Agoniza el pueblo jamaiquino; políticos buscan soluciones tras asesinato de otra joven.

El «Proyecto del tendedero» fue parte de la campaña «Dieciséis días de activismo» de 2016, que simbolizaba el acto de tender ropa sucia en público para pedir el fin de la violencia contra mujeres y niñas.  Imagen de ONU Mujeres/Khristina Godfrey (CC BY-NC-ND 2.0).

El pueblo jamaiquino está preocupado. Más de 600 personas han muerto a causa del COVID-19 desde que el país anunció su caso índice el 10 de marzo de 2020, y la tasa de infecciones sigue siendo alta en medio de una incertidumbre económica persistente. En medio de esto, y antes del primero de tres fines de semana de confinamiento planificados, la noticia de una joven asesinada cuyo cuerpo se encontró dos días después de su desaparición ha golpeado donde más duele.

La Policía acusa a un vecino de 50 años del asesinato de Khanice Jackson, auxiliar de contabilidad de 20 años. Jackson salió de su casa en las afueras de Kingston la mañana del 24 de marzo, pero nunca llegó a su trabajo. El sospechoso la llevaba en auto con mucha frecuencia pues ambos trabajaban cerca.

La noticia del asesinato de Jackson surge en medio de un trasfondo de una cantidad sin precedentes de asesinatos en Jamaica que, según un estudio del 2020, tiene la mayor tasa de homicidios de América Latina y el Caribe: 46.5 por cada 100 000 habitantes. Según las estadísticas policiales, desde marzo de 2021 ha habido 328 asesinatos, lo que refleja un aumento del 7 % comparado con el mismo período del año anterior.

El Gobierno y el sector privado analizan distintas iniciativas para detener el derramamiento de sangre. El Consenso Nacional sobre la Delincuencia de octubre de 2019, fue un acuerdo entre líderes políticos, la sociedad civil y el sector privado mediante el que se identificaron objetivos específicos. El consenso lo controla un comité de supervisión perteneciente al sector privado, que expresó preocupación porque la acción legislativa prometida para combatir el crimen se había materializado muy lentamente.

Mientras tanto, los cibernautas se vieron abrumados por la conmoción y el dolor que les causó el asesinato de Jackson. Una semana después de que la encontraron, las nubes de tristeza apenas se disiparon, especialmente para las jóvenes. Una muchacha expresó sentir inseguridad por ella y por las demás:

Me siento apesadumbrada desde esta mañana… Lloré mientras manejaba… Llegué a casa y me volví a poner triste. Abracen fuerte a sus seres queridos… Llámenlos para ver cómo están… Hagan lo que tengan que hacer. Hay mucha gente que está sufriendo.

Un canal de televisión que informó sobre el caso de Jackson publicó un video muy difundido en el que contaban la desaparición de una estudiante con discapacidad visual, la muerte de una mujer durante una redada de las fuerzas de seguridad y el asesinato de una colegiala —todos casos muy mediáticos sin resolver:

¿Y quién es la próxima? O, mejor, ¿podemos parar esta tendencia? Saven a nuestras mujeres. Salven a nuestras mujeres en Jamaica. Protejan a nuestras mujeres. Justicia para Khanice, Jasmine Dean y Susan Bogle. Elige desafiar.

En un esfuerzo por ofrecer sus condolencias, el primer ministro Andrew Holness visitó al novio y a la madre de Jackson (que ha perdido a su hija única), que piden una pena severa por el homicidio:

ÚLTIMA NOTICIA: El primer ministro Andrew Holness conversó hace instantes con la madre y otros familiares de Khanice Jackson, de 20 años que fue encontrada asesinada ayer.

El primer ministro y el comisario adjunto a cargo de la delincuencia, Fitz Bailey, se reunieron con los familiares de Khanice.

Sin embargo, muchos ven el gesto con escepticismo e indican que el Gobierno jamaiquino y las fuerzas de seguridad no estaban haciendo lo suficiente:

Las jamaiquinas no estamos a salvo. La violencia que soportamos en manos de los hombres no la toma en serio el Gobierno cómplice y la policía. A los seres queridos de Khanice, mi corazón está con ustedes.

Figuras muy conocidas, como el DJ de dancehall Beenie Man, dieron sus condolencias:

LA VERDADERA PANDEMIA ES LA DELINCUENCIA Y LA VIOLENCIA EN JAMAICA.
¡NO ESTAMOS BIEN! NOS SANGRA EL CORAZÓN. ¡NUESTROS NIÑOS Y MUJERES NO ESTÁN A SALVO! ¡No está bien, hermano! No está bien. Necesitamos justicia y nada más que justicia. Justicia para Khanice.

Sin embargo, mientras los artistas de dancehall expresaban su conmoción por esta «locura», el primer ministro Holness apuntó al papel que juega la música popular, tema muy recurrente en el que los jamaiquinos parecen estar eternamente divididos. ¿Son las letras del dancehall, frecuentemente violentas, un mero reflejo de la sociedad, o efectivamente incitan a los jóvenes a la criminalidad?

