 2017, después de que el Tribunal Superior de Justicia del país invalidara su Asamblea Nacional.
En 2019, el presidente Maduro ordenó que se acusara de traición al líder opositor Juan Guaidó, por presuntamente haber renunciado al reclamo de Venezuela sobre la provincia de Esequibo. La nueva presión de Venezuela sigue a la inauguración de una nueva Asamblea Nacional a favor de Maduro el 5 de enero, cuya legitimidad cuestiona la oposición.
Mientras tanto, Irfaan Ali, presidente de Guayana, calificó la reivindicación de Maduro como «una nulidad legal», y señaló:
I remind that sovereignty over this coast, and the land territory to which it is attached, were awarded to Guyana (then British Guiana) in the 1899 Arbitral Award, whose validity and legally binding character Guyana is confident the International Court of Justice (ICJ) will uphold unequivocally.
Recuerdo que la soberanía sobre esta costa y el territorio al que está adscrita se concedió a Guayana (antiguamente Guayana Británica) en el laudo arbitral de 1899, cuya validez y carácter jurídicamente vinculante Guyana confía que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) defienda inequívocamente.
Tras los ejercicios conjuntos de la Guardia Costera de Estados Unidos y Guyana del 8 de enero, el almirante Craig Falles, capitán de fragata del Comando Sur de Estados Unidos, llegó a Guayana el 11 de enero para una visita de tres días. Esto indica que el interés del gobierno saliente de Trump está firmemente alineado con Guayana.
Venezuela, alguna vez un importante afiliado, ha tenido una relación conflictiva con Estados Unidos desde la elección del presidente socialista Hugo Chávez en 1998. En 2018, el Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que la participación de Estados Unidos en la disputa equivalía a una «interferencia».
Sarah-Ann Lynch, embajadora de Estados Unidos en Guayana, aboga por una resolución pacífica y legal de la controversia:
The United States has long called for a legal peaceful resolution to Guyana’s border controversy with Venezuela and we reiterate that call today. https://t.co/rxgJEVfrtw
— Ambassador Lynch (@USAmbGuyana) January 10, 2021
Estados Unidos apoya a la decisión del Tribunal Internacional de Justicia de diciembre de 2018, que tiene jurisdicción sobre la cuestión de la disputa territorial entre Guayana y Venezuela, que es el camino pacífico y legal a seguir.
Las reivindicaciones agresivas de Maduro no cambiarán la sentencia, solamente mostrarán al mundo su menosprecio hacía sus vecinos y la ley internacional.
——
Desde hace mucho tiempo, Estados Unidos está pidiendo una resolución pacífica y legal de la controversia fronteriza entre Guayana y Venezuela. Hoy, reiteramos este llamamiento.
La cuestión se llevó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), principal brazo jurídico de Naciones Unidas, en junio de 2020. Venezuela se negó rotundamente a participar en el procedimiento, y prefirió el camino de las conversaciones bilaterales.
Según se informa, el ministro Jorge Rodríguez, que reemplazó Guaidó en la Asamblea Nacional venezolana, acusó a la oposición de coludirse con la Corte Internacional de Justicia para pronunciarse en favor de Guayana en la disputa fronteriza.
A pesar de que ExxonMobil ha intentado llevar a cabo su trabajo con normalidad, ha habido varios incidentes en que los buques de la Marina venezolana han interceptado sus buques y los han alejado de la zona, pues afirman que no estaban dentro la jurisdicción de Guayana.
La Comunidad del Caribe (CARICOM) ya había manifestado su compromiso de «asistir a Venezuela y a Guayana en la disputa», y dejado claro que preferiría una «resolución pacífica» al impasse. El nuevo presidente de CARICOM, el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, presidió una reunión virtual de los Estados miembros el 12 de enero, pero no ha quedado claro si la disputa territorial estuvo en la agenda.