Trabajadores autónomos serbios protestan contra nueva legislación tributaria que amenaza con llevar a miles a la pobreza

Manifestación de trabajadores autónomos celebrada el 8 de abril de 2021 en Belgrado. En los carteles se lee: «¡Nos negamos a renunciar a nuestro futuro!» y «¡Sí a los impuestos! ¡No al robo!». Foto de la Asociación de Trabajadores Digitales usada con autorización.

Alrededor de 2000 ciudadanos serbios se lanzaron a las calles de Belgrado el 8 de abril para protestar contra un nuevo régimen fiscal en virtud del cual los trabajadores digitales, o quienes trabajen por cuenta propia por internet, deberían pagar retroactivamente elevados impuestos correspondientes a los últimos cinco años. Advierten que, si el Gobierno sigue adelante con su plan, más de 100 000 personas que actualmente son gravables caerían bajo el umbral de la pobreza.

La noche del 7 de abril, manifestantes, muchos de los cuales procedían de otras ciudades serbias, montaron un campamento delante del Parlamento. A la mañana siguiente más personas se unieron a una marcha que durante dos horas recorrió las principales calles de Belgrado, con paradas en los edificios gubernamentales para «saludar» a los ministros de Finanzas y Empleo, y a la primera ministra. Los participantes se despidieron con la promesa de volver en de dos semanas si el Parlamento serbio aprueba la ley a la que se oponen categóricamente.

Manifestación de los trabajadores autónomos.
Música de fondo: «Sistem te laže» (El sistema te está mintiendo) de Beogradski sindikat.

Las protestas estaban encabezadas por la Asociación de Trabajadores Digitales (Udruženje radnika na internetu), organización nacida a partir de un grupo de Facebook que cuenta con más de 13 000 miembros. Además de expresar el rechazo a los nuevos impuestos, se quería desmentir la afirmación del Gobierno de que estos tributos cuentan con el apoyo de los autónomos.

El 29 de marzo la Asociación mantuvo su tercera ronda de negociaciones con el Gobierno y, como en los intentos de febrero, las conversaciones fracasaron, ya que el Gobierno se negó a cambiar la mayor parte de sus condiciones.

Por si eso fuera poco, el 31 de marzo el Gobierno anunció un acuerdo con otra organización que dice representar a los trabajadores autónomos. Fue toda una sorpresa para la comunidad digital, ya que esa entidad nunca había participado en la negociación ni se había esforzado por encontrar una solución para los trabajadores digitales, sino que durante los últimos seis meses había guardado silencio o había expresado su apoyo a las peticiones de la Asociación de Trabajadores Digitales.

«No hay tributación sin legislación». Campamento de los manifestantes delante del Parlamento de la República de Serbia, el 8 de abril de 2021. Foto de la Asociación de Trabajadores Digitales usada con autorización.

Antes de que empezaran las protestas del 8 de abril, la primera ministra serbia, Ana Brnabić, visitó el campamento y les ofreció «una taza de té» a los que estaban acampando esa noche tan fría. Le contestaron que querían la paralización de los procedimientos parlamentarios para la aprobación de la nueva legislación tributaria y la vuelta a la mesa de negociaciones.

Durante años los trabajadores digitales han estado excluidos de las leyes y regulaciones serbias. No tenían derecho a planes de pensiones no de salud, y no podían definir legalmente su situación laboral.

Solo se los mencionaba en una enmienda a la Ley de Pensiones y Discapacidad de 2019, que a partir de 2020 les permitía añadir parte de sus ingresos a su fondo de pensiones personal, siempre que estuvieran contratados oficialmente en algún otro sitio. En las consultas anteriores a octubre de 2020, las autoridades fiscales serbias contestaban que el tipo de trabajo realizado por las personas que se ganaban la vida subcontratando servicios a empleadores extranjeros no estaba regulado legalmente, y que no existía ningún marco para que pagaran impuestos.

Intervención de Miran Pogačar en la manifestación de trabajadores autónomos del 8 de abril en Belgrado (Serbia). Foto de la Asociación de Trabajadores Digitales usada con autorización.

Como trabajador autónomo y activista, Miran Pogačar explicó la situación en una entrevista con el portal de noticias People’s Dispatch:

Even though Serbia ranks fourth in Europe based on its market share in the global digital workforce, for years, digital workers in Serbia were invisible when it came to laws and regulations. They had no right to a pension or healthcare, and no way of defining their employment status legally.

As the unemployment rates in Serbia are sky-high, the National Unemployment Office even recommended finding work with foreign companies. It even subsidized courses for digital workers without mentioning any obligations that come with freelance work.

At the same time, Serbian tax authorities had been misinforming citizens who inquired about their tax obligations. They claimed that our line of work wasn’t regulated by law, that they had no framework for taxation, and they sent out the same message: we weren’t supposed to pay anything, and we couldn’t if we wanted to.

De todos los trabajadores digitales que hay en el mundo, los serbios ocupan el cuarto lugar entre los países europeos. A pesar de ello, durante años han sido invisibles para las leyes y regulaciones serbias. No tenían derecho a planes de pensiones ni de salud, y no podían definir legalmente su situación laboral.

Como la tasa de desempleo en el país es muy alta, la Oficina Nacional de Desempleo llegó a recomendarles que trabajaran con empresas extranjeras. Incluso ofreció subsidios para que los trabajadores digitales hicieran cursos, sin mencionar ninguna obligación relacionada con el trabajo independiente.

Al mismo tiempo, las autoridades fiscales serbias han estado informando mal a los ciudadanos que preguntaban sobre sus obligaciones tributarias. Contestaban que nuestro tipo de trabajo no estaba regulado legalmente, que no estaba recogido en ningún marco tributario, y siempre mandaban el mismo mensaje: no teníamos que pagar nada y, aunque quisiéramos, no podíamos.

