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¿El sentir contra China en Kirguistán es lo suficientemente fuerte como para congelar proyecto clave de la Iniciativa de la Franja y la Ruta?

Categorías: Asia Central y Cáucaso, China, Kirguistán, Ambiente, Economía y negocios, Etnicidad y raza, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Relaciones internacionales, Trabajo, El legado de la URSS 30 años después, Iniciativa china de la Franja y la Ruta: ¿Trato o robo?, Observatorio de Medios Cívicos

El lugar del centro logístico previsto cerca de At-Bashy. Foto de Aizat Shailoobek kyzy, usada con autorización.

Pese a que la inversión extranjera y el desarrollo de infraestructuras suelen traer beneficios materiales, personas en Kirguistán acostumbrada a emigrar a otros países por trabajo que han rechazado proyectos chinos por actitudes sinofóbicas. ¿A qué se debe esta paranoia? ¿Y puede evitar que se completen los proyectos claves de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por su nombre en inglés)?

En 2018, cuando el expresidente kirguiso Sooronbay Jeenbekov realizó un viaje oficial a China, firmó un acuerdo para construir un enorme centro comercial y logístico en Kirguistán para productos chinos, dos hombres de negocios, uno chino y otro kirguiso, vieron su oportunidad.

Liu Ying tiene [1] doce negocios en China, y es un célebre empresario local conocido por ser quien introdujo los fuegos artificiales en Asia Central tras la caída de la Unión Soviética en 1991. Su socio comercial, Emilbek Abdykadyrov, es el propietario [2] de Nur Stroi Montazh, compañía constructora en la capital, Biskek.

En agosto de 2019, ambos crearon la empresa At-Bashy Kyrgyz Chinese Free Trade Zone LLC (en adelante, At-Bashy FTZ [3]), fundada a partir de la inversión inicial de Liu de 500 000 dólares estadounidenses [4] en el programa de inversión registrado en Hong Kong, One Lead One Trading.

La empresa se creó para que estuviera a cargo de la construcción y administración del centro logístico. El proyecto, estimado en 280 millones de dólares estadounidenses, se construirá en una meseta desierta a 2000 metros sobre el nivel del mar, a unos 40 kilómetros del pueblo de At-Bashy [5], noreste de Kirguistán, junto a la carretera principal hacia la frontera con China.

Hasta la fecha, existen pocos indicios de que vaya a invertirse más dinero que el medio millón inicial en el terreno, un espacio de 200 hectáreas alquilado durante 49 años por At-Bashy FTZ. One Lead One Trading se cerró en noviembre de 2020.

Nacionalismo antichino conduce a rechazo local del proyecto

El pueblo de At-Bashy, con una población de 15 000 habitantes, dedicada mayormente al pequeño comercio, el turismo, la ganadería y la agricultura, se encuentra profundamente dividido en cuanto al proyecto. Quienes se oponen han sido los más ruidosos, y quizá la razón por la que el proyecto se ha paralizado.

Lo que parece motivar esta oposición es una combinación de nacionalismo y miedo tanto a una «invasión» china como a una «apropiación de tierras».

Guljan Aitbaeva, dueña de una pequeña tienda en At-Bashy que vende ropa hecha en China, contó a Global Voices que a los habitantes del pueblo no se les informó de la construcción del centro logístico. Ella misma se enteró a través de las redes sociales, y le inquieta porque ve un reflejo de lo que pasó en el vecino Tayikistán: «Tayikistán le dio un trozo de tierra a China, y eso es lo que pasará también en Kirguistán».

En enero de 2011, Tayikistán accedió a dar una parte de su territorio [6] a China para resolver una disputa de fronteras que había durado un siglo. Kirguistán también evaluó [7] su frontera con China en 2001, y perdió territorio en el proceso.

Con este precedente como principal argumento, el 17 de febrero de 2020, mil residentes [8] protestaron contra el proyecto. La protesta fue organizada por Mederbek Junusaliev, reparador de televisores local que recogió firmas de los habitantes y recurrió en varias ocasiones a la administración municipal.

A pesar de la presión policial para detener sus actividades y de una estancia hospitalaria causada por el estrés, Junusaliev continúa liderando las manifestaciones, e incluso compuso poemas de protesta inspirados por Kalygul Bai uulu [9], poeta kirguiso del siglo XVIII que escribió:

Кылтылдап кирер койнуңа,

Кылтагын илер мойнуңа.

Кызыкпа, журтум, кызыкпа,

Кытайдын кытмыр ойнуна.

Lentamente entrará en tu seno,

te pondrá la soga alrededor del cuello,

no preguntes, patria mía, no preguntes

por China y su juego secreto.

La conexión con el sentimiento antichino histórico está clara, y se extiende a otras formas de miedos proyectados, incluido el mestizaje, algo común en el discurso sinofóbico [10] en Kirguistán.

Alybek Musaev, dentista local, comentó a Global Voices:

To lease land to the Chinese side for 49 years means transferring land forever. Then the Chinese migrants will marry Kyrgyz girls and this will naturally lead to Chinese expansion. Only the Chinese and the Kyrgyz corrupt officials benefit from this logistics center.

Alquilar un terreno a los chinos durante 49 años significa transferir el territorio para siempre. Entonces, los inmigrantes chinos se casarán con chicas kirguisas, lo que conducirá a la expansión china. Solo los chinos y los funcionarios kirguisos corruptos se beneficiarán de este centro logístico.

Asimismo, Musaev publicó un video [8] en Facebook de la protesta de febrero de 2020 que recibió más de 500 comentarios de solidaridad.

