Pese a discursos de autoritarismo, popularidad del presidente Bukele sigue fuerte en El Salvador

Presidente Nayib Bukele se dirige a las fuerzas armadas de El Salvador. Foto de @PresidenciaSV.

El 6 de febrero 2021, CID Gallup, empresa de investigación de mercados y de realización de encuestas de opinión pública, publicó su primera encuesta del año sobre el presidente Nayib Bukele y su labor de gestión de la pandemia de COVID-19. Según la encuesta, el 91 % de los salvadoreños aprueba la manera en que Bukele ha gestionado la crisis.

Esa encuesta no es la única que muestra lo popular que es Nayib Bukele en El Salvador. Desde enero de 2020, se han realizado 13 estudios sobre la aprobación del trabajo del presidente o sobre cómo ha gestionado la pandemia: todos dan a Bukele una aprobación superior al 75 %.

Sin embargo, las acciones de Bukele han sido criticadas por las organizaciones de derechos humanos y la Organización de Estados Americanos (OEA) por el aumento del autoritarismo, como el debilitamiento de las instituciones democráticas del país y el ataque verbal a la prensa. Por ejemplo, el 9 de febrero, Bukele entró en la Asamblea Legislativa de El Salvador flanqueado por soldados, gesto que algunos comentaristas consideraron como un intento de golpe de Estado militarizado. Bukele, por su parte, trató de justificar la intrusión, que se había llevado a cabo para presionar a los legisladores para que aprobaran fondos para su plan de seguridad.

En El Salvador, el presidente Bukele convocó una sesión legislativa extraordinaria para votar un préstamo de 109 millones de dólares. El Congreso se negó y ahora el Ejército ha tomado el control de la Asamblea. El Salvador.

Tras un atentado del 31 de enero que dejó muertos a dos partidarios del partido de oposición, Bukele sugirió que la violencia política era una operación de bandera falsa. En los días siguiente, los congresistas estadounidenses Albio Sires y Norma J. Torres enviaron una carta a Bukele en la que expresaron su preocupación y le instaban a «transmitir mensajes de paz y evitar avivar las divisiones y los disturbios».

¿Por qué el presidente Bukele tiene un índice de aprobación tan alto?

Estudios psicológicos han demostrado que la «inseguridad está vinculada al aumento de los autócratas y a la erosión de la democracia», según informa el periódico The Guardian:

«When people experience threat – whether actual or imagined – they begin to “tighten”. In physical terms, they tense their muscles, ready to defend themselves. In political terms, they begin to crave security and order in a community that seems to be collapsing. Authoritarian leaders satiate this need by promising quick, simple solutions – and, above all, a return to the tighter social order of yesteryear.»

Cuando las personas experimentan una amenaza, ya sea real o imaginaria, comienzan a «tensarse». En términos físicos, tensan los músculos, listos para defenderse. En términos políticos, empiezan a anhelar seguridad y orden en una comunidad que parece derrumbarse. Los líderes autoritarios sacian esta necesidad prometiendo soluciones rápidas y sencillas y, sobre todo, la restauración del orden social más estricto de antaño.

En El Salvador, que ha sido uno de los países más violentos del mundo, la inseguridad es habitual. Otros estudios han demostrado que las personas que enfrentan la inseguridad económica tienden a favorecer a los líderes autoritarios, esta hipótesis podría aplicarse a El Salvador, ya que un tercio de su población es pobre.

Además, los expertos señalan que Bukele utiliza las redes sociales en su beneficio y, por tanto, controla la narrativa. Asimismo, se beneficia de fondos públicos para su propia promoción y de sus proyectos; en 2019 solicitó 22 millones de dólares para publicidad.

Según las encuestas, Bukele seguía siendo popular por su gestión de la pandemia de COVID-19, por la reducción del índice de homicidios y por la oposición política débil.

Aunque algunos lo consideran de naturaleza autoritaria, Bukele tomó varias medidas decisivas desde el principio que ayudaron a retrasar la entrada del virus en el país. Por ejemplo, incluso antes de que El Salvador tuviera un solo caso de COVID-19, Bukele ordenó el cierre de las fronteras, del aeropuerto internacional y del transporte público. También ordenó varias cuarentenas obligatorias. A pesar de que esas medidas tempranas han afectado a la economía del país, el 95.7 % de los salvadoreños aprobaron sus decisiones para frenar el COVID-19, según una encuesta publicada por la prensa local en mayo de 2020.

Asimismo, bajo la administración Bukele, el índice de homicidios es el más bajo desde el final de la guerra civil que desgarró el país en la década de 1980. En 2020, el número de homicidios cayó del 44.9 % en comparación con 2019. Esto también se refleja en las encuestas.

En última instancia, la débil oposición política ayuda a la popularidad del presidente Bukele. La mayoría de los salvadoreños percibe como corruptos a los otros dos grandes partidos políticos, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que han gobernado el país durante los últimos 30 años.

Por ejemplo, los tres presidentes anteriores de esos partidos han sido acusados de corrupción: Paco Flores murió mientras estaba en arresto domiciliario a la espera de juicio, Tony Saca está en la cárcel cumpliendo una condena de 10 años por sustracción de fondos públicos, y Mauricio Funes está asilado políticamente en Nicaragua, con lo que evita la extradición salvadoreña, ya que enfrenta múltiples cargos de lavado de dinero en El Salvador y Guatemala.

En televisión nacional, el reconocido analista político Marvin Aguilar contrastó la popularidad de Bukele con la caída de sus predecesores:

Nayib Bukele es el artefacto que construye el pueblo para desquitarse, para castigar a la derecha y la izquierda que nos gobernaron 30 años. El Problema no es Nayib Bukele o el Bukelismo o Nuevas Ideas. El Problema es que seguis teniendo en la derecha y en la izquierda a los mismos líderes representantes que fracasaron en 30 años y que es a ellos a quien el pueblo culpa de los males que tenemos ahorita.

Según la encuesta publicada por el Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) de la Universidad de Centroamericana José Simeón Cañas el 12 de febrero, Nuevas Ideas, el partido político de Bukele, ganará la Asamblea Legislativa en las próximas elecciones, que se llevarán a cabo el 28 de febrero. Esto le dará mayor control sobre el Parlamento. Esta es buena noticia para quienes aprueban a Bukele y una mala para quienes lo consideran un autócrata.

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