Agresiva ocupación de hogares palestinos por colonos israelíes en Jerusalén es solo una parte de décadas de sufrimiento

Captura de un vídeo publicdo en Instagram por Mona ElKurd, residente en el barrio palestino de Sheikh Jarrah, que ilustra su encuentro con un colono israelí que le dice «Si yo no te robo la casa, algún otro lo hará». El video ha convertido a ElKurd en un icono de la lucha entre los residentes palestinos de este barrio de Jerusalén y los colonos israelíes que han sido autorizados por ley a desalojarlos de sus hogares.

«Si yo no te robo la casa, algún otro lo hará».

Esto es lo que un colono israelí llamado «Yakob» respondió a la periodista jerosolimitana Muna ElKurd cuando le pidió que saliera del jardín de su casa en el barrio de Sheij Jarrah de Jerusalén.

El video de la conversación que publicó Kurd en su página de Instagram se ha viralizado, compartido en numerosas áginas y sitios web de noticias, y la ha convertido en un icono de la opresión que ella y su familia —y todo el barrio— soportan actualmente.

El apartheid que existe actualmente en Jerusalén.

“Aunque yo me vaya de la casa, no te la van a devolver».

Desde que Kurd publicó su video, las tensiones en los territorios ocupados palestinos se han recrudecido hasta el peor nivel en años. El bloqueado enclave de Gaza ha sufrido ataques aéreos israelíes mientras los musulmanes celebraban el fin del Ramadán, su mes sagrado de ayuno. Hasta ahora, han muerto al menos 122 palestinos, entre ellos 31 niños, y el número de muertos no deja de aumentar.

Ocho israelíes han muerto como consecuencia de los cientos de misiles disparados por Hamás, que gobierna en Gaza, contra territorios ocupados por Israel en respuesta a provocaciones anteriores. Mientras tanto, cientos de jerosolimitanos han sido heridos por fuerzas de ocupación que han reprimido con dureza a manifestantes y devotos en las últimas semanas.

Las tensiones en Jerusalén coincidieron con el comienzo del Ramadán, el 13 de mayo. Las fuerzas israelíes de ocupación colocaron barricadas para impedir el paso a la zona de Bab Al-Amud (Puerta de Damasco) para ejecutar el antiguo ritual de reuniones informales en esa zona de la ciudad antigua. Este bloqueo causó fuertes protestas —bautizadas como «revuelta de Bab Al Amud«— que finalmente lograron desplazar las barreras y obstáculos colocados por las fuerzas de ocupación.

Estos hechos fueron seguidos por la irrupción de las fuerzas israelíes en la explanada de las mezquitas de la ciudad antigua de Jerusalén, uno de los lugares santos del islam, que arrojaron botes de humo y granadas aturdidoras que causaron numerosos heridos. La represión de Al-Aqsa coincidió con la apropiación de casas palestinas por parte de colonos israelíes en el barrio Sheij Jarrah de Jerusalén, amparados en veredictos de tribunales israelíes.

Sheij Jarrah: Lucha de décadas

La lucha por Sheikh Jarrah se remonta a 1948, cuando representantes del naciente estado de Israel intentaron tomar a la fuerza el barrio, desplazar a sus habitantes y destruir sus hogares. Lo impidieron las fuerzas británicas, que entonces protegían la ciudad de Jerusalén. Años después, durante la Guerra de los Seis Días, en junio de 1967, las fuerzas israelíes ocuparon Cisjordania, incluido Jerusalén y sus alrededores.

Desde entonces, los sucesivos gobiernos israelíes han intentado desplazar a la población palestina de la ciudad de Jerusalén para cambiar su demografía a una mayoría judía, dentro de los esfuerzos por posicionar la ciudad como capital de Israel e intentar convencer a los países para que reubiquen sus embajadas allí, a pesar de la reclamación palestina, respaldada por Naciones Unidas, de convertir al menos una parte de Jerusalén en su capital.

«No nos iremos» puede leerse en la pared de la casa de una familia palestina en riesgo de ser desalojada por colonos israelíes. Foto de Osama Eid (licencia CC BY 3.0).

