Otro golpe para los Juegos Olímpicos de Tokio: Alto funcionario debe dimitir por comentarios machistas

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«Juegos Olímpicos/Paralímpicos de Tokio 2020″. Imagen de Dennis Amith en Flickr (CC BY-NC 2.0).

El 17 de marzo, el director creativo de Tokio Olympic, Sasaki Hiroshi, se vio forzado a dimitir después de hacer unos comentarios misóginos. Se convirtió así en el segundo alto funcionario en ser expulsado de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 por su abierto machismo. La dimisión de Sasaki supone otro revés para los Juegos Olímpicos 2020, pospuestos un año por la pandemia, y que están plagados de meteduras de pata, poco apoyo público y el problema no resuelto del COVID-19.

Sasaki Hirosi, que hasta marzo fue responsable de las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos y de los Paralímpicos, llegó a esa posición tras trabajar en Dentsu, gigante de la publicidad y las relaciones públicas. Sasaki reconoció que hace un año propuso la idea de que la popular cómica y presentadora Naomi Watanabe, con traje de cerdo hiciera un juego de palabras con las últimas letras de la palabra «Olympics», y que la  convirtiera en «olympig» («olimpuerca»). Sasaki fue obligado a explicar sus comentarios después de que la revista de investigación Shukan Bunshun publicó la historia el 17 de marzo.

En febrero, el presidente del Comité Organizador de las Olimpiadas de Japón, Yoshiro Mori, ya tuvo que dimitir después de hacer comentarios misóginos en repetidas ocasiones. Con un trasfondo de protestas nacionales, al menos mil voluntarios olímpicos abandonaron antes de que Mori dejara su puesto.

Chelsea Szendi Schieder, historiadora y profesora de la universidad Aoyama Gakuin, comentó:

Proposing to cast Watanabe Naomi, the most charismatic talent working in Japan today, as the «Olympig» in the opening ceremonies is insulting, and sadly on-brand for Tokyo 2020.

Proponer que Naomi Watanabe, el talento más carismático que hay actualmente en Japón, se convierta en la «olimpuerca» para las ceremonias de inauguración es insultante, y por desgracia, la marca de Tokio 2020.

Otros señalaron que la propuesta de Sasaki parece ejemplificar la gerontocracia alejada de la realidad que actualmente lleva las riendas de las olimpiadas y del propio Japón, país que recientemente quedó clasificado en el puesto 120 mundial en igualdad de género. El periodista independiente Thoton Akimoto dijo:

«Naomi Watanabe como un cerdo».
Responsabilidad de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Tokio
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¿A quién demonios se le ocurre que vestir a Naomi Watanabe de cerdo y hacerle decir «Soy una olimpuerca» sería una buena idea para la ceremonia de inauguración de las olimpiadas? No solo es denigrante para Watanabe, sino para cualquiera que sea consciente de su propio aspecto. La idea también puede percibirse como antifemenina. Es como si Sasaki confundiera las olimpiadas con un vulgar programa de variedades con la sensibilidad de la década de 1960 o 1970.

En un comunicado oficial, Watanabe declaró que no estaba previsto que participara en las ceremonias de inauguración después de que los Juegos Olímpicos se postergaron el año pasado, y que no conocía los comentarios de Sasaki.

Watanabe también afirmó:

As Naomi Watanabe, a person in the public eye, it is true that there are times when people have told me my physique is large, and I have been working with the understanding that there will be times when I will be taunted for it.

In reality, I am very happy with my figure. Therefore, I want to continue to express myself not only as someone who is large but as ‘Naomi Watanabe.’

However, as one human being, I truly hope from the bottom of my heart that the world can become a joyous place where each person’s individuality and ideas are respected and accepted by all.

Como Naomi Watanabe, que es una persona pública, es cierto que en ocasiones algunas personas me han dicho que mi físico es grande, y he trabajado sabiendo que habrá veces en que se burlarán de mí.

En realidad, estoy encantada con mi figura. Por tanto, quiero seguir expresándome no solo como alguien grande, sino como «Naomi Watanabe».

No obstante, como ser humano, realmente estoy profundamente convencida de que el mundo puede convertirse en un lugar feliz en el que la individualidad y las ideas de cada persona sean respetadas y aceptadas por todos.

Con la controversia, continúa salida de celebridades y otras destacadas personas que se retiran del relevo de antorchas, que comenzó el 25 de marzo en la prefectura de Fukushima. Muchos famosos, como el apreciado presentador y animador de televisión Shofukutei Tsurube y el cantante melódico Itsuki Hiroshi alegaron «problemas de agenda» cuando anunciaron que no participarían en la carrera de la antorcha olímpica.