Si bien este miedo paranoico podría verse como una reliquia del pasado, cada vez más kirguisos cobran conciencia de la erradicación de la cultura e identidad uigur en la provincia vecina de Sinkiang en China, precisamente debido al desarrollo económico y al mestizaje motivado o forzado.

¿La falta de redistribución es el motivo principal de la oposición?

El miedo a las consecuencias de la inversión china no es la única razón por la que los lugareños de At-Bashy rechazan el proyecto. Otro tema de preocupación es la posible falta de redistribución económica y la corrupción endémica, lo que causa oposición tanto al Gobierno central en Biskek y a los proyectos chinos.

Las autoridades de Biskek han descrito el proyecto como una «situación ventajosa para todos», y coincide con la sistemática promoción del proyecto por parte de Pekín como una gran oportunidad [11] para crear puestos de trabajo en un país afectado gravemente por la migración económica y el desempleo.

La mayoría de los dirigentes kirguisos, ya sean de At-Bashy o de Biskek, han apoyado firmemente la construcción del centro logístico. En la inauguración, en 2019, el ex primer ministro Muhammedkalyi Abylgaziev declaró [11]:

The logistics center will become one of the most modern and largest in the Central Asian region. The construction will create at least 10,000 jobs, 90% of which will be given to our citizens.

El centro logístico se convertirá en uno de los más grandes y modernos de Asia central. La construcción creará al menos 10 000 puestos de trabajo, el 90 % de los cuales se ofrecerá a nuestros ciudadanos.

Abdykadyrov, uno de los principales inversionistas del proyecto en el lado kirguiso, expresó un entusiasmo similar en enero de 2020, cuando reveló a Delovoy Kyrgyzstan [12] que «deberíamos poner nuestras esperanzas en el lado bueno [del proyecto], en lugar de tener miedo o creer en rumores».

Las autoridades son muy conscientes de la dependencia de Kirguistán en la economía de China, que proporciona a Kirguistán y a otros países de Asia Central una amplia gama de bienes de consumo asequibles, desde productos alimenticios hasta farmacéuticos, textiles y maquinaria. El volumen comercial entre los países centroasiáticos y China se ha incrementado [13] un 49 % en cinco años, desde 17 600 millones de dólares estadounidenses en 2015 hasta 26 000 millones en 2019. Según la base de datos COMTRADE [14] de Naciones Unidas, en 2020, el volumen de las importaciones de Kirguistán provenientes de China era de 2900 millones de dólares estadounidenses, casi tres veces más que las importaciones desde Rusia en el mismo periodo. Además, la mayor parte de la inversión extranjera en Kirguistán corresponde a China. Según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) [15], casi el 50 % de la inversión extranjera directa (IED) en Kirguistán procede de China, mientras que alrededor del 80 % de la IED en general va dirigido a la extracción de oro y otras industrias metalúrgicas.

Ccontra este apoyo institucional, Junusaliev alegó en una reunión pública que la administración local carecía de transparencia, porque «se encuentra bajo el control del Gobierno central, que es corrupto».

Decepción en Pekín, prudencia en Biskek, ¿y ahora qué?

Para China, los países de Asia Central representan una coyuntura clave en su proyecto BRI, como parte de su ruta de transporte terrestre hasta Europa. La noticia de la suspensión de la construcción fue recibida con decepción, como un obstáculo en la integración de Kirguistán en los intentos de China para transportar productos desde este país hasta Asia central y más allá. China ya construyó en 2017 el enorme puerto terrestre [16] de Horgos, aunque no el más grande [17] del mundo, en su frontera con Kazajistán.

Una publicación en el blog financiero Sina Finance [18], ejemplifica esa decepción.

不难看出,由于距离上的优势(东邻中国),吉尔吉斯斯坦近年来在中资的助力下尝到了不少甜头。而此次取消合作的决定,无疑将会令这个中亚国家在中国投资者心中的形象大打折扣.

No resulta difícil ver que, debido a su localización geográfica cerca de China, Kirguistán se ha beneficiado de las inversiones chinas. Pero cancelar el proyecto de At-Bashy afectará indudablemente a la imagen de Kirguistán y desalentará a los inversinistas chinos.

En Kirguistán, el Gobierno parece sentirse en conflicto con el futuro del proyecto: por una parte, los dirigentes kirguisos han continuado mostrando su apoyo al proyecto después de que el político Sadyr Japarov [19] llegó al poder en octubre de 2020. Japarov estuvo en prisión, y en enero de 2021 llegó a ser presidente. En junio de 2021, Japarov visitó [20] At-Bashy y respaldó el proyecto.

No obstante, Japarov es consciente del grave problema que yace en las protestas de los oponentes del centro logístico: Kirguistán debe alrededor del 41 % de su deuda externa al Banco de Exportaciones e Importaciones de China. La mayor parte de los préstamos están vinculados [21] a los proyectos de construcción y a las reparaciones de carreteras realizadas por empresas chinas. Y tal como dijo [22] públicamente:

We borrowed money for these projects and we signed contracts by which the management of the facilities would be transferred to the other party in case of non-payment.

Pedimos dinero prestado para estos proyectos, y firmamos contratos por los cuales la administración de estas instalaciones se transferiría a la otra parte en caso de incumplimiento de pago.


Esta historia es parte de una investigación del Observatorio de Medios Cívicos [23] sobre las posturas divergentes en torno a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y estudia cómo las sociedades y comunidades mantienen distintas percepciones de los beneficios y daños potenciales de los planes de desarrollo dirigidos por chinos. Para saber más acerca de este proyecto y sus métodos, haz clic aquí [24].