¿Quién intenta silenciar la intrépida voz del periodista esrilanqués Tharindu Jayawardhana?

Tharindu Jayawardhana

Tharindu Jayawardhana. Imagen de Groundviews vía IFJ.

Este artículo del activista de derechos humanos Ruki Fernando apareció originalmente en Groundviews, un premiado sitio web de medios ciudadanos de Sri Lanka. Una versión editada se publica aquí como parte de un acuerdo de intercambio de contenidos con Global Voices.

Tharindu Jayawardhana es uno de los jóvenes periodistas más destacados y prometedores de Sri Lanka. Sus escritos y MediaLK, sitio web de noticias bilingüe que fundó en 2019, destacan por poner de manifiesto algunas de las injusticias y violaciones de derechos más críticas que enfrentan numerosas minorías étnicas del país, como los tamiles y los musulmanes. Pero, preocupantemente, el Ministerio de Medios de Comunicación de Sri Lanka está denegando el registro de MediaLK por falta de autorización del Ministerio de Defensa.

Las quejas no solo se refieren a la preocupación por un joven periodista respetado y valiente, conocido por dar a conocer historias importantes, sino también por las mayores implicaciones para la libertad de expresión cuando los periodistas pueden ser intimidados y amenazados (como ha ocurrido con Tharindu) por informar en interés del público.

Tharindu comenzó su carrera periodística en el popular diario Lankadeepa, en el que escribió detallados reportajes sobre el ambiente, la corrupción y los derechos humanos. Con otro colega, también escribió polémicas denuncias en la columna Investigationg the Truth. Es conocido por su uso del derecho a la información y ganó un premio especial por utilizar la ley del derecho a la información para objetivos públicos y bienestar de la sociedad; esto fue en un acto de celebración del día internacional del derecho a la información  organizado por el Ministerio de Medios. También obtuvo el premio al mejor reportaje sobre el uso del derecho a la información y la primicia del año en los premios del Gremio de Editores de Sri Lanka. Tharindu, autor de un libro publicado, ha documentado la lucha de la comunidad por el agua en Rathupaswela y el asesinato de tres personas durante una protesta en 2013.

Como miembro fundador, exsecretario y actual miembro del comité ejecutivo de la Asociación de Jóvenes Periodistas, Tharindu ha estado en la vanguardia de las cuestiones relacionadas con libertad de expresión, detenciones arbitrarias, tortura y derecho a un juicio justo, colabora regularmente con instituciones estatutarias como la Comisión de Derechos Humanos, y hasta ha presentado denuncias de interés público sobre asuntos en los que se acusa a la Policía de violaciones de los derechos humanos.

¿Catalizadores de recientes amenazas?

Tharindu comenzó a enfrentar la primera de diversas intimidaciones a raíz de su informe sobre la Comisión Presidencial de Investigación de los atentados del Domingo de Resurrección de 2019, después de que la investigación determinó que Deshanbandu Tennakoon, subinspector General Superior de Policía (SDIG), no había cumplido con sus obligaciones durante el atentado, y recomendara una investigación disciplinaria.

El 29 de junio, MediaLK publicó su informe que una división especial de investigación policial designada para investigar la negligencia policial sobre los atentados había recomendado la imputación de varios altos cargos policiales, incluido el SDIG Tennakoon. El ministro encargado de la Policía confirmó en una rueda de prensa que la Comisión de Servicios Públicos había remitido los pliegos de cargos. El informe de MediaLK también mencionó que Tennakoon se encontraba entre las personas a quienes el Gabinete había aprobado un aumento de sueldo especial, a pesar de que la Comisión Presidencial y la División Especial de Investigación Policial habían recomendado adoptar medidas disciplinarias contra él. El informe se basa en las respuestas a las preguntas formuladas por Tharindu en las conferencias de prensa del 18 y 29 de junio.

