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Estado iraní reprime con dureza protestas por el «sediento Juzestán»

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Irán, Ambiente, Derechos humanos, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, Protesta

Caricatura del dibujante iraní Assad Binakhahi, que vive en Alemania. Usada con autorización.

Desde el 15 de julio, han estallado [1] manifestaciones en varias ciudades de la provincia de Juzestán [2], la más rica de Irán. La región sureña está atravesando una sequía desde hace meses que ha llevado a la gente a acusar a las autoridades de mala administración del agua potable y para uso agrícola e irrigación.

Tras días de protestas, Amnistía Internacional dijo [3] en un informe del 23 de julio que había confirmado la muerte de al menos ocho manifestantes y transeúntes, incluido un adolescente, pues las autoridades usaron munición real para apaciguar a los manifestantes. Medios y funcionarios iraníes dicen que al menos tres personas han muerto, incluido un policía y un manifestante.

La población multiétnica de Juzestán, que incluye una gran comunidad de iraníes de etnia árabe, se han quejado repetidamente de falta de agua limpia, pero solamente han recibido represivas políticas estatales.

Desde que empezaron las protestas, las manifestaciones se han repetido en varias otras provincias, con ciudadanos que expresan su solidaridad con la gente sedienta de Juzestán.

En estas manifestaciones resonaron cánticos [4] contra el Gobierno. En algunas ciudades, como la ciudad sureña de Izeh, se oyeron lemas a favor de la dinastía Pahlevi [5] y  contra la República Islámica. Manifestantes en la capital, Teherán, coreaban «¡Abajo el dictador!» y «¡No tengan miedo! ¡Estamos juntos!», lema que recuerda las Protestas Sangrientas contra el Gobierno en noviembre de 2019.

Teherán, ahora.

El Estado iraní enfrentó críticas de organizaciones internacionales y activistas de derechos humanos y la sociedad civil por reprimir las manifestaciones en la provincia petrolera. El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei [8], dijo el viernes 30 de julio que entiende la rabia de los manifestantes por la sequía.

¿Una protesta diferente?

Según algunas denuncias [9], las conexiones de internet quedaron interrumpidas con frecuencia a una semana de las protestas en el suroeste del país.

Se considera que una de las razones de la escasez de agua en el país es la reducción de hasta 40 % de la lluvia que ha habido en meses recientes, que alcanzó su unto máximo en Juzestán. Sin embargo, los manifestantes también culpan de la escasez a un “manejo corrupto de los recursos [10] y un enfoque cerrado al desarrollo económico».

Muchos también recurrieron a los medios sociales para expresar su frustración.

Esta señora dice que no hay agua suficiente para sus animales, y que se están muriendo. Así es como esta señora y su familia llevan comida a su mesa. Ruega por ayuda. ¿Alguien oye su voz?

Se usaron etiquetas como #KhuzestanIsThirsty [14] [Juzestán tiene sed] y #KhuzestanHasNoWater [Juzestán no tiene agua [15]] para expresar indignación con el Gobierno y arrojar luces a las protestas, y por la represión que los manifestantes enfrentaron.

Con sus amigos.

El 18 de julio, Meysam Echrash, que vive en Koreh (Taleghani), en Mahshahr, recibió un disparo en la espalda y en la cabeza de las fuerzas de seguridad durante una protesta de la población de esta ciudad.
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El muchacho que canta, Meisam Achresh, vivía en Mahshahr (Bandar Ma'shur). El 18 de julio de 2021, le dispararon dos balas (una en la cabeza). Murio el 21 de julio.

Me recuerda a Younes Achresh, de 17 años, que según Rokna, se inmoló en 2018 por la pobreza.
Juzestán tiene sed.

Les quitan la vida a las personas porque buscan agua.

Mahmmood Amiri Moghadam [23], director del Centro de Derechos Humanos de Irán [24], con sede en Oslo, dijo a Global Voices que las actuales protestas reflejan una creciente indignación entre un mayor segmento de la población iraní, sobre todo quienes alguna vez se alinearon con el régimen. Comparando estas manifestaciones con las del Movimiento Verde de 2009 dijo:

The new protests belong to the lower middle class and the poor and are mainly from districts and peripheral parts of the country, while the Green movement, for instance, had its base among the upper-middle class in larger cities. While the protesters in the last two decades had, to some extent, sympathy with the so-called reformist faction, the new wave of protests don’t distinguish between different factions of the regime and are against the entire Islamic Republic State—an establishment that is not only repressive and brutal but it is also extremely corrupt and incompetent.

Las nuevas protestas vienen de la clase media baja y pobres, y proceden principalmente de los distritos y las zonas periféricas del país, mientras que el Movimiento Verde, por ejemplo, tenía su base entre la clase media alta de las grandes ciudades. Mientras que los manifestantes de las dos últimas décadas simpatizaban hasta cierto punto con la llamada facción reformista, la nueva ola de protestas no distingue entre las distintas facciones del régimen y va contra todo el Estado de la República Islámica, sistema represivo y brutal, y también extremadamente corrupto e incompetente.

Agregó que las personas comunes y corrientes se están sintiendo más impactadas por la corrupción y los malos manejos, mientras la pobreza crece y el “régimen no tiene el dinero que usaba para comprar sustento entre los pobres”.

Adjunto hay otro video de ciudadanos que protestan en Baharestán, Isfahán hoy desde temprano. En el video, los manifestantes corean «No queremos una República Islámica».

El martes 27 de junio, un grupo de activistas de derechos civiles, incluido Narges Mohammadi, autora de “Tortura blanca [31]«, fue arrestado [32] unas horas tras reunirse frente al Ministerio del Interior para expresar su apoyo a manifestantes de Juzestán.

Numerosos artistas, escritores, abogados y deportistas, y asociaciones como la Asociación de Escritores publicaron [33] declaraciones de apoyo a la gente de Juzestán. En una declaración [34], más de 130 productores de documentales iraníes condenaron la represión a los manifestantes y afirmaron que «defienden al pueblo sediento de Juzestán. Un grupo de periodistas dentro de Irán también pidieron [35] que acabara la represión y la censura en Juzestán.

Las actuales protestas no son nuevas en la región ni el primer caso de manejo estatal del desacuerdo con puño de hierro. En 2018, Amnistía Internacional publicó una declaración que expresaba [36] su «preocupación por las denuncias de que las fuerzas de seguridad usaron fuerza innecesaria y excesiva contra manifestantes generalmente pacíficos en las recientes protestas en la provincia de Juzestán, donde la gente ha estado pidiendo agua limpia y segura para beber».