Aumentan protestas por el apartheid médico israelí durante la pandemia

Captura de pantalla del artículo PBS que muestra a un ciudadano israelí recibiendo su vacuna contra COVID-19. Desde mediados de diciembre, se ha vacunado a casi el 19 % de la población.

Nota editorial: Este artículo es de Pam Bailey, fundadora y directora ejecutiva de No somos solo números, plataforma que trasmite voces palestinas bajo la ocupación israelí, a través de la formación y tutoría de jóvenes periodistas locales.

Las protestan están aumentando mientras Israel se convierte en el país con la mayor tasa de vacunas pér capita contra el COVID-19, pero se sigue negando a facilitar suministro de tratamientos vitales a los territorios palestinos que controla.

Una petición de la plataforma Change.org exige al Gobierno israelí que «asuma su responsabilidad como poder ocupante en virtud del derecho internacional y ponga fin a este obvio acto de discriminación racial».

Marie Newman, representante estadounidense demócrata del estado de Illinois, tuiteó:

Este virus no ve ni le importa la nacionalidad, las fronteras ni la religión. Su devastador impacto se ve por cualquier parte. El gobierno de Netanyahu tiene la obligación moral y humanitaria de garantizar que tanto israelíes como palestinos accedan a la vacuna.

Codepink, grupo activista de Estados Unidos, envió un correo a sus partidarios para pedir que exigieran a sus representantes «condenar el apartheid médico israelí». Ahora, cinco organizaciones humanitarias han presentando una petición ante la Corte Suprema de Israel para impugnar la negativa del ministro de Seguridad Interior a vacunar a los presos palestinos en las cárceles israelíes.

Hasta el 11 de enero, 1604 palestinos han muerto por COVID-19 en los territorios palestinos ocupados, 441 en la Franja de Gaza. Según el doctor Mustada Barghouti, parlamentario palestino y director de la ONG Sociedad Palestina de Asistencia Médica, el índice de infección es mucho mayor en los territorios ocupados (35 %) que en Israel (4.5 %).

Sin embargo, aunque ni una sola dosis de ninguna vacuna aprobada ha llegado a los palestinos de Cisjordania y Gaza, Israel ha vacunado a su propia población más rápido que cualquier otro país del mundo. Hasta ahora, ha recibido la vacuna más de la cuarta parte de la población.

En una declaración, Amnistía Internacional dijo que «el Gobierno israelí debe dejar de ignorar sus obligaciones internacionales como potencia ocupante y tomar de inmediato medidas para garantizar el suministro igualitario y justo de las vacunas contra el COVID-19 a la población palestina sometida a su ocupación en Cisjordania y la Franja de Gaza».

Al menos 25 miembros de la extensa familia de Asmaa Tayeh, gerente de operaciones de la asociación No solo somos números, han dado positivo en las pruebas del virus, 15 han enfermado y tres han muerto.

«Desde que se supo del virus en marzo de 2020, hemos estado paranoicos», dijo Tayeh:

I was scared to death and ran to the market to fetch food so we could prepare to stay home for months. I’d yell at anyone who left the house. But since we didn’t know anyone who was infected, we started feeling a little safer. Then came November and December. More and more of our relatives were infected. On top of that was the fear that we wouldn’t get good medical care, since the Israeli occupation has crippled our health care system.

Estaba asustada y salí corriendo al mercado a comprar comida para prepararnos para quedarnos en casa durante meses. Gritaba a cualquiera que saliera de casa. Pero como no conocíamos a nadie contagiado, empezamos a sentirnos un poco más seguros. Luego llegaron noviembre y diciembre. Cada vez había más familiares infectados. A eso se sumaba el miedo a no recibir una buena atención médica, ya que la ocupación israelí ha paralizado nuestro sistema de salud.

Nour Yacoubi, otro miembro de la asociación, se vio obligada a aplazar su boda cuando sus futuros cuñados fueron hospitalizados en la UCI con síntomas de COVID-19.

Mientras tanto, Issam Adwan, director de No solo somos números en Gaza, luchó para que su madre, que padece una enfermedad cardíaca, hiciera la prueba cuando empezó a mostrar síntomas de coronavirus. Sin embargo, el suministro de pruebas era escaso e, inicialmente se le negó el diagnóstico. Para cuando perdió el gusto y el olfato, síntoma común del virus, y se pudo hacer la prueba, casi todos en su familia habían estado expuestos, muchos dieron positivo y varios se enfermaron.

