Este artículo apareció originalmente en el blog de un colaborador de Global Voices, que prefiere permanecer en el anonimato. Se publica aquí como una serie de tres entregas.
Desde el golpe militar del 1 de febrero, gran parte de la energía detrás de las protestas que tienen lugar en Myanmar ha sido aportada por los jóvenes, miembros de la llamada Generación Z, que han sacado partido de su creatividad, habilidades tecnológicas y determinación para rebelarse contra el gobierno militar.
Además, las protestas han sido muy inclusivas, acogen a personas que representan una diversidad de profesiones e identidades, incluidas personas de diversas confesiones religiosas y de la comunidad LGBTQ. Los civiles han apoyado a los manifestantes con comida, bebidas, pancartas impresas y transporte. Otros contribuyeron limpiando las calles durante y después de las protestas para ayudar a mantener la buena imagen de los manifestantes.
El 11 de febrero, surgió el Comité de Huelga General de Todas las Nacionalidades (GSCN) que unió a 27 de las etnias de Myanmar, una muestra extraordinaria de unidad contra un enemigo común. El GSCN envió un fuerte mensaje en favor de la democracia federal y de la abolición de la Constitución de 2008 redactada por la anterior junta militar.
Ethnic activists call on the people to join the protest tomorrow
✊To end dictatorship
✊To abolish 2008 constitution
✊To establish a Federal Democratic Union of Burma
✊To demand the release of all political prisoners #WhatshappeninginMyanmar #MilkTeaAlliance #GSCN pic.twitter.com/SUI10mxitd— Zoya Phan (@zoyaphan) February 27, 2021
Activistas étnicos están pidiendo a la gente que se sume a la protesta de mañana
✊ Para acabar con la dictadura
✊ Para derogar la Constitución de 2008
✊Para establecer una Unión Democrática Federal de Birmania
✊Para exigir la puesta en libertad de todos los presos políticos. Qué está pasando en Myanmar. Alianza del Té con Leche. GSCN
Las protestas antigolpistas, que han unido a personas de todas las etnias, han llevado a algunos a replantear su postura sobre los asediados rohinyá. Los rohinyá son un grupo étnico musulmán minoritario que vive en la zona fronteriza occidental de Myanmar, llevan mucho tiempo oprimidos por los militares y no son ciudadanos reconocidos por el Gobierno de Myanmar.
We, #Rohingya completely understand your pain. Together we will win this fight. We all are with you to get rid of military regime from #Myanmar. Our common enemy is #MinAungHlaing. #Feb28Coup #myanmarmilitarycoup #MilkTeaAllianceMyanmar #WhatsHappeningInMyanmar pic.twitter.com/fohhxIEAgd
— Tun Khin (@tunkhin80) February 28, 2021
Queridos rohinyá, ahora nos enteramos del verdadero color del Tatmadaw de la manera más amarga. ¡Qué horrible!
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Rohinyá, ahora entendemos completamente tu dolor. Juntos ganaremos esta lucha. Estamos contigo para librarnos del régimen militar de Myanmar. Nuestro enemigo común es Min Aung Hlaing. Golpe el 28 de febrero. Golpe militar en Myanmar. Alianza del Té con Leche en Myanmar. Qué está pasando en Myanmar.
Muchos jóvenes rohinyá se sumaron a la lucha contra la dictadura.
Tácticas creativas y vergüenza pública de los partidarios del Ejército
Los manifestantes han empleado una serie de métodos creativos de campaña.
El 18 de febrero, en Rangún, jóvenes manifestantes caminaron de un lado a otro por los pasos peatonales después de que la Policía les dijera que no bloquearan las carreteras. La táctica pretendía burlarse de las palabras de un portavoz del Ejército que, dos días antes, había dicho que el golpe se había llevado a cabo de forma legal. En respuesta, los manifestantes cruzaron las calles una y otra vez de forma «legal» para bloquear el tráfico.
Las personas han utilizado cualquier medio que se le ocurra para luchar contra la dictadura. Esto incluye uso de rituales de maldición basados en creencias populares en ciudades como Bagan, Pathein, Rangún y Kyaukse, la colocación de mensajes como «Queremos democracia» en letras grandes en las calles de las ciudades de todo Myanmar, la proyección de imágenes de protesta en las paredes de los edificios por la noche, grafitis y sesiones de oración en las calles de budistas, musulmanes y cristianos.
Además, el movimiento antigolpista hizo un llamado a boicotear las empresas de propiedad de los militares y sus productos. Una aplicación móvil llamada «Way Way Nay» (aléjate) es una de las varias plataformas digitales que recopilan información sobre empresas vinculadas con los militares. Al parecer, los ingresos del proveedor de telecomunicaciones MyTel, de propiedad del Ejército, disminuyeron dos semanas después del golpe, al igual que los de Myanmar Beer.
La organización denunciante Justicia por Myanmar filtró documentos secretos del Conglomerado Económico Limitado de Myanmar (MEHL), también de propiedad de los militares, en los que se detallaba el dinero presuntamente ilegal que se canalizaba hacia los militares.
Junto a los boicots, se está llevando a cabo una campaña de vergüenza pública contra los partidarios del consejo militar. Desde la segunda semana de febrero, muchos vendedores de distintas ciudades colocaron carteles que indicaban su negativa a vender a las familias de los militares y policías, algunos incluso se niegan a vender a los funcionarios civiles que no se han unido al movimiento de desobediencia civil. Por el contrario, varios comercios han ofrecido descuentos para ayudar a quienes participan a ese movimiento.
Otra táctica utilizada por los manifestantes en Rangún y en otras ciudades es pegar fotos e imágenes del líder de la protesta, general Min Aung Hlaing, en el suelo o en sus escudos para desalentar el avance de los militares. Pisar o hasta atacar una imagen de su líder se consideraría una falta de respeto en la cultura de Myanmar.
«Guerreros del teclado»
Sin embargo, la lucha no se ha limitado a las calles, los «guerreros del teclado» han trabajado en línea para atraer la atención internacional y mantener implicados a los manifestantes. La etiqueta #WhatsHappeningInMyanmar (Qué está pasando en Myanmar) se ha utilizado ampliamente en Facebook y en Twitter.
Además, en las redes sociales prevalecen la vergüenza pública y llamados a castigar socialmente a los partidarios de los militares y a los policías violentos. Los usuarios antigolpistas de las redes sociales han publicado los nombres del personal militar que ha perjudicado a los manifestantes, así como información sobre las personas que se burlaron de esos incidentes.
Los piratas informáticos de Myanmar advirtieron que planean atacar a todas las páginas web del Ejército, incluidas la del Banco Central de Myanmar y del Consejo Militar. El 18 de febrero, el grupo internacional de piratas informáticos Anonymous anunció en Twitter que querían ayudar a los ciudadanos de Myanmar, y el 23 declararon una ciberguerra al Ejército de Myanmar.
Anonymous supports Myanmar. (?@AntiGovAnon) #OpMyanmar #WhatsHappeningInMyanmar #Feb18Coup pic.twitter.com/VowY7dj00l
— Anonymous (@YourAnonCentral) February 18, 2021
Anonymous apoya a Myanmar. Qué está pasando en Myanmar. Golpe el 18 de febrero.
Además, los contenidos que ridiculizan a Ejército y Policía han mantenido entretenida a la población. Páginas de Facebook como Generación Z han estado publicado imágenes y memes basados en incidentes ocurridos durante las protestas, a la vez que ponen de manifiesto los gestos de apoyo y las estrategias creativas utilizada por las nuevas generaciones para llamar la atención y evitar la detención.