Se cree que algunos de los informes anteriores de Tharindu de ese mes podrían haber precipitado las amenazas que vendrían. Apenas unas semanas antes, el 9 de junio, Tharindu había publicado en Facebook fotos de una reunión, en la que se veía al primer ministro en el funeral de un familiar de un destacado monje budista, en un momento en el que estaban vigentes las restricciones a los viajes y a las reuniones por el COVID-19. Como esto ocurrió en la provincia occidental dirigida por Tennakoon, el periodista etiquetó la página de Facebook de SDIG y planteó una serie de preguntas. Aunque el SDIG no respondió las preguntas en la plataforma, pidió a Tharindu que lo llamara por teléfono, y le dio el número de un móvil. Pero a pesar de los repetidos intentos de conectar con el SDIG, Tharindu no obtuvo respuesta.

Recientes amenazas

El 1 de julio, MediaLK publicó otro informe sobre un alto funcionario policial y exdirector del Departamento de Investigación Criminal, Shani Abeysekera, que se había jubilado el 30 de junio, tras 35 años de carrera. Abeysekera había estado detenido durante 10 meses, tras ser arrestado por la supuesta fabricación de pruebas, y quedó en libertad bajo fianza días antes, el 16 de junio. El arresto y la detención suscitaron amplia condena y expresiones de preocupación, hasta del Tribunal de Apelación, la Comisión de Derechos Humanos de Sri Lanka y el Parlamento Europeo. La detención la llevó a cabo la División de Delitos de Colombo (CCD) la Policía, supervisada por Tennakoon.

Tharindu publicó el informe en Facebook el mismo día, y en media hora comenzaron a aparecer diversos comentarios de Tennakoon en la publicación. La mayoría de comentarios del SDIG acusaban a Tharindu de escribir y publicar noticias falsas. En varias ocasiones, el periodista respondió a los comentarios, solicitó información sobre cualquier falsedad y ofreció correcciones cuando fue necesario. Otros periodistas y abogados también solicitaron a la SDIG información sobre cualquier falsedad contenida en el informe. No se señalaron casos concretos.

Entre las amenazas proferidas a Tharindu le decían que lo castigaría la «justicia natural». En otra, el SDIG comparó a Tharindu con Velupillai Prabakaran, líder de los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE) y con delincuentes. Se trata de una grave amenaza, teniendo en cuenta que a Prabakaran lo asesinó el Ejército de Sri Lanka al final de la guerra civil de 30 años y que dos presuntos delincuentes murieron bajo custodia policial en mayo de este año. Según los informes, al menos otras 10 personas han muerto bajo custodia policial en los últimos 12 meses.

Tras las amenazas, Tharindu escribió una carta al inspector general de la Policía, para solicitar protección para él, su familia y sus allegados, para garantizar su seguridad. También pidió al inspector general que garantizara su libertad para ejercer su labor profesional y que investigara las amenazas en comentarios en línea. El Colectivo de Organizaciones de Medios (seis organizaciones de defensa de la libertad de prensa) también escribió al inspector general y exigió garantías para la seguridad de Tharindu y una investigación formal sobre las amenazas. Los partidos políticos opositores, incluido el líder opositor, también han expresado preocupación en declaraciones públicas e intervenciones en el Parlamento.

Temor a la autocensura

Es importante tener en cuenta que la SDIG es el segundo cargo más alto de la Policía. Por eso, que un SDIG haga públicamente comentarios amenazantes contra un respetado, premiado y conocido periodista independiente, y que no pase nada, puede tener un efecto amedrentador en muchos periodistas menos conocidos.

Si el SDIG Tennakoon no rinde cuentas, esto solamente alentará a más otros que no respecta la libertad de expresión. Para otros periodistas, podría incurrir en mayor autocensura. La comunidad periodística y todos aquellos cuyo derecho a la información está en juego deben unirse en solidaridad con Tharindu y otros que enfrentan represalias por ejercer el derecho a la libertad de expresión.

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