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Revuelta de Egipto de 2011 apenas figura en los libros de texto

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Egipto, Censura, Educación, Medios ciudadanos

Imagen publicada por Raseef22 que muestra cómo los programas educativos nacionales de Egipto mencionan la revolución de 2011. En viñetas, se enumeran las causas de la revolución como el deterioro de las condiciones económicas, la ley de emergencia y el fraude de las elecciones parlamentarias de 2010. Muy brevemente, se resumen los acontecimientos de la revuelta de 2011 como la gente que ocupó la plaza Tahrir y otras plazas del país para pedir libertad, justicia social y dignidad, y que llevó a la salida de Hosni Mubarak. El libro de texto también señala que el 25 de enero coincide con la fiesta nacional que celebra a las fuerzas policiales. La brutalidad y la corrupción policial fue uno de los principales desencadenantes del levantamiento de 2011, que los libros de texto no mencionan.

Este artículo de Reem Mahmoud se publicó [1] por primera vez en Raseef22, plataforma de medios árabes, el 25 de enero de 2021. Se publica en Global Voices por medio de un acuerdo de intercambio de contenidos.

Si ahora hojeamos los libros de texto de historia de los estudiantes de secundaria de las escuelas estatales de Egipto, encontramos pocas páginas sobre los acontecimientos que se desarrollaron durante la revolución de 2011.

La inclusión de los acontecimientos de la Primavera Árabe en los planes de estudio comenzó en 2012, pero ha cambiado de manera drástica en los últimos años en consonancia con el poder político del país.

Con motivo del décimo aniversario del levantamiento de 2011, Raseef22 recoge cómo los libros de texto pasaron de detallar minuciosamente todo lo que sucedió desde el primer estallido de la revolución y cómo las plazas se desbordaron de revolucionarios egipcios que buscaban diferentes objetivos sociales y políticos tras la destitución del expresidente Hosni Mubarak, a omitir gran parte de los detalles mencionados e incluir «solo las migajas», según describen algunos de los encargados de redactar estos libros de texto.

¿Qué ha cambiado desde 2012?

En el plan de estudios actual de «Historia moderna de Egipto y de los países árabes» que se imparte a los alumnos de secundaria se explica que la revolución del 25 de enero de 2011 tuvo sus precedentes, que se manifestaron en la «oposición política a lo largo de 2004 para reorganizarse en forma de movimientos y bloques políticos que apelaban a la juventud con el fin de derribar el régimen gobernante en ese momento, y el dominio del Partido Nacional Demócrata en Egipto».

Según estos libros de texto, la revolución también tuvo factores desencadenantes: las pésimas condiciones económicas, el estado de emergencia impuesto por ley el fraude en las elecciones parlamentarias egipcias de 2010 a favor del partido Nacional Demócrata.

Tras un breve fragmento compuesto por dos frases sobre los acontecimientos de la revolución, el plan de estudios expone que uno de los resultados de la revolución, además de la dimisión de Hosni Mubarak y la intervención del Consejo Supremo y las Fuerzas Armadas, es «un estado de inestabilidad que sumió al país, como consecuencia de los reiterados y rápidos cambios ministeriales en lo que se conoció como ‘gabinete provisional de la transición'».

En una entrevista con Raeef22, Alaa Al-Iraqi, uno de los profesores de historia más reputados de Egipto, explicó las distintas frecuencias con las que se mencionó la revolución de 2011 en los planes de estudio egipcios a partir de 2012.

Señaló que, tras la revolución, el octavo capítulo de los libros de historia para tercero de secundaria incluía una narración completa de la revolución y sus desencadenantes. En su opinión, la descripción era muy precisa y fue bien recibida por los estudiantes, muchos de los cuales fueron testigos de primera mano de los acontecimientos de aquel periodo.

