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Primera ministra de Barbados regaña a músicos por letras violentas; artistas defienden la libertad de expresión

Categorías: Caribe, Barbados, Educación, Juventud, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Música, Política, GV Advox
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La primera ministra de Barbados, Mia Mottley en la XVI Conferencia Raúl Prebisch, Ginebra, Suiza, 10 de septiembre de 2019. Foto [1] de Timothy Sullivan, UNCTAD [2] en Flickr (CC BY-SA 2.0 [3]).

El 1 de junio, la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, se dirigió [4] a la nación sobre un asunto que dijo que era «imposible […] quedarse callada». Hablaba contra la compilación de un video musical [5] de artistas de dancehall barbadenses, que repetían la canción «Trojan Riddim». Mottley dijo que sus letras «glorifican la violencia de las armas de fuego».

Los riddims [6], versión patois de la palabra inglesa «rhythms» (ritmos), proporcionan un ritmo instrumental, normalmente creado y vendido por arreglistas musicales, sobre el que los músicos, especialmente de dancehall y soca, pueden superponer sus propias letras. Estas voces dan a cada canción un toque individual, a pesar de que un riddim puede usarse en muchas canciones.

La primera ministra Mottley dijo [7] que estaba «horrorizada» con el video, y «personalmente decepcionada por los artistas que no han reconocido que tienen obligación [de aceptar] que de quien recibe mucho se espera mucho». Su declaración también desestimó la defensa de «licencia artística» y señaló que algunos en la sociedad barbadense no tienen la madurez necesaria para no interpretar el mensaje musical literalmente:

There has to be a zero tolerance approach to gun violence in this country. [We] cannot play light with issues such as this.

Tiene que haber un enfoque de tolerancia cero a la violencia con armas de fuego en este país. No podemos jugar a la ligera con cuestiones como esta.

No es la primera vez que Mottley ha hablado contra [8] la violencia de las armas. Antes de que la primera ministra Mottley asumiera el cargo, el ministro de Asuntos Internos, Wilfred Abrahams, había condenado el video [9]:

This Government does not promote or support gun violence or retribution killings against anybody. The position of this government cannot and will not be to support any artiste who is involved in promoting gun violence. There is a place for artistic expression but then there is a time that that crosses over into irresponsibility, especially when you are considering what Barbados is going through at this particular point in time.

Este gobierno no promueve ni apoya la violencia con armas de fuego ni las muertes por venganza contra nadie. La posición de este gobierno no puede y no apoyará a ningún artista que esté involucrado en la promoción de la violencia armada. Hay un lugar para la expresión artística, pero hay un momento en el que se cruza con la irresponsabilidad, especialmente cuando se considera lo que Barbados está atravesando en este momento.

Barbados, como muchos de sus vecinos caribeños [10], ha enfrentado una creciente tasa de homicidios [11], se vincula principalmente al uso de pistolas ilegales. Peter Ram, cuya canción «Roll Out» [12] se incluye en el video, dijo como disculpa [13] que «nunca fue su intención ofender a nadie». Otros artistas incluidos en el video son Lil Rick, Mole [14], Screwface [15], Mallis, Lead Pipe [16], Brutal Crankstar [17], Chiief Diin [18]Quan De Artist [19], muchos de los cuales han negado [20] públicamente que alentaban la violencia de las armas.

Como se esperaba, la opinión pública pareció dividida [21] en dos, algunos apoyan la ‘libertad de expresión [22] de los artistas y apoyaron firmemente [4] la postura de la primera ministra.

La rama local de Digicel, empresa de telecomunicaciones que tiene un contrato de influenciador con Lead Pipe, anuncio el 2 de junio que daría por terminado su arreglo con efecto inmediato, pues «su reciente proyecto musical no está en línea con nuestros valores». Algunos usuarios de medios sociales interpretaron la medida [23] como «responsabilidad corporativa en su mejor expresión». pero fue algo efímero. Al 3 de junio, la empresa había resuelto [24] su decisión, pero el cantante dijo [25] que había optado por no renovar su contrato.

