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¿Qué mueve a «J-Anon», homólogo japonés de QAnon?

Categorías: Asia Oriental, Japón, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política, Religión
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Manifestación en apoyo a la reelección del presidente Donald Trump (「トランプ米大統領再選支持」デモの様子) en Osaka, 20 de diciembre de 2020 [1]. Captura del canal de Kasahara Yoshihisa en YouTube [2]. Video de uso libre [3].

En las grandes ciudades de Japón se han producido manifestaciones muy bien organizadas en apoyo de Trump que forman parte del floreciente movimiento J-Anon (QAnon en Japón).

En una serie de tuits [4], Jeffrey Hall, profesor de la universidad de Waseda especializado en políticas conservadoras, documentó una manifestación relativamente numerosa [5] en favor de Trump con el tema «basta de robos [6]» que se llevó a cabo el 6 de enero en Tokio. Horas antes, al otro lado del mundo, los partidarios del presidente saliente habían invadido violentamente el edificio del Capitolio en Washington DC.

En este momento se lleva a cabo en Tokio una marcha «basta de robos» en favor de Trump. Horas antes de que la marcha del 6 de enero comience en Estados Unidos, esta gente celebra su propio evento en apoyo a la reivindicación de que fue Trump quien realmente ganó las elecciones de 2020.

Y a mediados de diciembre, Shayan Sardarizadeh, periodista de la BBC que informa sobre teorías de la conspiración, difundió videos de otra manifestación en favor de Trump en Osaka, y señaló el crecimiento que ha tenido en Japón el fenómeno QAnon (teoría conspiranoica «colaborativa [9]» según la cual, Donald Trump lucha contra fuerzas oscuras, que incluyen una red pedófila).

QAnon parece estar creciendo cada vez más en Japón.

Hoy ha habido una manifestación «basta de robos» en apoyo de Trump en Osaka y allí había miembros del equipo «QArmyJapanFlynn».

Hasta que los medios sociales impusieron medidas de control tras los disturbios del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos, los grupos QAnon japoneses se habían conectado [12] con etiquetas como #J-Anon (#Jアノン [13]) y #QArmyJapanFlynn [14], en referencia a Michael Flynn [15], consejero de seguridad nacional caído en desgracia y figura clave de QAnon.

A pesar de las múltiples medidas que ha tomado la plataforma contra QAnon desde 2020 —incluida la reciente eliminación de más de 700 00 cuentas relacionadas con el movimiento—, el 13 de enero de 2020, ambas etiquetas seguían activas.

Y en cuanto a por qué QAnon se ha hecho tan popular en Japón, como demuestran las manifestaciones celebradas en varias ciudades desde las elecciones estadounidenses de noviembre de 2020, se cree que el trastorno social [16] causado por el terremoto, tsunami y desastre nuclear de 2011, y la pandemia de COVID-19, han hecho que algunos japoneses se muestren más receptivos a las teorías de la conspiración que les explican cuándo todo empezó a ir mal.

En un artículo [17] publicado en diciembre de 2020 en Harbour Business Online, el periodista y activista Ogesa Taro [18] señala que el apoyo a Trump en Japón viene de un ecosistema simbiótico establecido de grupos de extrema derecha, ultranacionalistas y anticomunistas con una prominente presencia en los medios sociales.

Ogesa también dice que el apoyo a Trump puede venir de todo el espectro político japonés: los activistas contra la base de Okinawa, por ejemplo, podrían haber apoyado inicialmente al presidente saliente, con la creencia de que retiraría a las fuerzas estadounidenses del país.

Según Ogesa, los defensores de los derechos humanos en China, como Democracy en Hong Kong, o los contrarios a la persecución de la minoría uigur, también podrían haber visto un salvador en Trump.

Añade que el apoyo a Trump también llega de credos y movimientos religiosos marginales. Esas «nuevas religiones [19]» (新興宗教), en ocasiones consideradas sectas, tienen una rica historia y una presencia continua en Japón, y se remontan a la época de agitación social y la mitigación de las restricciones sobre la actividad religiosa después del cataclísmico final del shogunato [20] en 1867.

La devastación de la guerra y la subsecuente expansión de las libertades personales tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial propiciaron el crecimiento y renovación de diversos movimientos religiosos.

La más infame de estas religiones residuales de la posguerra fue la secta apocalíptica Aum [21] de la década de 1990. El grupo Aum está liderado por Asahara Shoko [22], y perpetró una serie de asesinatos selectivos, atentados con bomba y otras actividades delictivas antes de liberar gas sarín en el metro de Tokio en marzo de 1995, con el resultado de 13 personas muertas [23] y al menos a otras 5500 heridas.

