Angustia pública por otro confinamiento de COVID-19 en Turquía

COVID-19 CG. Imagen por Yuri Samoilov en Flickr (CC BY 2.0).

El 26 de abril, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, anunció nuevas medidas de confinamiento en un intento por frenar el aumento de infecciones por COVID-19 que ya han alcanzado los 60 000 casos diarios. Las nuevas restricciones estarán vigentes del 30 de abril al 17 de mayo y han sido las más estrictas hasta ahora, e incluyen cierre de tiendas minoristas, servicios considerados no esenciales, prohibición sobre la venta de alcohol, artículos de papelería, electrónicos e incluso toallas higiénicas femeninas. Antes solo hubo cierres parciales y toques de queda de fin de semana.

Turquía empezó su campaña de vacunación a mediados de enero y hasta ahora el 12 % de sus 85 millones de habitantes han sido completamente vacunados.

Las nuevas medidas fueron recibidas con muchas críticas, especialmente entre la clase trabajadora que recibió muy poca o ninguna ayuda financiera durante este último año y medio que ya lleva la pandemia. La industria agrícola fue una de las más afectadas, ya que que todos los mercados cerraron, y los agricultores de todo el país tuvieron que desechar la mayoría de sus cultivos. En un intento por controlar la situación, el Gobierno decidió abrir los mercados agrícolas, pero solo los sábados. Sin embargo, el sindicato de agricultores no estuvo de acuerdo en que esto bastaría para resolver la creciente crisis.

Según las cifras mostradas en la encuesta de IPSOS realizada en abril, el 61 % de los turcos que respondieron informaron de una disminución en su salud mental y emocional. Los casos de suicidio se han incrementado. En una entrevista con el periódico turco BirGün, el médico psiquiatra doctor Burhanettin Kaya, dijo que la razón principal detrás del creciente incremento en las cifras es el «aumento de la pobreza»:

Unlike in countries where suicide rates were high, including the Scandinavian countries, where it was possible to reduce the rate as a result of adopted social policies, in Turkey, this has been the opposite, with each year, numbers growing. More recently, the main reasons driving people to suicide are hopelessness, economic policies, increasing impoverishment, growing economic crisis, class gap, and other factors contributing to lost opportunities, all of which have gradually led people to dissolve their ties to life.

A diferencia de otros países, como los países escandinavos, con índices de suicidio altos que se redujeron después de implementar políticas sociales, en Turquía sucedió lo opuesto, los números crecen cada año. Recientemente, las principales razones que han llevado a la gente al suicidio son: la desesperanza, las políticas económicas, el aumento de la pobreza, la creciente crisis económica, la diferencia de clases y otros factores que han contribuido a la pérdida de oportunidades, y que han causado que la gente gradualmente disuelva su vínculo con la vida.

Este sentimiento de desesperanza ha afectado a todos. De acuerdo a las estadísticas de septiembre de 2020 del Sindicato de Músicos e Intérpretes (Müzik-Sen), por lo menos cien músicos se suicidaron durante la pandemia. Del millón de músicos registrados del país, muchos no tienen seguro y, por lo tanto, no pueden reclamar beneficios del Estado. Asimismo, bodas y eventos grandes quedaron prohibidos desde el principio de la pandemia. En una entrevista con Arab News, Hasan Aldemir del Muzik-Sen, dijo que las autoridades estatales «no han protegido a los músicos durante estas duras condiciones».

El principal opositor, el Partido Republicano del Pueblo, y otros críticos trataron de obtener una explicación del Gobierno sobre la base legal de la prohibición, pero no hubo explicación.

El 4 de mayo, el Ministerio del Interior emitió un comunicado sobre la regulación de la venta de algunos productos en las tiendas. De acuerdo con las nuevas medidas, todos los productos no esenciales, incluidos bebidas alcohólicas, tierra para el cultivos en macetas y material de papelería y cosméticos, estarían prohibidos a partir del 7 de mayo. Las medidas causaron que mucha gente reaccionara en las redes sociales:

Presidente de la plataforma de distribuidores de Tekel, Aybaş: No se permiten ventas de licores durante el confinamiento.
En declaraciones a Diken, Aybaş dijo: «Hemos recibido la confirmación del Ministerio del Interior. Lamentablemente, no habrá venta de licor hasta el 17 de mayo”
.
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Turquía ha prohibido la venta de alcohol durante el confinamiento que durará hasta el 17 de mayo, lo que desencadenó una tormenta en Twitter.

