Destacado profesor de Harvard en entredicho por difundir teorías revisionistas sobre «mujeres de consuelo» de la Segunda Guerra Mundial

Comfort women caught and interrogated by the US army in Myitkyina

Mujeres de consuelo (comfort girls) capturadas por el Ejército estadounidense, 14 de agosto de 1944, Myitkyina. Fuente de la imagen: Wikimedia Commons, dominio público.

Un destacado profesor estadounidense de la facultad de Derecho de Harvard ha sido criticado en su país y en el ámbito internacional después de publicar un trabajo académico en el que afirma que las afirmaciones sobre mujeres coreanas esclavizadas por las fuerzas militares japonesas como «mujeres de consuelo» durante la SegundaGuerra Mundial son históricamente falsas

Los críticos de J. Mark Ramseyer, profesor Mitsubishi de Estudios Legales Japoneses en la facultad de Derecho de Harvard afirman que el estudio ignora los métodos estándar de investigación, los trabajos existentes y las fuentes primarias, y que está lleno de inexactitudes y tergiversaciones intencionadas.

El trabajo de Ramseyer, titulado Contracting for sex in the Pacific War («Contratación para sexo en la Guerra del Pacífico»), se publicará en el ejemplar de marzo de 2021 de la revista legal International Review of Law and Economics (IRLE), aunque ya se encuentra disponible en línea para el público académico.

En su estudio, Ramseyer retrata la esclavización metódica y organizada de unas 200 000 mujeres —las llamadas «mujeres de consuelo» o ianfu (慰安婦)— por las fuerzas imperiales japonesas durante la Segunda Guerra Mundial como un intercambio económico contractual y legítimo entre participantes bien dispuestos.

El trabajo de Ramseyer repite temas comunes utilizadas típicamente por los revisionistas históricos que pretenden minimizar o borrar la esclavitud sexual practicada por Japón durante la guerra. Sus conclusiones contradicen estudios rigurosos y acreditados, entre los que se cuenta un exhaustivo informe de Naciones Unidas de 1996 sobre el tema.

Ramseyer resumió los puntos claves del trabajo en una columna de opinión publicada a finales de enero en Japan Forward, sitio web para estudiantes de inglés como idioma extranjero gestionada por Sankei Shimbun, diario japonés de extrema derecha.

En su columna de opinión de Japan Forward, Ramseyer afirma:

…the claims about enslaved Korean comfort women are historically untrue. The Japanese army did not dragoon Korean women to work in its brothels. It did not use Korean women as sex slaves. The claims to the contrary are simply ー factually ー false.

(…) las afirmaciones sobre las mujeres de consuelo coreanas esclavizadas son históricamente falsas. El Ejército japonés no obligó a mujeres coreanas a trabajar en sus burdeles. No usó coreanas como esclavas sexuales. Las afirmaciones contrarias son simplemente —fácticamente— falsas.

En la columna de Japan Forward, Ramseyer también argumenta que algunas coreanas (en realidad, se reclutó a la fuerza a mujeres de más de diez países asiáticos ocupados) tenían acuerdos contractuales con operadores de burdeles que protegían los derechos de ambas partes.

Tras la publicación de la columna de Ramseyer en Japan Forward a finales de enero, la atención se centró en la versión en línea de su artículo en la revista IRLE, que se publicó en diciembre de 2020. Además de generar titulares en los medios coreanos, el artículo desencadenó la condena generalizada de estudiantes y profesores de la Universidad de Harvard, donde trabaja Ramseyer.

El grupo estudiantil Asociación Coreana de la facultad de Derecho de Harvard emitió una declaración en respuesta al artículo de Ramseyer, en la que afirma:

Without any convincing evidence, Professor Ramseyer argues that no government “forced women into prostitution,” a contention he also makes in his editorial. Decades’ worth of Korean scholarship, primary sources, and third-party reports challenge this characterization. None are mentioned, cited, or considered in his arguments.