El video en cuestión se publicó el 6 de abril en la página de YouTube de Lil Rick [5], que tiene 721o suscriptores. Hacia inicios de junio, la mezcla de «Trojan Riddim» se había reproducido más de 150 000 veces y tenía 2900 me gusta, lo que sugiere [26] que la postura de la primera ministra puede haber avivado interés en la música. Varias canciones de la compilación han aparecido en los cien primeros de Apple Music [27] en Barbados.

Junto con su pedido de una disculpa pública al pueblo de Barbados, la primera ministra Mottley señaló [4] que «quienes publicaron el video tienen la responsabilidad de retirarlo», y explicó que los artistas no pueden que el Gobierno se divida su apoyo a labores artísticas. Peter Ram y Mole han participado en la campaña de 2020 del Ministerio de Educación de seguridad de COVID-19 [28], dirigida a los jóvenes del país.

IrishandChin Jamaica publicó el discurso de Mottley y la disculpa de Ram en Facebook, y vio la situación [29] con interés, sobre todo en el contexto del rechazo que tuvo recientemente el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, cuando intentó vincular [30] letras de dancehall violentas con una aumento de la violencia de género en el país.

Como los jamaicanos, muchos cibernautas barbadenses no lograron ver la relación directa entre letras violentas y delincuencia con armas. No obstante, a veces la vida de los artistas de dancehall imita su arte. Vybz Kartel [31] es un ejemplo:

Si la letras de una canción te persuade a tomar un arma y herir a alguien, como persona tienes un problema mayor anterior a la música y ha fallado varias veces antes.

La raíz del asunto vs pan comido.

Una mujer acaba de decir en Basstacks:

“La música NO influye en las personas porque mi tía escucha música cristiana todos los días y sigue siendo retorcida”.

???

Hipocresía de oídos sordos. Eso es lo que está dando… pero estoy viendo argumentos poco sinceros por ambas partes. Por supuesto que la música influye en su público, pero convertir así en chivos expiatorios a los artistas locales es innecesario e injusto. Hablemos de las condiciones socioeconómicas…

Esta percibida doble moral fue un escollo. En referencia a la canción del ícono barbadense Rihanna «Man Down [35]«, una tuitera observó:

Rihanna le disparó a un hombre en la estación central, y logró un cartel en Westbury… solo puedo adorar a mi primer ministro.

Agregó:

No me dejen escuchar otra canción estadunidense que promueva la violencia de las armas en mi radio.

También hubo comentarios que sugerían que se tomaba a los artistas como chivos expiatorios:

Les prometo que un rifle AR-15 no puede entrar a Barbados en una maleta. Hagan un artículo periodístico cuando estén listos para hablar sobre los ricos y los burócratas corruptos que las importan.

Honestamente… ¿podemos hablar de cómo las pistolas están entrando a Barbados? Porque no son los artistas barbadenses.

Lil Rick, en cuya página se publicó la mezcla, se ha negado a retirar el video [40], pues prefirió «seguir fiel [40]» a su identidad artística. Aunque admitió que la oportunidad del video era «desafortunada» dad la «cantidad de recientes incidentes [relacionados con armas] en nuestra isla», sostuvo [41] que era importante tener contenido variado.

Algunos tuiteros decidieron burlarse de toda la controversia:

Primera Ministra: discúlpense y retiren el video.

Lil Rick:

Cómo deben hacer música los artistas en 2021.

Por su parte, John King, ministro de la Oficina de la Primera Ministra, responsable de la cultura, cree que es hora de que los barbadenses dejen de lado [46] la controversia:

It can’t be one-sided. Everybody has to listen, everybody has to be on the same page, everybody has to be able to discuss things. This is why I say that we could all learn from this experience.

No puede ser unilateral. Todos deben escuchar, todos deben estar en la misma página, todos deben poder discutir las cosas. Es por eso que digo que podríamos aprender de esta experiencia.