Nepali Times, importante semanario en inglés, empieza 2021 con renovada edición impresa

Captura de pantalla de un video de YouTube del canal de Nepali Times que retrata a los lectores de la revista.

No es sorpresa que la pandemia del COVID-19 ha acelerado la crisis del sector de noticias, ya afectado por pérdidas en ingresos por publicidad y en búsqueda desesperada de un modelo de negocios sostenible.

En 2021, muchas salas de prensa ha debido recortar costos para sobrevivir, y eso suele significar despedir al personal y dejar de lado ediciones impresas, si es que las tenían.

Pero en Nepal, hay un importante medio que va contra la corriente.

El semanario en inglés Nepali Times sorprendió a sus lectores el primer día de 2021 cuando volvió a su edición impresa, que quedó descontinuada en marzo de 2020.

La publicación de 16 páginas se vendía en 50 rupias nepalíes (0.40 dólares estadounidenses), y regresó con una circulación de 5000 ejemplares.

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En esta edición:
▶️Periodistas reflexionan en un años de cobertura de crisis
▶️ Nepalíes en el extranjeros tienen sus primeras vacunas
▶️ Narayan Gopal, crujiente y quebradizo en vinilo
▶️ Muerte de la prensa impresa es exagerada
▶️ The Ass

Global Voices conversó con Kunda Dixit, editor de Nepali Times, que además es escritor y profesor de estudios de medios, para entender cómo llegó a esta decisión:

During the past year of the pandemic, the online readership of «Nepali Times» increased five-fold compared to pre-COVID times. We covered the pandemic in all its aspects, and the average time readers spent on a page rose to an all-time high of 4 minutes. However, revenue suffered. As the economy collapsed, there was no advertising, and no subscription income. As both editor and publisher of the paper, I had to get our team to work on tiding over the crisis so we could at least pay salaries. We had to cut staff, lower costs. But after finding no other way to raise revenue, we brought out a trial print edition in October 2020, and were encouraged by the response from both readers and advertisers. Our preliminary survey showed that print had a prospect.

Durante este último año en pandemia, el número de lectores en línea del Nepali Times se quintuplicó en comparación con los tiempos anteriores al COVID. Cubrimos la pandemia en todos sus aspectos, y el tiempo medio de permanencia de los lectores en una página subió a un máximo histórico de cuatro minutos. Sin embargo, los ingresos se afectaron. Al hundirse la economía, no había publicidad ni ingresos por suscripciones. Como director y editor del periódico, tuve que poner a nuestro equipo a trabajar para superar la crisis y poder al menos pagar los sueldos. Tuvimos que recortar personal, reducir costos. Pero tras no encontrar otra forma de aumentar los ingresos, sacamos una edición impresa de prueba en octubre de 2020, y nos sentimos alentados por la respuesta de los lectores y los anunciantes. Nuestra encuesta preliminar mostró que la impresión tenía posibilidades.

En 2020, Nepali Times preguntó a sus lectores qué era lo que más extrañaban de la versión impresa. Sus testimonios se incluyeron en este video de enero de 2021:

Como Dixit señala, la experiencia de los lectores es clave, varía mucho para el mismo contenido cuando se ve desde una página central o en pequeño teléfono móvil.

Sin duda, la mayoría de lectores presentados en el video indican que extrañan la sensación de leer en papel, de disfrutar de grandes fotos impresas o el ritual de lectura durante el desayuno.

Escena cambiante

Nepali Times fue fundado en abril de 2000, y un tiempo fue uno de los pocos sitios web de noticia del país. En julio, empezaron con su edición impresa.

El sur de Asia tiene una larga tradición de lectura de periódicos: en India, algunos diarios tienen una circulación de más de cinco millones de copias.

Al final, la guerra civil nepalesa llegó a la revista. Estuvo bajo censura en 2005 cuando el último rey del país impuso un estado de emergencia. Poco después, a grupos maoístas no les gustaron sus informes de los hechos en el terreno y atacaron las oficinas de la revista y a su personal.