Al-Iraqi añadió que, tras las protestas del 30 de junio de 2013, los planes de estudio cambiaron. Las alusiones a la revolución de 2011 eran superficiales, se eliminaron los logros del expresidente Mubarak, y el plan de estudios incluyó los errores del régimen de la Hermandad Musulmana, así como menciones a la «revolución de 2013, y cómo el consejo militar, dirigido por el presidente Abdelfatah-Al Sisi, logró deshacerse del régimen de la organización».

Al-Iraqi afirma que sustituir un capítulo entero sobre la revolución por unas pocas líneas es un gran error. «Crea un vacío en la mente de los estudiantes, sobre todo porque algunos presenciaron la revolución y recuerdan los acontecimientos, y los padres de algunos participaron en los acontecimientos».

«Espero que la narrativa vuelva a la versión completa de 2012″, concluyó.

Insuficientes documentos con todos los detalles

Gamal Shakra, profesor de la Universidad de Ain Shams y uno de los editores de los cursos de historia en los planes de estudio de Egipto, sostiene que estos planes de estudio no mencionan los detalles del levantamiento de 2011 debido a la falta de disponibilidad de documentos fiables en los que puedan basarse.

Añadió en sus comentarios a Raseef22 que la narrativa ofrecida en los libros de texto escolares se enmarca en el contexto de que los «desencadenantes de la revolución fueron los crecientes índices de pobreza durante el mandato de Mubarak, y el colapso de la economía que condujo al levantamiento egipcio, luego el movimiento correctivo tras el gobierno de Mohamed Morsi por medio de la revolución [de 2013] del 30 de junio, y la voluntad del pueblo representada en la elección de Abdelfateh-Al Sisi, el actual presidente». Esta narrativa se puede observar en los libros de texto de historia y en los de educación nacional, ya sea en primaria o en secundaria.

Shakra dice:

حتى نكتب التفاصيل كاملة كان لا بد من الحصول على شهادات عديدة لمن شاركوا في ثورة يناير وهم شباب الميدان، وأن نحصل أيضاً على وثائق من المجلس العسكري، لكن كل ذلك لم يتوفر لنا، فتم اللجوء لرصد الوقائع الرئيسية التي ترسم السياق العام

Para escribir todos los detalles tuvimos que recoger muchos testimonios de quienes participaron en la revolución [de 2011], que son los jóvenes que ocuparon las plazas, y obtener documentos del Consejo Militar. Pero estas condiciones previas no estaban a nuestra disposición, por lo que recurrimos a mencionar los hechos claros que transmite el contexto general.

Concluye que «mencionar los pequeños detalles de la revuelta de enero [de 2011] es la mejor opción por ahora, dada la ausencia de documentos fiables y su falta de disponibilidad para el Ministerio de Educación. Esto es lo que nos enseñaron como profesores universitarios y especialistas».

Tomando una opinión similar, Assem el-Desouki, profesor de historia en la Universidad egipcia de Helwan y autor de los planes de estudio actuales de historia, dijo que ha participado en la redacción del programa de estudios de historia de Egipto desde 1992, y que los pocos detalles que describían la Revolución de Enero tenían que ser simples apuntes. Citando otro ejemplo, dijo: «cuando se escribió sobre la revuelta de 1919, no escribimos sobre los acontecimientos en detalle, sino que mencionamos las causas y los resultados, que es lo que hicimos con la revolución de enero [de 2011].

Según comentó el profesor Desouki a Raseef22, al redactar los planes de estudio no es posible citar documentos que no procedan del archivo nacional, mientras que los contenidos de los medios y la prensa se consideran fuentes secundarias, ya que las noticias que ofrecen no son completas.

Añadió: «Por eso es necesario citar informes de fuentes oficiales, o documentos conservados en los Archivos Nacionales al redactar los planes de estudio, y estos documentos no se hacen públicos hasta pasados 30 años desde los hechos, por lo que todo lo que se escribe sobre la revolución del 25 de enero son solo meros apuntes».