Sin embargo, durante la pandemia y la devastadora crisis económica resultante, en lugar de corregir la legislación laboral y regular el trabajo por internet e independiente, las autoridades decidieron explotar un vacío legal poco conocido de la Ley del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas de 2001, que les permitía iniciar un cambio en los impuestos sin previo aviso.

Posteriormente, el 13 de octubre de 2020, la Administración Tributaria les pidió a todos los particulares que habían recibido fondos del extranjero que pagaran los impuestos y contribuciones sociales correspondientes a los seis años anteriores en una sola cuota, que incluía intereses devengados.

Era la primera vez que la administración tributaria informaba o avisaba a los trabajadores digitales de esas supuestas obligaciones, y lo hizo a través de una publicación de Facebook en la que solicitaba que «declararan los ingresos provenientes del extranjero por iniciativa propia». Según los datos de la administración tributaria, el 99,7 % de todos los afectados por la ley de 2001 no habían pagados impuestos ni contribuciones. De un momento a otro, las autoridades exigían el pago de impuestos y contribuciones futuros, así como de los correspondientes a los últimos cinco años de forma retroactiva.

«El sistema no hizo su parte; nosotros, sí. ¿De quién es la culpa?». Cartel de la manifestación de trabajadores autónomos que tuvo lugar el 8 de abril en Belgrado (Serbia). Foto de la Asociación de Trabajadores Digitales usada con autorización.

Los trabajadores digitales amenazados respondieron con dos grandes manifestaciones pacíficas, el 30 de diciembre y el 16 de enero.

Tras la primera, el presidente serbio Aleksandar Vučić hizo una declaración conciliadora, en la que decía que, aunque todos tenían que pagar impuestos, las autoridades estatales eran en parte responsables de la situación y le pedía al Gobierno que no requiriera el pago correspondiente a ese período.

Ja mislim da je tim ljudima potrebno omogućiti da rade. Sad je jasno kakav porez treba da plate, ali nemojte da im naplaćujete retroaktivno.

Creo que se debería permitir que esas personas trabajaran. Dado que ya está claro qué impuestos deben pagar, no les hagan tributar retroactivamente, por favor.

Tras la segunda protesta, el Gobierno aceptó la oferta de negociación de los autónomos. Las autoridades propusieron la condonación de los intereses y una reducción de la cantidad imponible al 57 % del total, aunque esto último no estaba garantizado. El Gobierno también propuso un plan de pago a diez años.

Los trabajadores autónomos han calculado que, con los impuestos y contribuciones actuales, la suma mensual equivaldría a más del 50 % de los ingresos totales de una persona, si esos ingresos se mantuvieran constantes durante los próximos diez años.

Debido a la naturaleza volátil y precaria de su trabajo, esto empujaría a muchos a una extrema pobreza. El retraso de un solo ingreso podría suponer que familias enteras quedaran sin hogar. Además, los trabajadores autónomos afirman que la oferta gubernamental es inconstitucional, ya que viola la Sección 3 del artículo 91 de la Constitución serbia, que afirma que la obligación de pagar impuestos y otras cuotas será general y se basará en la capacidad económica de los contribuyentes.

Los autónomos están de acuerdo en que deben tributar, pero consideran que las actuales tasas impositivas no son solo injustas, sino incluso sofocantes e insostenibles. El Estado les exige que paguen por unas prestaciones sociales y, al mismo tiempo, les niega los medios para acceder a ellas.

«No hay tributación sin legislación» y «Basta de robar a los trabajadores digitales». Carteles de la manifestación que tuvo lugar el 8 de abril en Belgrado. Foto de la Asociación de Trabajadores Digitales usada con autorización.

Los trabajadores digitales también consideran injusta la tributación retroactiva, ya que durante ese periodo no tuvieron la posibilidad de ajustar el precio de mercado de su trabajo para incluir una posible tributación y de forma conjunta, mediante herramientas y encuestas digitales, decidieron rechazar la propuesta gubernamental.

En enero de 2021 la asociación contactó a la oficina del Defensor del Pueblo serbio, que solicitó que la administración tributaria aportara documentación de sus actividades de los últimos cinco años en relación con los trabajadores digitales y los particulares, que podría demostrar que ese organismo no ha cumplido sus obligaciones y que lleva años dando información errónea.

La asociación es un grupo cada vez más numeroso, sobre todo jóvenes, que incluye a diseñadores, profesores, traductores, especialistas en comunicación, programadores y creadores de contenido que utilizan las manifestaciones y las campañas en las redes para hacerse un lugar en los medios sometidos al control gubernamental, donde se los ha presentado básicamente como delincuentes evasores de impuestos.

Por medio de internet y hablando con familiares y amigos, los autónomos han tardado menos de dos meses en conseguir cambiar la percepción de la opinión pública acerca de su situación, y en gran medida se han ganado la comprensión y la compasión de la gente. Sin embargo, las autoridades serbias siguen negándose a tomar en consideración el evidente aspecto humano de la cuestión.

«¡No quiero irme [de mi país]!». Manifestante sostiene un cartel frente al Parlamento serbio. Foto de la Asociación de Trabajadores Digitales usada con autorización.

Los autónomos tienen la intención de continuar manifestándose hasta que se alcance una solución justa. Estarían dispuestos a pagar impuestos, sostienen, pero no de un modo que los sumerja a ellos y a sus familias a la pobreza o que suponga prescindir de más de la mitad de sus ingresos durante la próxima década.

Ante el rechazo a sus demandas por parte de la primera ministra, los manifestantes decidieron prolongar el campamento hasta el 10 de abril y unirse a la protesta de los activistas ambientales para mostrar su solidaridad.

La autora integra la Asociación de Trabajadores Digitales.

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