Sarah Hightower, investigadora independiente que estudia los movimientos terroristas nacionales señala que Aum, como QAnon, tuvo bastante éxito al reclutar acólitos:

Aum reclutó a un astrofísico que por puro entretenimiento estudiaba la emisión radiactiva de las estrellas de neutrones, y en menos de un año estaba deseando matar bebés porque creía que el anime y las historias de Asimov eran reales y querían matar a Asahara.

Se estima que en 1995, Aum contaba con 65 000 [25] miembros en Japón y en todo el mundo, de los cuales, entre 30 000 y 50 000 se encontraban en Rusia. Antes de los ataques, Aum intervino en varias operaciones comerciales en Japón, y vendió drogas y armas [26] en numerosos países.

¿Se suman las sectas japonesas a J-Anon?

Jeffrey Hall, de la universidad de Waseda, que filmó las nutridas y organizadas marchas de Tokio el 6 de enero, también detectó la participación de grupos religiosos marginales, como la Iglesia del Santuario (también conocida como Santuario de la Unificación y la Paz Mundial [27]), Falun Gong y Happy Science [28] (幸福の科学), este último es una secta con su propio partido político en Japón.

Falum Gong, movimiento religioso internacional prohibido y perseguido [29] en China continental, dirige Epoch Times, [30] periódico anticomunista y cada vez más favorable a Trump [31]. Falun Gong ha participado o ayudado a organizar otras manifestaciones a favor de Trump en todo el mundo, por ejemplo, en Taiwán [32].

Apoyo a Trump desde Japón, 0106.
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¿Quiénes son? Los partidarios de Trump afiliados a varios grupos religiosos como Happy Science, la Iglesia del Santuario y Falum Gong, parecen haber estado difundiendo información sobre esta marcha en japonés. Aunque es en un día laborable, la asistencia es considerable.

Fujikura Yoshiro [35], investigador que estudia los grupos religiosos minoritarios de Japón en su blog Almost Daily Cult News [36], señaló en Twitter [37] que había observado a numerosos miembros destacados de Happy Science en distintas manifestaciones a favor de Trump en el distrito Hibiya de Tokio el 5 de enero, manifestaciones que según sus estimaciones [38], convocaron entre mil y 2000 personas:

Una manifestación a favor del presidente Donald Trump se dirigió ayer de Hibiya a Ginza. Estaba patrocinada por el grupo «Partidarios de Trump en Japón» de Happy Science y el grupo «Cambiar Japón» también de Happy Science. La marcha también parece haber sido copatrocinada por Nuevo Estado Federal de China [41] [grupo vinculado al estratega de Trump, Steve Bannon] y por «Formación de Apoyo a la Reelección del Presidente Trump / Comité Ejecutivo de Manifestaciones [42]«.

Fujikura señala que, aparentemente, distintos grupos colaboraban juntos como una especie de equipo «J-Anon estelar [38]«, todos unidos por su apoyo a Trump.

Y en una conversación [43] en Twitter con el erudito y especialista en religiones Levi McLaughlin [44] sobre qué grupos dirigen el movimiento en favor de Trump en Japón, Norichika Horie sugiere [43] que los grupos a favor de Trump incluyen diversos grupos religiosos.

Es posible que estos grupos estén usando el entusiasmo y la energía generada por el presidente saliente para atraer nuevos seguidores y generar ingresos.

Happiness Realization Party

Afiche del Partido de la Realización de la Felicidad (幸福実現党) en un cobertizo de Tsuruga, Fukui. El PRF es el brazo político del grupo religioso Happy Science. Foto de Nevin Thompson.

Thoton Akimoto [45], programador de software y periodista que informa y difunde historias regularmente en Twitter, teme que no haya suficiente gente que recuerde que los movimientos de extrema derecha pueden convertirse muy rápidamente en sectas [46], y el daño que estas sectas pueden hacer.

Según Thoton, es necesario vigilar a estos grupos japoneses favorables a Trump:

Hay un dicho, «la secta viene por ti justo cuando has dejado de prestar atención». No, no existe ese dicho, me lo acabo de inventar. Pero es cierto. Tenemos que vigilar con atención el comportamiento de los partidarios de Trump en Japón y en Estados Unidos que niegan los resultados de las elecciones estadounidenses.