Adicionalmente, indicó que, según cómo se escribe la historia en los planes de estudio, no se pueden mencionar detalles sobre el periodo del actual presidente, ya que todavía está en el cargo, y la historia sólo debe tratar los acontecimientos pasados.

Estas opiniones, según el jefe de la comisión de libertades del Sindicato de Prensa, Amr Badr, son «opiniones académicas». Declara a Raseef22 que los autores de los manuales de historia, sobre todo de los hechos relativos al 25 de enero de 2011, niegan los avances de la prensa, que imponen una realidad impactante y dan forma a las decisiones.

Badr, que participó en el levantamiento de 2011, preguntó: Si los contenidos publicados en las plataformas de los medios eran profesionales y objetivos, y estaban respaldados por diversas pruebas, ¿por qué no pueden utilizarse como fuentes para describir la historia en los libros de texto de los planes de estudio?». Y añade:

“التاريخ في مصر يكتب فقط من وجهة نظر رسمية، وهو أمر بات مرفوضاً خاصة اليوم في عصر مواقع التواصل الاجتماعي. كتابة التاريخ ليست حكراً على أحد، ويجب تعدد وجهات النظر فيه”.

En Egipto, la historia se escribe únicamente desde el punto de vista oficial, lo que se rechaza hoy en día en la era de las redes sociales. Escribir la historia no es exclusivo de nadie y debe incluir múltiples puntos de vista.

Queremos conocer todos los detalles de nuestra historia

Los estudiantes antiguos y actuales de Egipto tienen variedad de opiniones sobre este tema. Algunos están muy interesados en que se incluyan todos los detalles de 2011 en los planes de estudio que cursan, y otros no le prestan demasiada atención.

Mohammed Fouad, estudiante del último año del departamento de historia de la Facultad de Letras de la Universidad de El Cairo, dijo que sentía gran orgullo cuando se mencionaba la revolución de enero en sus libros de historia de la escuela secundaria, y añadió en sus comentarios a Raseef22:

هذه الثورة عاصرناها وعاصرها أهلنا. وإن لم أذهب للميدان للمشاركة فيها كنتُ مدركاً لما يحدث، لذلك فإن ذكرها في المناهج كان فخراً لنا وسهلاً علينا لأننا مررنا بهذه الأحداث.

Vimos esta revolución y nuestros padres la presenciaron. Aunque nunca participé en los acontecimientos, sabía lo que ocurría, y por eso nos sentimos orgullosos de que se mencionara en nuestros libros de texto: porque habíamos vivido esos acontecimientos.

Fouad expresó su esperanza de enseñar los acontecimientos completos de la revuelta de 2011 como parte de los planes de estudio nacionales, junto con el levantamiento de 2013 que, según dijo, permitió al pueblo liberarse del régimen de la Hermandad Musulmana. Añadió que esta es la historia moderna que debe enseñarse a las generaciones actuales.

En cuanto a Amr Khalil, estudiante de tercer grado de educación secundaria, la inclusión de detalles sobre la última década de la historia del país no es de gran importancia para él, afirma que le es indiferente estudiar la revolución de 2011 en los libros de texto de las escuelas, y añade que: «Si quiero obtener información al respecto, hay muchas plataformas en línea. En cuanto a la escuela, lo único que me importa es aprobar los exámenes difíciles».

Por su parte, Mutaz Moustafa, estudiante de tercer año de secundaria, era muy chico cuando se produjo la revolución y estaba al tanto de lo que ocurría, pero no con gran detalle, por lo que piensa que lo que ofrecen los libros de texto de historia es insuficiente, no dan una idea general y no capta la salida de los jóvenes a la calle.

«Muchos de nuestros compañeros, si quieren saber más sobre lo que ocurrió durante ese año, obtienen la información relacionada de fuentes en línea y no de los libros de texto del Ministerio de Educación. Por eso veo que es importante tratar este hito con gran detalle en nuestros libros de historia, para que las generaciones conozcan su historia moderna, sientan orgullo y de la capacidad del pueblo egipcio para cambiar su gobierno».