En marzo de 2020, cuando la revista de preparaba para celebrar su ejemplo número mil, la pandemia llegó con grandes reveces. Como recuerda Dixit: «Tuvimos que vender nuestra prensa, y asegurarnos de que ‘Nepali Times’ y su revista hermana, ‘Himal’, sobrevivieran como productos digitales».

Darnos por vencidos nunca fue una opción, dice Dixit, por el rol de la revista en el entorno local de medios:

Nepali Times, because it is in English, is restricted to academics, researchers, business and corporate houses, decision-makers, senior bureaucracy and Nepal's international partners. As such, the paper always had clout that was disproportionate to its circulation numbers. Our aim has always been to bring the reality of Nepal in all its aspects (especially the under-served and neglected) to the notice of the movers and shakers in Kathmandu. We practice solution-oriented journalism — not just exposing wrong-doing and what is wrong, but that things can be set right, and profiling people who survive and thrive despite all odds.

Como está en inglés, Nepali Times está restringido a académicos, investigadores, empresas y corporaciones, responsables de la toma de decisiones, la alta burocracia y los socios internacionales de Nepal. Como tal, el periódico siempre ha tenido una influencia desproporcionada con respecto a su tiraje. Nuestro objetivo siempre ha sido dar a conocer la realidad de Nepal en todos sus aspectos (especialmente los desatendidos y olvidados) a los que mueven los hilos en Katmandú. Practicamos un periodismo que busca soluciones, que no se limita a exponer lo que está mal y lo que se hace mal, sino que también muestra a las personas que sobreviven y prosperan a pesar de las dificultades.

Nepal presenta desafíos únicos a los editores. En el país se hablan al menos 129 idiomas, la tasa nacional de alfabetización está por debajo del 70 %, y el acceso a internet sigue limitado en las regiones montañosas fuera de la capital.

Además, los hábitos de consumo de medios cambian constantemente, como revela un artículo publicado la edición del 1 de enero de Nepali Times:

[A survey] showed that the proportion of Nepalis who watch TV overtook radio listeners last year. This is a major change because Nepal's FM radio networks had been supreme for decades. But even TV is now facing a serious challenge from social media, and the rise of Facebook, YouTube and TikTok.

[Una encuesta] mostró que la proporción de nepalíes que ven televisión superó a los oyentes de radio el año pasado. Se trata de un cambio importante, ya que las redes de radio FM de Nepal habían reinado durante décadas. Pero incluso la televisión enfrenta ahora un serio desafío de las redes sociales y el auge de Facebook, YouTube y TikTok.

Dixit concluye que los cambios en la demografía y mejor conectividad para datos móviles podrían significar el fin de los medios impresos, con muy pocas excepcionas:

Trade and specialty magazines may still be able to sustain themselves from ads, but general interest magazines and newspapers will have to plan for and move towards a digital-print hybrid, or even re-invent themselves as digital-only products. The eyeballs are dragging us in that direction, and this is a challenge not just for content producers, but also for those who are working on the new business model for media. How do we preserve the public service role of media in a democracy, while at the same time keep ourselves financially afloat? The media's political independence stems from its economic independence, and the new dependence on analytics and clickbait could lead us astray from the main mission. We have seen even in advanced and large democracies in the past few years how fragile that independence is.

Las revistas comerciales y especializadas pueden seguir manteniéndose con anuncios, pero las revistas de interés general y los periódicos tendrán que planificar y avanzar hacia un híbrido digital-impreso, o reinventarse como productos exclusivamente digitales. Los globos oculares nos arrastran en esa dirección, esto es un reto para los productores de contenidos y también para quienes trabajan en el nuevo modelo de negocio de los medios. ¿Cómo podemos preservar el papel de servicio público de los medios en una democracia y, al mismo tiempo, mantenernos a flote financieramente? La independencia política de los medios se deriva de su independencia económica, y la nueva dependencia de las analíticas y el clic rápido podrían desviarnos de la misión principal. En los últimos años hemos visto, hasta en democracias avanzadas y grandes, lo frágil que es esa independencia.

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