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Acusan a servicio de seguridad del Estado de Georgia de vigilancia masiva a personajes públicos

Categorías: Georgia, Derechos humanos, Gobernabilidad, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política, Tecnología, GV Advox

«Grabadora Nagra SNST» de Matt Blaze (CC BY-NC-ND 2.0).

Este artículo se publicó [1] en OC Media. Se reproduce una versión editada en virtud de un acuerdo para compartir contenido.

Según documentos filtrados, el Servicio de Seguridad del Estado de Georgia ha estado espiando a periodistas, políticos opositores y del partido en el poder, activistas, sacerdotes, empresarios y otras figuras públicas. Los documentos se filtraron a la televisora Mtavari Arkhi, afín a la oposición.

Entre las personas sometidas a espionaje se encuentran Salome Zurabishvili, presidenta de Georgia, Tea Tsulukiani, ministra de Cultura, y el director de cine Goga Khaindrava.

El 1 de agosto, en el programa «Mtavari Aktsentebi [2]» (Principales acentos) presentado por Mtavari Arkhi, la directora del canal, Nika Gvaramia, hizo públicos unos documentos supuestamente obtenidos del Servicio de Seguridad en los que se detallan conversaciones telefónicas y en persona grabadas ilegalmente. Entre los documentos había relatos de interacciones sexuales grabadas en secreto.

El canal no difundió los nombres de las personas grabadas, pero Gvaramia dijo que los documentos incluían los nombres de las personas y sus números de identificación personal.

Varios de los afectados se identificaron públicamente, confirmando la autenticidad de la filtración. Entre ellos había al menos dos periodistas, Giorgi Mgeladze de RFE/RL y Nino Gelashvili de Fórmula.

Los documentos filtrados son de 2020 e incluyen información personal, como detalles de la vida sexual de los sujetos y, en algunos casos, de su orientación sexual, y hasta nombres de sus parejas y familiares.

Según Gvaramia, Grigol Liluashvili, jefe del Servicio de Seguridad; el jefe adjunto Levan Akhobadze; y Koba Kobadze, director de la Agencia Operativa-Técnica del Servicio de Seguridad, encargada de llevar a cabo la vigilancia encubierta, fueron los responsables de las grabaciones.

El Servicio de Seguridad ha rechazado las acusaciones y ha negado cualquier infracción.

¿Cuáles son las acusaciones?

Los documentos filtrados se dividen en dos partes. La primera, según Gvaramia, consiste principalmente en conversaciones interceptadas sobre la vida personal de los sometidos a interceptación. Los documentos también incluyen conversaciones entre funcionarios del Gobierno, empresarios, actores, periodistas, clérigos de distintas religiones y altos funcionarios de la oposición y del partido gobernante.

«Un alto funcionario mantiene una relación amorosa con una periodista que se quedó embarazada, y Bidzina Ivanishvili lo descubrió y la obligó a abortar», leyó Gvaramia de un informe durante el programa de televisión.

«El empresario I, empleado de una sociedad anónima, fue informado por D de que una representante de un partido de la oposición, T, es lesbiana. Según D, hace algún tiempo, T ofreció a una mujer que mantenía una relación íntima con éste, mantener relaciones sexuales no tradicionales», fue otro de los extractos de los documentos.

Según Gvaramia, al final de cada incidente o conversación grabada, hay una nota sobre los pasos que la organización debe seguir, y normalmente se les instruye a «continuar con las actividades operativas».

La segunda parte de los documentos tiene su origen en vigilancia política.

Una de las grabaciones filtradas es una conversación entre el director Goga Khaindrava y el exministro de Justicia Tea Tsulukiani, que hablan sobre Nika Gvaramia y el presentador de televisión Mtavari Giorgi Gabunia.

Altos funcionarios del partido gobernante, Sueño Georgiano, desmintieron las informaciones. Según Irakli Kobakhidze, presidente del partido Sueño Georgiano, los informes son un «cuento de hadas».

«No podemos comentar los cuentos y fantasías de [Nika Gvaramia]», dijo Kobakhidze tras hacerse públicas las filtraciones.

En un comunicado del lunes 2 de agosto, el Servicio de Seguridad del Estado rompió su silencio, y calificó las acusaciones de «información equivocada» y «acción antiestatal».

«En el marco de la guerra de la información, algunos medios usan todos los métodos para usar la situación actual del país con el fin de alcanzar sus propios objetivos políticos y de polarizar aún más a la sociedad», afirma el comunicado.

This misinformation serves to deliberately discredit the State Security Service, mislead the public, and incite distrust in state institutions.

Unfortunately, certain members of civil society and political parties, willingly or unwillingly, become participants in this provocative and damaging disinformation campaign for the state.

The State Security Service carries out its activities in full compliance with the Constitution and the norms of law.

Esta desinformación sirve para desacreditar deliberadamente al Servicio de Seguridad del Estado, engañar al público e incitar la desconfianza en las instituciones estatales.

Lamentablemente, algunos miembros de la sociedad civil y de los partidos políticos, deliberada o involuntariamente, se convierten en partícipes de esta campaña de desinformación, provocadora y perjudicial para el Estado.

El Servicio de Seguridad del Estado lleva a cabo sus actividades con pleno respeto a la Constitución y las normas jurídicas.

Giorgi Mshvenieradze, miembro de la junta directiva del grupo de defensa legal Iniciativa para la Democracia de Georgia, fue sometido a vigilancia y sus conversaciones se divulgaron de forma anónima en Mtavari Arkhi. Refutó los desmentidos de la Servicio de Seguridad del Estado en un comentario bajo su declaración en Facebook.

«Bien. ¿Cómo sabía Nika Gvaramia el contenido de mi conversación de 2020?», preguntó Mshvenieradze. «Me interesa su respuesta y tal vez pueda responderme aquí, otros también están interesados».