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En el Día Mundial de la Tortuga, estas son las cinco especies que frecuentan Trinidad y Tobago

Categorías: Caribe, Trinidad y Tobago, Ambiente, Ciencia, Medios ciudadanos

Cría de tortuga laúd se dirige al mar en Back Bay, Tobago, 2010. Foto de Ryan P. Mannette, por cortesía de SpeSeas [1], utilizada con autorización.

Este artículo es de Michelle Cazabon-Mannette y se publicó originalmente en Cari-Bois News [2]. Reproducimos una versión editada como parte de un acuerdo para compartir contenido con Global Voices.

El 23 de mayo es el Día Internacional de la Tortuga [3], que se celebra cada año para proteger a las tortugas y a sus hábitats, que están desapareciendo. En Trinidad y Tobago, la mayoría está familiarizada con la tortuga laúd, gracias a sus hábitos de anidación y a los esfuerzos de conservación del país. Esta especie visita las costas del país insular caribeño cada año, entre marzo y agosto. Menos conocidas son otras cuatro especies de tortugas marinas, todas de caparazón duro: carey, verde, caguama y golfina.

Las cincos especies comparten algunas características comunes: pasan la mayor parte de su larga vida en el mar, recorren largas distancias y las hembras regresan a las playas cercanas a su lugar de nacimiento para poner gran número de huevos. Todas las tortugas marinas de caparazón duro tienen placas óseas llamadas escudos que conforman su caparazón, cuyo patrón, además del número de escamas prefrontales entre los ojos, es clave para determinar la especie.

Todas están también amenazadas y han sido designadas como especies ambientalmente delicadas. Las sanciones locales por dañar esas tortugas son de 100 000 dólares trinitenses (unos 15nbsp;000 dólares estadounidenses) y dos años de prisión.

Laúd (Dermochelys coriacea), vulnerable (IUCN)

Tortuga laúd a primera hora de la mañana en Grande Riviere, costa este de Trinidad, 2018. Foto de Ryan P. Mannette por cortesía de SpeSeas [1], utilizada con autorización.

Las tortugas laúd, las mayores tortugas marinas, pasan una parte importante de su vida en el vasto océano abierto, recorriendo miles de kilómetros. Pueden encontrarse en todos los océanos tropicales y subtropicales, con un zona de distribución que se extiende hasta el mucho más frío Círculo Polar Ártico.

Lo que diferencia a las tortugas laúd de las demás es el caparazón blando y coriáceo, que les permite sumergirse a mayor profundidad que cualquier otra especie de tortuga marina. Su alimentación principal consiste en animales de cuerpo blando que van a la deriva por la columna de agua, como las medusas.

Para la temporada de anidación, prefieren climas más cálidos. Trinidad y Tobago se ubica en extremo sur del archipiélago caribeño, y alberga una de las mayores poblaciones de tortugas laúd que anidan en el mundo. Así, el país ha desempeñado un importante papel en los esfuerzos mundiales de conservación.

Mientras que las poblaciones mundiales se consideran vulnerables [4] por recientes disminuciones, la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza [5] (IUCN) ha calificado como «en peligro» a la subpoblación regional, designación aún más alarmante.

La principal amenaza a las tortugas laúd a nivel local y mundial es la captura accesoria [6] de las especies en las pesquerías.

Carey (Eretmochelys imbricata), en peligro crítico (IUCN)

Tortuga carey joven descansa en el arrecife de Castara, Tobago, 2012. Foto de Ryan P. Mannette,
Cortesía de SpeSeas [1], utilizada con autorización.

Las tortugas de carey son las siguientes en anidar en Trinidad y Tobago. Como especie pequeña y ágil, su actividad de anidación está dispersa en muchas playas, incluidas pequeñas bahías protegidas por rocas o arrecifes. Las hembras adultas realizan migraciones de cría entre las zonas de alimentación y anidación de cientos de miles de kilómetros.

Las jóvenes tortugas carey pueden encontrarse en aguas locales durante todo el año, en arrecifes de coral, paredes de acantilados submarinos y hábitats de fondo duro, donde se alimentan principalmente de esponjas. Su singular dieta ayuda a mantener la diversidad y la salud de los arrecifes coralinos. A diferencia de la población anidante, proceden de otras islas, incluso de lugares tan lejanos como Cuba y Puerto Rico.

Las tortugas de carey se reconocen por sus cuatro escamas laterales, sus dos pares de escamas prefrontales y su pico estrecho y puntiagudo. Las escamas de su caparazón se sobreponen como las tejas de un tejado, lo que da a su caparazón una apariencia aserrada, más prominente en los ejemplares jóvenes.

Las tortugas de carey se encuentran por todo el trópico y, en menor cantidad, por el subtrópico. Las tortugas nacidas en las costas de Trinidad y Tobago suelen migran por toda la región caribeña, y las hembras regresan para anidar.

Lamentablemente, las carey han sido recolectadas por su hermoso ‘‘caparazón de carey’’, que antes se empleaba para fabricar joyas y otros objetos decorativos. El IUCN las considera en peligro crítico de extinción.