En Twitter, el usuario Wayne Chen les recordó a los usuarios de medios sociales que el primer ministro también ha condenado en reiteradas veces la prevalencia del castigo corporal dentro de las familias jamaiquinas, pues considera que ayuda a alimentar la cultura de la violencia:

¿Cuándo nos pondremos de acuerdo en que, si golpeamos a nuestros hijos sin piedad, les estamos enseñando que la única forma de resolver un conflicto es por medio de la violencia… en que el cuerpo de una persona es inviolable… en que nadie tiene derecho a tocarme… en que todas las mujeres tienen derecho a decir no?

- Primer ministro Andrew Holness

En esa misma línea, las preocupaciones acerca de la crianza y las estructuras familiares también han resurgido. La medallista olímpica Shelly-Ann Fraser Pryce comentó sobre cómo se cría a los varones en Jamaica:

Dejen de criar a los varones como si tuvieran derecho sobre las mujeres o como si estuviera bien que se salgan con la suya por el solo hecho de ser varones.

Pero ¿por qué se apunta a las mujeres? Existe la idea de que muchas son víctimas de parejas celosas y abusivas (a veces, separadas). La culpabilización de la víctima después de un caso de femicidio también surge de vez en cuando. Las mujeres jamaiquinas sienten que ya lo han visto y escuchado todo. A principios de este año, la organización de mujeres WeChange señaló  en un artículo de opinión  el ciclo interminable de atropellos, promesas y falta de acción e incitó al pueblo jamaiquino a «llamar al femicidio por su nombre».

When will they stop talking? When will they act? Importantly, when will we stop normalising the toxic nature of relationships and the idea that entering into a relationship means we become the property of our partners? Our society continues to cling to these harmful justifications for men's violence; from controlling women's ability to making personal choices to using jealousy to justify dangerous actions and defining gender roles in the household where the man is ‘king of the castle’.

¿Cuándo empezarán a actuar en lugar de hablar? Sobre todo, ¿cuándo dejaremos de normalizar la naturaleza tóxica de las relaciones y la idea de que iniciar una relación significa que pasamos a ser propiedad de nuestras parejas? Nuestra sociedad continúa aferrándose a estas justificaciones dañinas de la violencia de los hombres; desde controlar la capacidad de las mujeres para tomar decisiones personales hasta usar los celos para justificar acciones peligrosas y definir los roles de género en el hogar, donde el hombre es el «rey del castillo».

En una acalorada sesión parlamentaria del 30 de marzo, una parlamentaria criticó los métodos para la determinación de las penas. En Jamaica, los convictos reciben una reducción de su condena si se declaraban culpables (un intento por reducir la acumulación de causas en los tribunales). Sin embargo, el ministro de Justicia, Delroy Chuck, dijo que esta práctica no era apropiada para todos los casos y que habría que revisar el asunto.

Un canal de televisión comunicó que el primer ministro dijo en una entrevista que deban implementarse «poderes extraordinarios y de emergencia» para frenar la delincuencia y, al mismo tiempo, respetar los derechos de los ciudadanos. No obstante, no ha dado mayores detalles al respecto:

El primer ministro Andrew Holness afirma que se deberán declarar más estados de emergencia y zonas de operaciones especiales para frenar la delincuencia en Jamaica.

Estas estrategias no son nuevas, y a larga, el Estado suele pagar un costo muy alto, financiero como en términos de opinión pública, cuando se necesitan comisiones investigadoras para determinar si hubo un atropello de los derechos ciudadanos.

Entonces, ¿cómo pueden defenderse las jamaiquinas? El líder opositor Mark Golding planteó la legalización del gas pimienta, aunque aparentemente su uso aún sigue siendo polémico. Se realizó una petición en el sitio web de la oficina del primer ministro para legalizar el gas pimienta, que juntó firmas rápidamente, y ahora la evaluará el Parlamento.

Mientras más mujeres desaparecenmuchos jamaiquinos están expresando públicamente su consternación por la situación de la delincuencia.

La columnista Jean Lowrie-Chin le recordó a la nación otro caso pendiente:

Meanwhile, the courts are in the process of sentencing Jermaine Miller, who is convicted of the murder of his former girlfriend, Nevia Sinclair, at her parents’ home last year. What is it about these men who will not allow a woman to go in peace if she wants to end the relationship?

Mientras tanto, la justicia está en proceso de sentenciar a Jermaine Miller, condenado por asesinar a su exnovia, Nevia Sinclair, en la casa de los padres de ella en 2020. ¿Qué les pasa a estos hombres que no dejan a las mujeres irse en paz cuando son ellas las que deciden terminar la relación?

Pese a todos los lamentos, el dolor genuino y el temor creciente, ¿cambiará algo? Una jamaiquina cree que, tal como sucedió con otras víctimas anteriormente, la indignación se esfumará y esto pasará a ser «normal» para muchos:

Mañana, cuando las aguas se hayan calmado y se acabe el alboroto, volveremos al punto de partida. Continuaremos con nuestras vidas, las mujeres seguirán viviendo con miedo y los hombres seguirán siendo depredadores. Ya pasamos por esto demasiadas veces, nada cambiará. Es desgarrador. ?

En esta oportunidad, se espera que la situación no sea el usual «aquí no ha pasado nada», y que los ciudadanos y el Estado puedan trabajar juntos para poner fin a la delincuencia y la violencia de una vez por todas.

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