Ante proyectos turísticos de élite, curruca de Barbuda no es la única que podría perder su hogar

Endémica y vulnerable curruca de Barbuda (Setophaga subita). Foto de Jeff Gerbracht, usada con autorización.

En la noche del 5 de septiembre de 2017, la nación caribeña de Antigua y Barbuda esperaba con nerviosismo la llegada del huracán Irma. Cuando Irma llegó, Barbuda, la menor de las dos islas de sotavento, se llevó la peor parte de su ira. Al día siguiente, con el huracán José pisándole los talones a Irma, el primer ministro Gaston Browne declaró la isla «inhabitable» y ordenó la evacuación obligatoria de los hbitantes. Así comenzó una amenaza mucho más insidiosa: deterioro del centenario sistema de derechos sobre la tierra de los barbudenses.

Desde entonces, se ha librado una batalla que ahora está bajo fuerte escrutinio gracias a la preocupación del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) por el proyecto inmobiliario del exclusivo Barbuda Ocean Club, con un aeropuerto internacional. Aunque hay otros proyectos exclusivos relacionados con el turismo en marcha, ambos proyectos podrían socavar aún más los derechos sobre la tierra de los barbudenses, y afectar negativamente a la ecología de la isla y a la vida silvestre que la acompaña, incluida un ave endémica que sobrevivió al huracán Irma, pero que podría no ser tan resistente frente a estos proyectos a gran escala.

Tierra communitaria

Desde que Barbuda estaba bajo dominio británico –se independizó en 1981– existe un sistema de tenencia de la tierra comunitaria. La ley de tierras de 2007 formalizó la costumbre yestablece que la tierra, que es propiedad común de los barbudenses, no puede venderse. Cualquier «proyecto importante», es decir, proyectos cuyo costo supere los 5,4 millones de dólares estadounidenses o que tengan «impacto significativo en la economía, el ambiente o las infraestructuras de Barbuda», debe tener diversos controles.

En primer lugar, los barbudenses deben estar de acuerdo con el proyecto. Luego, el Consejo de Barbuda debe aprobar antes de que se someta cualquier propuesta a consideración del Gabinete. Una vez que el Gabinete está de acuerdo, el pueblo debe dar su consentimiento final. Sin embargo, tras la evacuación de la isla en 2017, ese consentimiento parece importar cada vez menos. El primer ministro (y actual presidente de la Comunidad del Caribe-Caricom), Gaston Browne, adoptó un planteamiento que a muchos les pareció una iluminación política cuando calificó de «mito» la antigua práctica de compartir las tierras de la isla, y propuso que el Gobierno vendiera a los barbudenses las tierras que ya ocupaban a por un dólar del Caribe Oriental (0.37 dólar estadoundenses) a cambio de un título. Es una medida que algunos han calificado de caso clásico de «capitalismo del desastre».

Ese diciembre, el Parlamento enmendó la ley de tierras de 2007, que debilitó la legislación que regula el reparto de tierras comunales al permitir la propiedad, que posiblemente sentaría las bases para megaproyectos turísticos que amenazarían los frágiles ecosistemas de la isla y, por un precio adecuado, arrebatar a los barbudenses sus tierras. En marzo de 2018, Browne dijo que su gobierno tenía la intención de derogar la ley.

En aquel entonces, el blog Barbudaful alegó que el plan del Gobierno era anterior al huracán Irma:

Prime Minister Gaston Browne’s Paradise Found Act was part of this – this 2015 Act was designed specifically to allow his new economic envoy (the actor Robert De Niro, and partner James Packer) to take up huge areas of land on Barbuda in addition to their acquisition of the K Club lease, without reference to the Land Act. Since then the Land Act has been amended by the Prime Minister to facilitate other large projects with long, cheap leases proceeding without any local consultation, intending eventually to give freehold to these so-called investors. Finally, after the island’s infrastructure was allowed to completely run down, assisted by Barbudan Arthur Nibbs, who famously called his own people ‘squatters’ as the ALP’s Minister for Agriculture and Lands; the Land Act was finally repealed, threatening rights that had existed on Barbuda for four hundred years. […]

A huge area of wilderness was immediately bulldozed, to build a new ‘airport’ for private jets in the immediate aftermath of a major disaster […]