El barrio de Sheij Jarrah, ubicado al norte de la ciudad antigua de Jerusalén, contiene una de las arterias principales que comunican la población judía de la ciudad con la Universidad Hebrea. Conseguir el control del barrio pondría toda la zona este de Jerusalén bajo autoridad israelí.

La expulsión de palestinos data del periodo 1948-1967, cuando Jerusalén estaba bajo control jordano. En 1956, las autoridades jordanas, en cooperación con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), construyeron viviendas en Sheij Jarrah para 28 familias refugiadas. El Ministerio de Construcción y Desarrollo de Jordania proporcionó el terreno, con la condición de que fuera UNRWA quien llevara a cabo la construcción, y que la propiedad de las casas se transfiriera a sus residentes a los tres años de su finalización. Pero esto no sucedió hasta 1967, cuando Jordania perdió el control de Cisjordania.

Pocos días nos separan de la decisión del tribunal de ocupación para que se evacue el barrio de Sheij Jarrah o se pospongan los desalojos. Más de 500 palestinos de 28 familias se enfrentan al fantasma de una nueva catástrofe y un desplazamiento forzado. Dejemos oír nuestras voces de apoyo a nuestra gente en el barrio de Jerusalén.
Salva el barrio de Sheikh Jarrah.

Con Jerusalén bajo control de Israel, las organizaciones israelíes de colonos comenzaron a ocupar casas cuyos residentes se encontraban ausentes, aunque fuera temporalmente. La familia Shatti, por ejemplo, perdió su casa mientras se encontraba de visita en Kuwait en 1967.

En 1972, dos sociedades israelíes de judíos askenazíes y sefardíes se presentaron en el Departamento de Registro de la Tierra de Israel para reclamar la propiedad de la zona de Karm Al-Jaouni, en Sheij Jarrah. Su reclamo se basaba en un supuesto documento de compra datado en el periodo otomano. La propiedad de la tierra se concedió a dichas sociedades.

Entre 1974 y 1975, las sociedades mencionadas presentaron una demanda con la que pretendían desalojar a cuatro familias de sus casas. El tribunal israelí desestimó las peticiones porque los residentes eran inquilinos protegidos por la ley.

Pero las demandas se reprodujeron en 1982, esta vez contra 23 familias, 17 de las cuales recurrieron a un abogado israelí, Tosya Cohen. No obstante, en 1991, Cohen sorprendió a sus clientes cuando cerró un acuerdo con las dos sociedades de colonos que abrió el camino a que dichas sociedades despojaran de sus hogares a palestinos como la familia Hanoun y la familia Ghawi.

Una primera decisión judicial ordenó a esas dos familias que pagaran alquiler a los demandantes, pero aunque ambas cumplieron, fueron desalojadas en 2002. En 2003, las dos sociedades vendieron su parte de la tierra a un fondo de inversión. El cambio de propietario permitió a las familias Hanoun y Ghawi apelar su expulsión y volver a sus casas hasta que se resolviera el caso.

La familia de Mona ElKurd ha sido objetivo de demandas desde principios de la década de 1990. Después de numerosas sentencias, la última en 2009, los colonos israelíes obtuvieron el derecho de apropiarse de la casa de ElKurd. Desde entonces, la familia comparte su casa con los colonos que se la arrebataron, que les deja tan solo 50 m² para vivir.

Más recientemente, en octubre de 2020, las familias ElKurd, Al-Qasim, Al-Jauni y Al-Skafi recibieron notificaciones de desalojo del tribunal de primera instancia. En septiembre, otras tres familias —Hammad, Dajani y Al-Dawoudi— recibieron notificaciones similares, con lo que aumentó a 55 el número total de personas amenazadas de desalojo. Estas decisiones quedaron suspendidas hasta febrero de 2021, cuando se emitió una orden de desalojo con fecha de ejecución el jueves 6 de mayo de 2021, que dio lugar a la actual escalada violenta.

