Después de Magufuli, ¿revisará Tanzania su represiva normativa sobre contenidos en línea?

Agente de dinero móvil espera a sus clientes en Dar es Salaam, Tanzania. En virtud de la norma sobre contenidos 2020, la expresión individual se ve restringida por tarifas exorbitantes y por la facultad del Gobierno de retirar el «contenido prohibido». Crédito de la foto: Fiona Graham/WorldRemit vía Flickr (CC BY SA 2.0).

A principios de marzo, cuando los tanzanos empezaron a especular sobre la salud y el paradero del presidente John Magufuli, muchos ciudadanos recurrieron a las redes sociales con sus consultas y preocupaciones.

En respuesta, el Gobierno amenazó con realizar detenciones masivas a quienes utilizaran las redes sociales para difundir información falsa sobre el presidente. Las autoridades se remitieron prontamente a la ley de ciberdelincuencia de 2015 y la ley de comunicación electrónica y postal (contenido en línea) de 2020 de Tanzania para detener a quienes infringieran sus normas.

El Gobierno ha utilizado a menudo sus leyes de ciberdelincuencia y normativa sobre contenidos en línea para socavar y reprimir los derechos digitales y la libertad de expresión en Tanzania. Esta vez no ha sido diferente.

El 17 de marzo, la entonces vicepresidenta Samia Suluhu Hassan reveló en televisora estatal que John Magufuli había muerto. Poco después, Hassan juró su cargo como sexta presidenta de Tanzania.

Para entonces, habían detenido al menos a cuatro personas en distintas partes del país por «difundir noticias falsas» sobre la salud y el paradero de Magufuli.

Muchos se preguntan si ahora Tanzania revisará su represiva normativa en materia de contenidos en línea en un mundo después de Magufuli, o si estas leyes seguirán en vigor hasta 2025, el resto del mandato de Magufuli que ejercerá Hassan.

A principios de marzo, Innocent Bashungwa, ministro de Información, Cultura, Artes y Deportes de Tanzania, lanzó una advertencia específica a los medios para que desistieran de difundir «rumores» sobre el paradero de Magufuli, a quien no se veía en público desde el 27 de febrero.

Además, el ministro de Asuntos Jurídicos y Constitucionales, Mwigulu Nchemba, amenazó con prisión a los internautas que a través de sus cuentas de Twitter difundieran rumores «sin sentido», y mencionó concretamente el artículo 89 del Código Penal y el artículo 16 de la ley de ciberdelincuencia.

El jefe de Policía, Ramadhani Kingai, expresó un interés específico en la cuenta de Twitter «Kigogo», nombre suajili que se refiere a un oficial de alto rango que suele denunciar las irregularidades del Gobierno.

Los activistas de derechos humanos han condenado estos actos y el clima general de miedo creado por estas normativas y las posteriores amenazas de ejecución.

EPOCA 2020: Más restricciones a los derechos digitales

En la última década, Tanzania ha experimentado avances sorprendentes en internet, las comunicaciones y la tecnología.

Sin embargo, el Estado suele tener un papel influyente sobre las empresas y plataformas mediáticas tanzanas y los medios independientes carecen de diversidad en cuanto a puntos de vista y representación.

Internet creó nuevos espacios en línea para que los jóvenes blogueros y activistas de las redes sociales tanzanos pudieran hacer oír su voz, pero el Gobierno no ha acogido positivamente esta nueva realidad.

En 2010, Tanzania publicó por primera vez la ley de comunicaciones electrónicas y postales, la primera de este tipo en el país.

En 2018, se publicaron reglamentos específicos relativos a los contenidos en línea a través de la ley de comunicación electrónica y postal para contenido en línea. El Gobierno argumentó que esas normativas servían para supervisar y regular el uso que los ciudadanos hacen de las redes sociales en particular, y abordar temas como el discurso de odio y la desinformación.

Sin embargo, la normativa se aplica a los medios convencionales y también a blogueros y proveedores de contenido individuales, que se vieron sorprendidos por el nuevo requisito de pagar 900 dólares estadounidenses por una licencia. Esto incluye a quien produzca televisión o radio en directo.

La repentina imposición de tasas ensombreció las redes sociales tanzanas, ya que muchos blogueros y proveedores de contenidos dejaron de usarlos por los elevados costos. Los políticos de oposición y los profesionales de las redes sociales criticaron la normativa por socavar la libertad de los medios en línea, así como la sociedad civil.

En 2020, Tanzania aprobó las normativas revisadas EPOCA, emitidas en virtud del artículo 103 de la ley de comunicación electrónica y postal, adoptadas en julio de 2020, y anunciadas a través de la Gaceta del Gobierno en el Aviso de Gobierno N°538.

