Vestido con una camisa blanca, sentado ante un escritorio con objetos que incluyen cuentas de oración y un libro (diferente en cada video) aparentemente seleccionado y puesto, un jefe de la mafia comienza a revelar casualmente información sobre los vínculos entre el Gobierno turco y el crimen organizado. Pero no te equivoques: esto es la vida real, no un nuevo programa de Netflix. Aunque con millones de visitas, la serie de vídeos que empezó a aparecer en YouTube a principios de mayo está haciendo una dura competencia a los programas más populares de Netflix en Turquía.
Sosyal medyada Sedat Peker için esprili bir Netflix afişi hazırlandı. pic.twitter.com/uL3BNEd40J
— ?Muhbir (@AjansMuhbir) May 16, 2021
Divertido cartel de Netflix sobre Sedat Peker preparado en las redes sociales.
Yemin ediyorum Netflix bu kadar heyecanlı bir dizi yayınlamadı. Sedat Peker 5. bölüm yayında. pic.twitter.com/g4oA0CywnU
— Av. Melih Demirer (@avmelihdemirer) May 16, 2021
Lo juro, Netflix aún no ha emitido una serie tan emocionante como esta. El quinto episodio de Sedat Peker ya está en línea.
El protagonista de los videos, Sedat Peker, empezó a publicarlos en YouTube el 2 de mayo. Desde entonces, ha lanzado «acusaciones de violación, tráfico de drogas y muertes sospechosas contra funcionarios cercanos al señor Erdogan». Hasta ahora, los objetivos han sido el actual ministro del Interior, Suleyman Soylu, exdirector de Seguridad reconvertido en político Mehmet Agar, y el exministro de Finanzas, el yerno del presidente Recep Tayyip Erdogan, Berat Albayrak. Pero la principal pregunta que se hace Peker es por qué el Gobierno turco y sus altos mandos lo abandonaron y traicionaron.
Peker, de 49 años, fue declarado culpable de actividades de delincuencia organizada en dos ocasiones, y es objeto de una notificación roja de Interpol. En su cuarto video, Peker afirma que, en total, ha pasado 16 años y medio entre rejas.
Al parecer ahora vive en Dubái, salió de Turquía en 2020 y tras un breve paso por los Balcanes. Saltó a la popularidad en 2016, cuando amenazó con «bañarse en la sangre» de los académicos que habían firmado una petición de denuncia de operaciones militares contra los kurdos en el sureste de Turquía. Peker fue absuelto entonces, así como al menos en otras dos ocasiones, una, tras un intento fallido de golpe de Estado en 2016, cuando amenazó con ahorcar a los golpistas en sus celdas, y otra cuando amenazó al periodista Fatih Altaylı.
Por si sirve de algo, nada de lo que Peker ha dicho hasta ahora en sus videos es noticia, pero no hay duda de que la reiteración por parte de Peker de los turbios vínculos entre los altos cargos del partido y la mafia perjudica al gobernante partido Justicia y Desarrollo. Y lo que es más importante, las historias de Peker apuntan hombres destacados que, de otro modo, han parecido impermeables a las amenazas, escribió la periodista Pinar Tremblay en su reciente artículo para Al-Monitor, y añade que «sus palabras [las de Peker] como persona enterada tienen un gran valor, ya que la transparencia de las actividades del Gobierno ha disminuido significativamente».
El video publicado el 20 de mayo se sumó al creciente desencanto con el gobierno de Erdogan, con su afirmación de que periodistas progubernamentales habían actuado como mediadores entre Peker y el ministro del Interior, Süleyman Soylu.
Hasta ahora, las acusaciones de Peker contra varios funcionarios solo habían sido contestadas por los propios acusados, y no se había iniciado ningún procedimiento judicial hasta que Peker se refirió al ministro del Interior, Süleyman Soylu, que presentó una querella criminal contra Peker el 17 de mayo por la serie de acusaciones recientes. En un episodio dirigido a Soylu, Peker dijo que el ministro aprobó el destacamento de seguridad que se ha asignado a Peker desde 2015 y que había ayudado a Peker a evitar el enjuiciamiento después de que se inició una investigación sobre las actividades del jefe del crimen organizado a principios de 2020.
Sorprendentemente, la respuesta general del partido gobernante a las acusaciones en curso ha sido tibia y algo evasiva, escribió el periodista Zülfikar Doğan. Esto contrasta con la forma en que el Gobierno ha respondido a las críticas. En cambio, esta vez la culpa ha recaído en la oposición, a la que el portavoz presidencial İbrahim Kalın acusó el 13 de mayo de jugar al despiste con las denuncias de un jefe de la mafia organizada
İçişleri bakanımız @suleymansoylu meseleyi açıkça ortaya koyarken muhalefetin küçük siyasi hesaplarla ve mafyatik bir şahsın hezeyanlarından medet umarak iftira ve tezviratta bulunması muhalefet adına ne hazin bir durumdur. Umarım bu yaptıklarından hicap duyarlar. https://t.co/16ZiYXARIJ
— Ibrahim Kalin (@ikalin1) May 13, 2021
He estado esperando durante meses para que el escenario llegue a este punto.
Escoria de la mafia que es miembro de una operación en manos de alguien…
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Que lamentable espectáculo para la oposición, dedicarse a calumniar, buscando ayuda en los delirios de un mafioso y hacer pequeños cálculos políticos a costa de nuestro ministro del Interior. Espero que se sientan avergonzados por lo que han hecho.
En una reunión del gabinete celebrada el 18 de mayo, tras semanas de silencio, el presidente Erdogan abordó por fin las acusaciones de Peker, prometió «frustrar este sucio guion». En un momento de crisis económica inminente, en medio de la lucha del Gobierno contra el COVID-19, tal promesa podría quedarse corta ante un problema mucho mayor: el gobernante partido Justicia y Desarrollo, salpicado por un nuevo escándalo, en el que frustrarlo podría no ser suficiente.