Sin evidencias convincentes, el profesor Ramseyer argumenta que ningún Gobierno «forzó a mujeres a practicar la prostitución», afirmación que también hace en su editorial. Décadas de trabajos coreanos, fuentes primarias e informes de terceros cuestionan esta manifestación. Ninguno se menciona, cita o considera en sus argumentos.

Algunos colegas también han criticado públicamente a Ramseyer. En un hilo de Twitter, la jurista Jeannie Suk Gersen, primera mujer asiática que da clase en la facultad de Derecho de Harvard y la primera profesora coreana de esa facultad, dijo:

4: Discrepo de mi colega hasta el punto máximo que pueda discreparse. Por ahora, diré que estoy en desacuerdo con las interpretaciones que hace de sus fuentes y su erróneo análisis legal, y que incluso aplicando sus propios términos disciplinarios, su razonamiento falla. Hemos hablado y sabe que no estoy de acuerdo con él.

En otros comentarios públicos, Gersen cuestionó la interpretación que hace Ramseyer de la ley contractual, y declara que «Ningún sistema legal reconocería ni aplicaría contratos de esta naturaleza», en los que las personas obligadas a practicar el sexo en el contexto de la  ocupación militar japonesa en época de guerra no eran agentes libres que ejerciera su voluntad.

En el documento de IRLE, por ejemplo, Ramseyer argumenta que una niña de 10 años suscribió un contrato con total conocimiento de lo que supone el trabajo sexual:

When Osaki turned ten, a recruiter stopped by and offered her 300 yen upfront if she would agree to go abroad. The recruiter did not try to trick her; even at age 10, she knew what the job entailed.

Cuando Osaki cumplió los 10 años, un reclutador se presentó y le ofreció 300 yenes por adelantado si accedía a marchar al extranjero. El reclutador no intentó engañarla, incluso a los 10 años, ella sabía lo que conllevaba el trabajo.

La crítica a la interpretación que hace Ramseyer de la ley de contratos es notable, ya que como profesor Mitsubishi de Estudios Legales Japoneses en la facultad de Derecho de Harvard, se supone experto en derecho y economía japoneses. No obstante, pese a su larga conexión con Japón, el currículo de Ramseyer no indica ninguna especialización en el tema de la esclavitud sexual durante la guerra en el este de Asia.

Ramseyer es hijo de misioneros cristianos, y asistió a la escuela primaria en una zona rural de Japón antes de regresar a Estados Unidos para ir a la universidad. Aunque al final asistiría y enseñaría en varias universidades japonesas de primer orden después de completar una tesis de máster sobre los comerciantes de la era moderna de Japón, sus intereses siempre han sido las leyes, y nunca la historia japonesa o coreana de la época de guerra.

Ciertamente, en una entrevista de febrero, Ramseyer también admitió que no habla ni lee coreano, y reconoce que, por ejemplo, no puede evaluar o siquiera entender los testimonios de las víctimas coreanas de la esclavitud sexual:

Asked why he did not cite any Korean sources in the paper, Ramseyer said he is “very upfront” about the fact that he does not read Korean.

A la pregunta de por qué no cita ninguna fuente coreana en el estudio, Ramseyer dijo que es «muy sincero» sobre el hecho de que no lee coreano.

Los historiadores familiarizados con la esclavitud sexual perpetrada por las fuerzas armadas japonesas durante la guerra también señalan que Ramseyer lleva mucho tiempo defendiendo inexactitudes históricas y revisionistas. Nick Kapur, historiador del Japón moderno y el este de Asia, señala múltiples casos en los que Ramseyer ha promovido narrativas racistas o cuestionables:

Ramseyer ha ido finalmente demasiado lejos, pero lleva décadas siendo un trol académico de la derecha.

Aquí hay un artículo en el que afirma que la discriminada minoría japonesa burakumin es A) falsa y B) se merece que la discriminen porque básicamente son todos unos delincuentes.