Hay varias diferencias principales entre las versiones 2018 y 2020 de EPOCA.

En primer lugar, la TCRA (Autoridad Reguladora de Comunicaciones de Tanzania) recategorizó las tasas con tres subcategorías adicionales dentro de los contenidos en línea: noticias y actualidad, entretenimiento y educación o religión, e impuso además restricciones a los proveedores de contenidos individuales.

EPOCA 2020, Sección VI, Artículo 116:

Toda persona que preste servicios de red sin haber obtenido la correspondiente licencia individual, comete un delito y podrá ser condenada a una multa no inferior a seis millones de chelines tanzanos [2587 dólares estadounidenses] o a una pena de prisión no inferior a 12 meses, o a ambas.

En segundo lugar, la TCRA  extendió la lista de «contenido prohibido»: contenido que motive o promueva escuchas telefónicas, espionaje, robo de datos, seguimiento, grabación o interceptación de comunicaciones o conversación sin derecho, entre otras cosas.

En tercer y último lugar, EPOCA 2020 también ha reducido el tiempo que tiene un titular de licencia para responder a las violaciones de contenido prohibido mediante la suspensión o el cierre de una cuenta. En virtud de las directrices de 2018, un titular tenía 12 horas. En 2020, en virtud del artículo 11/III, el tiempo se reduce a dos horas. El incumplimiento de ese plazo permite a las autoridades intervenir, suspender o eliminar una cuenta.

Global Voices habló con varios expertos en derecho y derechos humanos que condenaron las revisiones de EPOCA 2020, afirman que socava los derechos digitales y la protección de la sociedad civil. Sostienen que esas regulaciones reprimen más los derechos digitales y desaniman a blogueros y escritores de ser propietarios de sus contenidos en línea.

El mayor problema es que estos poderes no contienen ninguna salvaguarda contra los abusos y, con la situación actual, tienen ciertamente el efecto de ahogar la legítima libertad de expresión en Tanzania, dijo un profesional de los derechos humanos que quiere permanecer en el anonimato.

Después de Magufuli: el futuro de los derechos digitales en Tanzania

En el ´régimen de Magufuli, los derechos civiles, mediáticos y digitales disminuyeron constantemente con restricciones sistemáticas la libertad de expresión en línea.

Tras la inesperada muerte de Magufuli, muchos se preguntan ahora por el futuro de los derechos digitales del país, tras seis años de un liderazgo cada vez más autoritario.

Global Voices habló con varios funcionarios gubernamentales, bajo condición de anonimato, sobre la normativa actual y lo que está en juego en cuanto a derechos humanos en espacios digitales. Siempre bajo condición de anonimato, un profesional de derechos humanos en Tanzania dijo a Global Voices:

The regulations are not fair as anyone can be criminalized, because not many citizens understand the implications of these regulations.

La normativa no es justa ya que cualquiera puede ser criminalizado, porque no muchos ciudadanos entienden las implicaciones de esta normativa.

Otro sugirió que el Gobierno considera que las redes sociales son una «molestia». Advirtió a los ciudadanos que deben tomar precauciones al hablar en plataformas públicas, pues el Gobierno puede acceder legalmente a todos sus datos mediante la plataforma que aloja la red.

EPOCA 2020 hace «virtualmente imposible» permanecer en el anonimato en línea, en virtud de la normativa 9(e), «unida a la exigencia impuesta a los proveedores de cibercafés de registrar a los usuarios mediante identificaciones reconocidas, asignar direcciones IP estáticas a sus ordenadores y poner cámaras de vigilancia para grabar las actividades en sus locales», según este análisis del Consejo de Medios de Comunicación de Tanzania.

Esta normativa refuerza la difamación penal, disminuye el anonimato, establece enormes castigos para los infractores y otorga amplios poderes de eliminación de contenido a la TCRA y a los intermediarios.

EPOCA es incompatible con las normas de derechos digitales internacionalmente aceptables. En general, esa normativa reprime la legítima libertad de expresión y de prensa en Tanzania.

Sin embargo, el Gobierno tanzano está obligado a respetar y defender los derechos a la libertad de expresión y de asociación de todas las personas, incluidos miembros de los medios, la sociedad civil y la oposición política, en virtud de la Constitución de Tanzania y los tratados internacionales y regionales. Además, esos derechos son esenciales para ejercer el derecho al voto.

Tanzania se encuentra en una encrucijada con los derechos digitales.
Bajo la nueva presidenta Hassan, ¿el Partido Revolucionario seguirá silenciando y reprimiendo los derechos digitales en el país?

Nota editorial: El autor de este artículo desea permanecer en el anonimato por razones de seguridad.

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