Su decisión probablemente responde al sentir público sobre los Juegos. Un reciente sondeo de la agencia de noticias Kyodo descubrió que el 80 % de los japoneses piensan que a causa de la pandemia de COVID-19, las olimpiadas deberían cancelarse o posponerse de nuevo.

El sondeo se llevó a cabo después de los comentarios misóginos de Mori Yoshiro en enero y febrero, que también provocaron un considerable éxodo de voluntarios olímpicos.

A pesar de los contratiempos y de la aparente falta de apoyo a las olimpiadas de Tokio, los organizadores han insistido en que el relevo de antorchas olímpicas seguirá como estaba previsto  (se canceló una etapa «solo hombres» después de la indignación pública que provocó), aunque los casos de COVID-19 siguen aumentando en las ciudades de la ruta, entre ellas, Osaka y Tokio.

Mientras tanto, Japón, con una población de 126 millones de personas, ha entrado en su cuarta ola de COVID-19. Desde el inicio de la pandemia en febrero de 2020, se han contabilizado en el país más de un millón de casos de COVID-19, y las cifras de contagios en algunas partes del país siguen aumentando semana tras semana.

A principios de abril de este año, la incidencia acumulada a siete días en Tokio (con una población de 15 millones de personas), era de 440 nuevos casos de COVID-19 diarios, en comparación con los 376 y 303 casos de los dos viernes anteriores.

El 1 de abril, la prefectura de Osaka, con una población de 8,8 millones, marcó su pico de casos diarios de COVID-19 desde el 23 de enero, con 559 nuevos contagios. El Gobierno central de Japón, que retiene el control general de la lucha regional contra el COVID-19, se ha visto forzado a endurecer las medidas para reducir el número de contagios.

Estas cifras crecientes alarman no solo al Gobierno japonés, sino también a otros. El Ejército de Estados Unidos, que participó en la propagación inicial del COVID-19 en Japón, ha identificado «zonas rojas» en el país:

Es interesante contrastar lo que los US Marine Corps consideran como «zonas rojas» de COVID en Japón con la forma de abordar el problema del Gobierno de Suga. Cualquiera diría que hablan de dos países distintos.

Las vacunas podrían no ofrecer una sencilla solución al COVID-19. Aunque se está acelerando, el programa de vacunación de Japón ha tenido un inicio muy lento, con una población vacunada hasta ahora por debajo del 1 %. El Gobierno ha firmado acuerdos con distribuidores de vacunas, y se centra en principio en ancianos y trabajadores sanitarios.

Frente a la actual pandemia de COVID-19, el Gobierno japonés ha decidido organizar Juegos Olímpicos solo para deportistas. En teoría, esto limitaría el número de visitantes extranjeros a solo 1 5 000. No obstante, esta norma también permite que asistan familiares, entrenadores, informadores y patrocinadores: potencialmente, entrarían en Japón entre 100 000 y 200 000 personas.

La decisión de Japón de cerrar sus fronteras a cualquiera que no sea ciudadano japonés ha dejado a algunos residentes extranjeros varados fuera del país. La situación es especialmente difícil para los estudiantes extranjeros, muchos de los cuales no han podido entrar en Japón desde hace más de un año. Aunque las restricciones de entrada se han relajado, para los estudiantes y algunos trabajadores sigue siendo difícil conseguir permiso para entrar en el país.

Existe el temor de que Japón no admita extranjeros, incluidos estudiantes, visitantes y viajeros con visado al menos hasta septiembre de 2021, después de que hayan concluido los Juegos Olímpicos.

El Comité Organizador de las Olimpiadas de Japón no parece ser consciente hasta qué punto las torpezas, el patrón de abierta misoginia entre los altos funcionarios de la organización y la impresión de que se ignora la amenaza del COVID-19 están resultando en un bajísimo apoyo del público a los Juegos.

En vez de eso, después de que la revista Shukan Bunshun informó de los comentarios de Sasaki Hiroshi sobre la «olimpuerca» que precipitaron su dimisión, Hashimoto Seiki, que sustituyó a Mori Yoshiro en el Comité Organizador, pidió a la publicación retractarse de la historia y retirar de circulación las copias físicas de la revista.

Shukan Bunshun se negó rotundamente, lo que causó una nueva controversia sobre las olimpiadas de Tokio. Además de señalar que informar sobre un evento financiado con dinero público es de interés general, Shukan Bunshan concluyó su respuesta con esta pregunta:

東京オリンピックは、誰のためにあるのか。組織委員会や電通、政治家など利益を得る一部の人々のために、オリンピックがあるのではないか。

¿Para quién son los Juegos Olímpicos de Tokio? No solo deben ser unas «olimpiadas para algunos», como el comité organizador, Dentsu y algunos políticos.

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