Un equipo transnacional de cinco historiadores profesionales especializados en Japón y su Imperio publicaron una carta abierta que incide en la integridad académica del reciente artículo en IRLE de Ramseyer.

mbc concerned scholars

Los cinco historiadores que han revisado el artículo de Ramseyer en la revista IRLE, entrevistados por la televisión coreana. Captura de la web MBC.

Su carta, de 33 páginas, es cuatro veces más extensa que el artículo de ocho páginas de Ramseyer en IRLE, examina cuidadosamente cada aspecto del mencioado artículo y se centra particularmente en sus fuentes.

Afirman que Ramseyer malinterpreta, distorsiona y tergiversa las fuentes, por lo que los historiadores cuestionan la integridad académica fundamental del artículo, y piden a IRLE que lo retire:

Its inaccuracies are more than superficial errors; they completely undermine the article's claims. […] We believe that an article containing this level of academic misconduct should not have passed peer review, or have been published in an academic journal.

Sus inexactitudes son más que errores superficiales: socavan por completo las afirmaciones del artículo. (…) Creemos que un artículo que contiene semejante cantidad de mala práctica académica no debería haber superado una revisión de sus homólogos, ni haber sido publicado en una revista académica.

Miki Dezaki, cineasta de documentales que exploró las narrativas históricas antagónicas sobre las «mujeres de consuelo» en su película «Shusenjo«, señala que Ramseyer recibió una carta de apoyo firmada hasta ahora por seis personas, afiliadas en Japón a un grupo nacionalista de extrema derecha:

Esta carta abierta en apoyo del estudio de Ramseyer sobre las mujeres de consuelo está firmada por la impresionante cifra de seis personas, que se autodenominan historiadores, cuando solo uno, Jason Morgan, tiene un grado en Historia.

En una entrevista con Global Voices, Dezaki también señaló que en otro artículo académico en el que refuta los alegatos sobre las mujeres de consuelo, Ramseyer cita a una persona llamada «Texas Daddy«, jubilado estadounidense con su propio canal en YouTube, considerado portavoz de los nacionalistas japoneses.

Dezaki dice que al igual que Texas Daddy y otros chismosos extranjeros del revisionismo histórico, Ramseyer repite temas corrientes de conversación:

There are three big Japanese right-wing talking points and Ramseyer has parroted them all. He claims the women were just well paid prostitutes, he claims that Asahi Shimbun’s retraction of a false testimony proves that the comfort women issue is a lie, and he claims, most despicably, that the victims’ testimonies are inconsistent, which suggests that they are lying.

Hay tres grandes temas de conversación de la derecha japonesa, y Ramseyer repite los tres como un loro. Afirma que las mujeres eran simples prostitutas bien pagadas, afirma que la retractación de un falso testimonio del diario Asahi Shimbun prueba que el tema de las mujeres de consuelo es una mentira y afirma despreciativamente que los testimonios de las víctimas son incoherentes, lo que sugiere que mienten.

Respecto a la motivación de Ramseyer y otros, Dezaki opina:

It really boils down to fame, money and staying relevant. That isn’t to say that these people don’t believe in what they are writing or saying, but doing so in the public arena gets them praise, speaking engagements and book deals in Japan.

En realidad se reduce a fama, dinero y relevancia. Eso no quiere decir que esa gente no crea en lo que escribe o dice, sino que hacerlo en un foro público les reditúa elogios, conferencias y contratos editoriales en Japón.

Un editor de la editorial académica que publica IRLE habría dicho que el artículo se «considera final», aunque la revista ha añadido una nota de cautela en la versión en línea del artículo en la que informa a los lectores que se han planteado dudas sobre las evidencias históricas del trabajo.

La revista impresa de marzo de 2021 en la que va a aparecer el estudio también se ha aplazado temporalmente para que puedan publicarse los comentarios al artículo en el mismo ejemplar.

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