La prohibición de bebidas alcohólicas fue rápidamente revocada por las protestas públicas:

Quedó sin efecto la ‘prohibición de vender alcohol, que no tiene base legal.
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Turquía revoca la prohibición de 17 días sobre la venta de bebidas alcohólicas durante el confinamiento.

Pero volvió a implantarla el 4 de mayo de 2021:

Bajo reglas del nuevo confinamiento, Turquía prohibió la venta de productos «no esenciales» (alcohol, maquillaje, perfume, productos electrónicos, juguetes, papelería, accesorios automotores, solo por mencionar algunos) a partir del 7 de mayo.

Furia por el nuevo confinamiento

Antes de las nuevas medidas, muchos calkificaron de unilaterales las medidas restrictivas del partido gobernante, Partido de Justicia y Desarrollo. En febrero y marzo el partido organizó congresos en los que miles de personas a menudo se mostraron sin mascarilla en interiores llenos de gente.

Un miembro del partido opositor, Partido Republicando del Pueblo, publicó este video del mapa de Turquía en el que las ciudades se tornan rojas lentamente, mientras el  presidente Erdogan grita durante el congreso:

¿Hacemos un corto recorrido por [este lugar] lleno hasta el tope (lebaleb)?

Como resultado, la palabra «lebaleb» fue tendencia.

También se vio al presidente en un funeral repleto de gente antes de que se introdujeran las nuevas restricciones y más recientemente el 2 de mayo. De acuerdo a las nuevas medidas de confinamiento, los funerales no pueden realizarse con más de 30 personas.

La lista de nuevas restricciones incluye trabajo desde casa, permiso para salir a comprar solo lo esencial o por tratamiento médico, prohibición de viajar a centros urbanos a menos que se tenga un comprobante de permiso oficial, cierre de escuelas y cierre de tiendas de venta minorista. Se prohíbe vender productos no esenciales como: perfumes, maquillaje, artículos de papelería, baterías y productos electrónicos.

Pero las prohibiciones aún van más allá. A partir del 7 de mayo, los usuarios turcos de Twitter empezaron #PedYasaklanamaz [no pueden prohibir venta de toallas higiénicas] en respuesta a lo que parecía una prohibición sobre la venta de toallas higiénicas femeninas.

Los consejos provinciales de Salud Pública y las direcciones de Salud que se precipitaron a prohibir la venta de raki y vino por orden del Ministerio del Interior se limitan simplemente a vigilar la prohibición de las toallas. ¿La salud de las mujeres no está entre su área de interés, caballeros?

Las protestas públicas por la prohibición de la venta de toallas higiénicas provocó que el Ministerio del Interior emitiera un comunicado el 9 de mayo, en el que aclaró que la venta de toallas higiénicas femeninas no estaba prohibida. Sin embargo, el ministerio no explicó por qué algunas cadenas de supermercados se negaban a vender este producto a los clientes.

También hubo otras confusiones como, por ejemplo, la declaración del Ministro de Asuntos Exteriores, Mevlüt Çavuşoğlu, quien dijo que cualquier ciudadano turco que entrara en contacto cercano con turistas, sería inmediatamente vacunado. Luego aclaró que lo que quiso decir es que Turquía vacunaría a los trabajadores de la industria turística cuando el país abriera sus puertas durante el verano. Pero su explicación no fue suficiente para detener las protestas públicas:

A quienes vean turistas alemanes se les dará Biontech, A los que vean turistas chinos se les dará Sinovac, a los que vean turistas rusos se les dará la vacuna Sputnik V. Las vacunas son gratis y tan solo se requiere ver las caras de los turistas. Este es otro servicio del Partido AK.

Actualmente, los turistas están exentos de restricciones. Si acaso, parece que las medidas del Gobierno tienen como objetivo específico de impulsar la industria turística que sufrió grandes pérdidas en 2020. Según DW, el número de visitantes «disminuyó a unos 15,9 millones de personas, y el sector turístico sufrió pérdidas de 8300 millones de euros (10 100 millones de dólares). Los ingresos cayeron en un 65 % y más de 320 000 personas perdieron su empleo».

No todos recibieron bien los Los privilegios especiales para los turistas:

¿Existe algún otro país en el mundo que obligue a sus ciudadanos a un confinamiento, mientras que permite que todos los extranjeros que entren hagan orgías bacanales?

Para millones de turcos retenidos en sus hogares, y en especial para quienes luchan por sobrevivir, las frustraciones siguen creciendo, exacerbadas por la falta de confianza en las promesas del Gobierno de vacunar a todos antes del fin de septiembre.

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