La ley paraíso hallado del primer ministro Gaston Browne formaba parte de esto: esta ley de 2015 se diseñó específicamente para permitir a su nuevo enviado económico (el actor Robert De Niro, y su socio James Packer) hacerse con enormes extensiones de terreno en Barbuda, además de su adquisición del arrendamiento del K Club, sin hacer referencia a la ley de suelo. Desde entonces, la ley de suelo ha sido enmendada por el primer ministro para facilitar otros grandes proyectos con arrendamientos largos y baratos que se hacen sin ninguna consulta local, con la intención de dar finalmente la propiedad absoluta a estos supuestos inversionistas. Finalmente, después de que se permitió que la infraestructura de la isla se arruinara por completo, con la ayuda del barbudense Arthur Nibbs, quien famosamente llamó a su propia gente «ocupantes ilegales» como ministro de Agricultura y Tierras del ALP; la ley de tierras quedó finalmente derogada, y amenazó los derechos que habían existido en Barbuda durante 400 años. […]

Se arrasó una enorme zona silvestre para construir un nuevo «aeropuerto» para aviones privados, inmediatamente después de una gran catástrofe […]

Preocupación por la susceptibilidad ecológica

La medida de Naciones Unidas vino después de la respuesta de la Red Mundial de Acción Legal (GLAN), que pidió una investigación sobre lo que estaba ocurriendo en Barbuda y alertó a la Secretaría de Ramsar, con sede en Ginebra, que defiende la protección de los humedales críticos en todo el mundo.

Al parecer, una carta de Naciones Unidas expresó preocupación por la ubicación delicada del complejo, que contiene humedales que sustentan la biodiversidad y son fundamentales para amortiguar los efectos del cambio climático, incluida la protección de la isla contra los huracanes. También se está revisando el planteamiento de la construcción de la pista del aeropuerto, supuestamente construida sobre cuevas de piedra caliza.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifica actualmente a la curruca de Barbuda (Setophaga subita) como especie vulnerable –a diferencia de la anterior clasificación de casi amenazada– con una población estimada de apenas 600-1700 ejemplares. En una actualización de 2019 sobre Barbuda tras el huracán Irma, Birds Caribbean señaló:

As an endemic, the Barbuda Warbler is completely restricted to the 62 square mile island and with its relatively small population, is at a higher risk from extreme weather events and habitat loss. […]

The construction of the new airport meant that several points we had previously counted [the species] were now either on the runway or in the middle of the rock quarry supporting the new construction. Habitat loss and concerns about the impact the airport will have on the surrounding warblers are something that should be closely monitored into the future.

Como endémica, la curruca de Barbuda está completamente restringida a los 160 kilómetros cuadrado de la isla y, con su población relativamente pequeña, corre un mayor riesgo por los eventos climáticos extremos y la pérdida de hábitat. […]

La construcción del nuevo aeropuerto supuso que varios lugares donde habíamos contado [la especie] estaban en la pista de aterrizaje o en medio de la cantera de roca que sostiene la nueva construcción. La pérdida de hábitat y la preocupación por el impacto que tendrá el aeropuerto en las currucas de los alrededores es algo que debería vigilarse de cerca en el futuro.

La publicación añadió que la colonia de fragatas magníficas (Fregata magnificent) de la isla es la mayor zona de cría de la especie en el hemisferio occidental, por lo que es «fundamental para que la especie sigua prosperando en el Atlántico».

Hablan los medios sociales

Mientras tanto, aunque está programado que se escuche una demanda legal sobre el tema de los derechos sobre la tierra ante el Consejo Privado del Reino Unido, los usuarios de las redes sociales de Barbados están aprovechando el tiempo para sensibilizar a la región.

En Twitter, la usuaria Joanne Thomas criticó a la Comunidad del Caribe (CARICOM) por no hacerse escuchar:

CARICOM es muy triste y un pobre reflejo de su organización que quien es el presidente sea alguien que no respeta a la gente de Barbuda y Antigua, sus tierras ni sus derechos humanos.

Sin embargo, confía en que el pueblo triunfará, como ha ocurrido durante siglos:

El huracán Irma destruyó gran parte de Barbuda en 2017, pero no destruyó el espíritu de los barbudenses. Después de Irma, el Gobierno de Antigua decidió completar la destrucción, pero continúa. Hay una rápida destrucción del ambiente y las tierras, todo en nombre de la codicia y el «desarrollo».

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.