Verde (Chelonia mydas), en peligro (IUCN)

Tortuga verde joven nadando en la costa de Curazao, 2017. Foto por Ryan P. Manette, cortesía de SpeSeas [1], utilizada con autorización.

Las tortugas verdes es menos común en Trinidad y Tobago, y es la mayor de las tortugas de caparazón duro. Sin embargo, al igual que la carey, las tortugas verdes jóvenes viven en alta mar todo el año. Son especies herbívoras que se alimentan principalmente de hierbas marinas y algas, y suelen vivir en lechos de hierbas marinas y arrecifes de coral, donde puede haber algas.

Se les ve ocasionalmente en las costas rocosas del norte y el este de Trinidad, y su actividad de pastoreo desempeña un papel importante en el mantenimiento de la salud de las praderas marinas y los arrecifes de coral. Se distinguen fácilmente de las tortugas de carey por su pico romo y son las únicas con un par de escamas prefrontales entre los ojos.

Aunque la carne de la tortuga verde ha sido generalmente la más codiciada en todo el mundo, tanto las carey como las verdes siguen estando amenazadas localmente por cazadores furtivos, ya sea en las playas o en el mar. El IUCN las considera en peligro de extinción [7].

Caguama (Caretta caretta), vulnerable (IUCN)

Caguama subadulta varada en la playa de Manzanilla, en la costa oriental de Trinidad. Fue rehabilitada con éxito y liberada en 2017. Foto de Ryan P. Mannette por cortesía de SpeSeas [1], utilizada con autorización.

Las caguamas son raras en Trinidad y Tobago, pero se han confirmados varios avistamientos en los últimos 12 años en las costas este, sur y oeste de Trinidad, y en los alrededores de Tobago.

En 2017, se logró rehabilitar una caguama que quedó varada en la costa este y liberarla con una marca satelital, que mostró que la tortuga pasó algún tiempo explorando el golfo de Paria [8] tras la liberación.

Se distinguen de otras especies por su gran cabeza y los cinco escudos laterales de su caparazón, aunque las crías pueden confundirse fácilmente con las tortugas de carey si no se presta atención al patrón de escudos.

A las caguamas les gustan hábitats fangosos y de fondo duro, donde se alimentan de diversos animales, incluidos moluscos, que aplastan con sus grandes cabezas y fuertes mandíbulas. Anidan a lo largo de las costas de las zonas tropicales y templadas, y frecuentan todas las cuencas oceánicas tropicales templadas. Florida cuenta con la mayor población de caguamas que anida en el mundo. El IUCN las considera vulnerables [9].

Golfina (Lepidochelys olivacea), vulnerable (IUCN)

Tortuga golfina herida varada en la playa de Lambeau en Tobago, 2007. Foto de Ryan P. Mannette por cortesía de SpeSeas [1], utilizada con autirización.

Es la más pequeña de las tortugas marinas que se encuentran en la zona, y los avistamientos de tortugas golfina son raros, pero se producen. Su variada dieta, que puede incluir cangrejos, caracoles, percebes, algas, peces, medusas y otros animales de cuerpo blando, significa que se alimentan en hábitats costeros de fondo blando, y en la superficie del mar abierto.

La especie suele tener seis o más escudos laterales, lo que las distingue de las demás especies que se encuentran en la zona. En algunas partes del mundo, las golfinas muestran un comportamiento único de anidación llamado «arribada», por el que miles de hembras anidadoras coordinan y se anidan en un solo tramo de playa durante unos días. Durante la temporada de anidación, todo el grupo permanece cerca de su playa de anidación, pero este comportamiento no se ha registrado en Trinidad y Tobago, que solo ve una tortuga solitaria que anida ocasionalmente El IUCN las considera vulnerables [10].

Estas tortugas marinas, antes muy abundantes, desempeñan un importante papel en el mantenimiento de la salud de los ecosistemas marinos, pero han sido capturadas por su carne, sus huevos, sus caparazones y otros productos, incluida la recolección intensiva por parte de colonizadores europeos de la región en los siglos XVII y XVIII, que mermó considerablemente las poblaciones.

A nivel local, las tortugas marinas generan importantes ingresos gracias a las actividades de ecoturismo que incluyen visitas guiadas a las playas de anidación y el buceo. A pesar de ello, la especie sigue enfrentando numerosas amenazas, como los continuos intentos de captura, las capturas accesorias, la pérdida de hábitat, el cambio climático y la contaminación por plásticos.

Si quieres contribuir a conocer mejor a las tortugas marinas de Trinidad y Tobago, SpeSeas [1], página de defensa del medio marino, alienta a los internautas a convertirse en científicos ciudadanos [11] con informes sobre encuentros con tortugas.

La doctora Michelle Cazabon-Mannette es la directora de SpeSeas, donde es la experta del equipo en biología y conservación de tortugas marinas en Trinidad y Tobago. Es doctora en Biología Ambiental por la Universidad de las Indias Occidentales, en San Agustín, y le apasiona cerrar la brecha entre la investigación y la gestión de los recursos naturales del mundo, además es asesora de Salva nuestras tortugas marinas (SOS) Tobago [12].