Los residentes en Sheij Jarrah «no pueden respirar»

Conforme aumentaban las tensiones, los palestinos recurrieron a los medios sociales para hablar de la opresión que sufren.

¡Esta noche a las 8:30 p.m. también vengo a Shimon el Tzadik para cuidar de nuestros hermanos! ¿Vienes?
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Bentzi Gopstein (Lehava), uno de los organizadores de las marchas «muerte a los árabes», viene a Sheij Jarrah esta noche a las 8.30 h. Salvemos Sheij Jarrah de la violencia colonial.

La frase «no puedo respirar» —las últimas palabras de George Floyd mientras lo mataban policías en 2020 en Minnesota— es tendencia en los medios sociales entre palestinos y simpatizantes, mientras las fuerzas israelíes de ocupación reprimen violentamente a los que expresan su solidaridad con los residentes desalojados de Sheij Jarrah.

«No puedo respirar», dijo.

El apartheid nunca se acaba.

También en Twitter, Kawther escribió:

La misma violencia, pero nadie habla de eso.
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Salvar el barrios de Sheikh Jarrah .

En un gesto de solidaridad con los residentes de Sheij Jarrah, los vecinos de Jerusalén rompieron su ayuno todos los días de Ramadán frente a casas de residentes al borde del desalojo. Eso impulsó a Itamar Ben Ghafir, miembro del Knéset de Israel y líder del partido israelí de extrema derecha Otzma Yehudit, a participar en una reunión en el distrito el 6 de mayo, día fijado por el tribunal para desalojar esas casas, en la que hizo el provocativo anuncio de que reubicaría su oficina en Sheij Jarrah para enfrentar a los «extremistas árabes».

Cuando un grupo de palestinos se reunieron para expresar su rechazo a las provocaciones del Parlamento, un colono roció con gas de pimienta a los palestinos, acto documentado en numerosos videos.

Colonos israelíes rocían con gas de pimienta a jóvenes palestinos en el barrio de Sheij Jarrah.

Esto condujo a un enfrentamiento entre ambas partes, que se lanzaron sillas y piedras.

Un colono rocía a los chicos con gas de pimienta, y los chicos no defraudan.
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Las fuerzas israelíes de ocupación intervinieron y arrestaron a varios palestinos.

Es realmente triste que la gente tenga que pasar por todo esto solo por estar luchando por SU PROPIA tierra, y aún así el mundo no diga ni una palabra.

El 5 de mayo, el ministerio palestino de Asuntos Exteriores presentó los documentos oficiales con los detalles de las operaciones de desalojo ejecutadas por Israel ante el Tribunal Penal Internacional, pero los enfrentamientos en el lugar de los hechos no parecen recudirse.

El 10 de mayo, un tribunal israelí aplazó la audiencia prevista para aquel día, en la que se iba a decidir el destino de los palestinos residentes en Sheij Jarrah. Al anunciar que la fecha de la siguiente vista se fijaba 30 días después, el tribunal permite que las familias a punto de ser desaojadas permanezcan en sus casas hasta entonces.

Muna ElKurd, cuyo video en Instagram la ha convertido en un emblema de la lucha de los residentes de Sheij Jarrah, escribió:

We should not stop. Freezing [the decision] is not cancelling it.. The movement of Sheikh Jarrah is a popular and global movement against displacement and colonization in Jerusalem and all of Palestine. We must raise our voices, and intensify efforts through our presence and solidarity in Sheikh Jarrah neighbourhood, and intensify our voice on social media platforms, because the violence of the colonial occupation is prevalent and its outbreak in our cities has not been frozen.

No debemos parar. Congelar la decisión no es anularla. El movimiento del barrio Sheij Jarrah es un movimiento popular y global contra el desplazamiento y la colonización de Jerusalén y de toda Palestina. Debemos hacer oír nuestras voces, e intensificar los esfuerzos con nuestra presencia y solidaridad con el barrio de Sheij Jarrah, y elevar nuestra voz en los medios sociales, porque la violencia de la ocupación colonial prevalece, y sus estallidos en nuestras ciudades no se ha congelado.

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