El doctor Ayman Elhalabi, director general de los Servicios de Apoyos Médicos en Gaza, división del Ministerio de Salud con sede en Cisjordania, confirma que las pruebas de COVID-19 son inaccesibles y escaso, casi un año después de que la pandemia arrasara el mundo.

Explicó:

The central laboratory of the Ministry of Health is the only place in the Strip that can perform the COVID-19 test. … The lab ran 200 to 300 tests a day in the beginning of this crisis, but now we’re doing between 2,000 and 3,000. Still, it’s not enough. So, we have to prioritize patients by the severity of their condition. Currently, I’d estimate we have enough test kits for 20 more days.

El laboratorio central del Ministerio de Salud es el único sitio en la Franja [de Gaza] que puede realizar las pruebas de COVID-19… El laboratorio realizaba entre 200 y 300 pruebas al día al comienzo de esta crisis, ahora, sin embargo, estamos entre 2000 y 3000. Sigue siendo insuficiente. Así que tenemos que priorizar a los pacientes según la gravedad de su estado. Actualmente, estimo que tenemos suficientes equipos de prueba para 20 días más.

La escasez de las pruebas es particularmente crítica porque las infecciones por COVID-19 están aumentando tras la aparición de una nueva variante del virus. Hasta ahora, la mutación, que es entre un 10 y un 60 % más transmisible, se ha detectado en 50 países.

Según el doctor Elhalabi:

Gaza's hospitals are in serious crisis due to the increasing cases of COVID[-19]; it’s put a lot of pressure on our capacity to deliver other medical services. Many doctors and nurses are working overtime and they are being paid just 50 percent of their salaries. These are people who need to provide for their families.

Los hospitales en Gaza se encuentran en una grave crisis por aumento de casos de COVID[19]; esto ha ejercido gran presión sobre nuestra capacidad para brindar otros servicios médicos. Muchos médicos y enfermeras están haciendo horas extras y solo se les paga la mitad de sus salarios. Son personas que necesitan alimentar a sus familias.

Pese a la crisis, hay pocos que tienen la esperanza de que Gaza reciba pronto alguna de las nuevas vacunas aprobadas.

En Cisjordania, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) acusa a Israel de no cumplir con sus responsabilidades para garantizar la disponibilidad de vacunas en el territorio ocupado, y ha luchado por obtener suministros de otra manera.

La ANP dijo que ha negociado con el gigante farmacéutico británico AstraZeneca para recibir una primera partida de dosis de vacuna en marzo, mucho después que otros países y, probablemente, no sea suficiente. Más recientemente, ha anunciado que ha conseguido la vacuna Sputnik V, como se conoce a la vacuna rusa, cuyo primer envío se espera que llegue en febrero. Sin embargo, sus recursos son limitados y se desconoce qué cantidad se destinará a Gaza, ya que la ANP está en conflicto con Hamas, que gobierna la Franja de Gaza.

En una entrevista con Sky News, Yuli Edelstein, ministro de Salud israelí, dijo que los palestinos «tienen que aprender a cuidarse solos», y añadió que Israel ha estado «ayudando a los vecinos palestinos desde las primeras fases de la crisis con equipos médicos, medicamentos, consejos y suministros».

Gerald Rockenschaub, director de la misión de la Organización Mundial de la Salud en Palestina, dijo al periódico británico The Independent que pidió a Israel que proporcionara vacunas para cubrir al menos a los trabajadores sanitarios palestinos. Al parecer, casi 8000 médicos palestinos han sido infectados por el virus. Según el informe de The Independent, el Gobierno se negó pues dijo que debía cuidar primero de su propia población.

En su entrevista con Sky News, se citó al ministro Edelstein, que dijo:

I don't think that there's anyone in this country, whatever his or her views might be, that can imagine that I would be taking a vaccine from the Israeli citizen, and, with all the goodwill, give it to our neighbors.

No creo que haya nadie en este país, sea cual sea su postura, que pueda imaginar que vaya a quitarle la vacuna al ciudadano israelí para, con toda la buena voluntad, dársela a nuestros vecinos.

«Estamos escuchando muchas noticias contradictorias», dijo el doctor Elhalabi. «Realmente, creo que estamos bastante lejos de recibir las vacunas. Insto a las comunidades internacional y árabe a intervenir antes de que la situación se descontrole».

A Tayeh no le sorprende: «El virus se cobrará la vida de muchos palestinos. Así, Israel no tendrá que pagar tanto como en una guerra para matarnos. Además, estaremos demasiado distraídos por la enfermedad como para contraatacar».

Anas Mohammed Jnena realizó las entrevistas con el personal sanitario. 

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