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Grafitis en Almaty, entre escándalos, competencia y troleo

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Kazajistán, Arte y cultura, Censura, Humor, Libertad de expresión, Medios ciudadanos

Mural que celebra a The Joker en Almaty, cerca del centro comercial Grand Park, 23 de julio de 2021. Foto de Alina Zafar, usada con autorización.

Alguna vez, el grafiti fue catalogado como vandalismo o arte barato en Kazajistán. Ahora, grafitis y murales han cobrado importancia gracias a talentosos artistas callejeros, y también los han explotado como herramientas de propaganda gubernamental.

En Almaty, la mayor ciudad de Kazajistán, los murales han llegado a representar un extraño campo de batalla entre activismo juvenil y mensajes auspiciaos por el Gobierno. Algunos murales desafían al actual sistema político, otros exaltan sus logros.

En años recientes, las autoridades han tratado de usar grafiti para promover mensajes de unidad nacional y cultura, pero a menudo, jóvenes artistas han troleado y echado a perder estos murales.

El arte —sobre todo el grafiti— es uno de los pocos medios de libre expresión en el muy controlado y autoritario Kazajistán. Cuando los medios están totalmente controlados y las redes sociales e internet están parcialmente bloqueados o llenos de granjas estatales de troles, el arte es la única manera de demonstrar el descontento. Kazajistán tiene el puesto 155t [1] en la lista de libertad de prensa, y los lugareños luchan desde hace tiempo para que sus voces se escuchen.

El arte callejero es provocativo, político y libre. En Almaty, los artistas encontraron en fachadas de edificios o muros de la ciudad un espacio alterno para hacer frente a posturas, lejos del discurso gubernamental.

Los funcionarios gubernamentales trataron de controlar la ola de grafiti descontrolado y respaldó los murales auspiciados por el Estado, como la puntura de quienes sostienen el mundo con las mano, como tributo a sus esfuerzos para combatir la pandemia de COVID-19.

Fachada de un edificio residencial cerca de la intersección de las calles Tole bi y Baizakov, 23 de julio de 2021. Foto de Alina Zafar, usada con autorización.

Los murales más populares son los que tienen imágenes irónicas del expresidente o referencias a cultural popular que se burlan del sistema.

En 2019, el colectivo de arte callejero REPAS creó una gran ilustración dedicada al estreno de la película Joker, que trata sobre el villano de Batman. El mural llamó la atención del director de la película, Todd Phillips [2], que también lo publicó en las cuentas oficiales de publicidad.

 

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Arte callejero del Joker en Kazajistán.
? Repas.
? Grabación de Pavel Tenyakov.

Fachadas viejas, imágenes nuevas

Los estilos arquitectónicos [4] de la era de Stalin, Khrushchev y Brezhnev del pasado soviético siguen presentes en Almaty. Las grandes fachadas de estos edificios suelen ofrecer lienzos involuntarios para la expresión de arte callejero. Con frecuencia, Almaty ha sido sede de festivales, como Mural Fest [5], Artbat Fest [6] y URBANIYA [7].

De ser considerado un acto de vandalismo, el grafiti ha sido reconocido poco a poco como obras de arte y rasgos del paisaje urbano de Almaty.

Algunos artistas se atreven a ir más allá de los pocos temas autorizados y destacan problemas sociales de los que no se habla. Pasha Cas, artista de Almaty reconocido internacionalmente, es famoso por cuestionar sistemas burocráticos, desde Gobiernos locales a Naciones Unidas [8].

Una de sus primeras instalaciones fue controvertida. Colgó un maniquí del marco de una marquesina en Almaty, con el provocador texto «Всем пох» (en ruso, «A nadie le importa una m***a [9]«). Su inflamada instalación [10] se dirigía a la crónicamente alta tasa de suicidios de Kazajistán.

Algunos manifiestos de Pasha Cas fueron modificados o retirados por su enfoque intransigente, desde la censura a los ‘críticos de sofá [11]‘ y ciudadanos apáticos [12] a poner de manifiesto la desesperación de que el Estado no los escuche [13] (o, a la inversa, que los controle demasiado [14]).

Sus mayores y más provocativos proyectos abordan asuntos de ecología y contaminación. Una serie de obras de arte en Temirtau [15] (ciudad industrial en el centro de Kazajistán), Pavlodar [16] (ciudad al norte del país) y Semipalatinsk [17] (pequeña ciudad del este) se volvieron símbolos del activismo ciudadano contra la contaminación. Haciendo referencia a obras maestras de principios del siglo XX, Pasha Cas llama a la gente a “gritar, para que quienes están arriba, «¡puedan ESCUCHARNOS!” (énfasis en el original).

 

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En 2019, Forbes Kazajistán incluyó a Pasha Cas en la lista de menores de 30 años más exitosos [19].

Propaganda estatal, moralización y resistencia local

La dirección convencional del Gobierno para los murales urbanos ha dado forma al paisaje con proyectos sobre temas sociales, desde la pandemia del COVID-19 hasta la corrupción o el ciclismo. En estos grafitis, los artistas hacen referencia al pasado nómada del país y a destacadas figuras históricas kazajas, como Abai Kunanbayev [20], Dinmukhamed Kunayev [21], Abilkhan Kasteyev [22] y Abu Nasr Al-Farabi [23].

La globalización ha contribuido a cambiar la estética del arte callejero. Los artistas han mostrado cada vez más temas de culturas y generaciones entrelazadas. Un ejemplo es la obra de la asociación artística «FORMAT», que representó a Sergey Yesenin, poeta ruso de la Edad de Plata, junto al popular actor estadounidense Clint Eastwood. FORMAT resumió su concepto con la frase «Clásico diferente».

Yesenin y Eastwood en grafiti en el cruce de las calles Bruno e Islam Karimov, 23 de julio de 2021. Foto de Alina Zafar, utilizada con autorización.

Poco después de que se pintara el mural de Joker, las autoridades de la ciudad intentaron retirarlo, con el fundamento de su esfuerzo por armonizar los objetos de arte callejero y por limpiar murales sin aprobación. El funcionario que emitió la orden de limpieza se reunió luego con los autores del mural y, por la presión popular para que se mantuviera, dejó de lado la orden de retirarlo [24].

Las autoridades estatales y municipales de Kazajistán han intentado usar el grafiti como medio de propaganda con diferente éxito. Algunos grupos de artistas pretendían comercializar el campo, ofrecían sus servicios para decorar negocios privados y promover programas gubernamentales. Otros artistas independientes afirman que esta tendencia va contra la identidad de resistencia del grafiti, que sigue siendo duramente criticado por el Gobierno y los barrios conservadores.

Independientemente de la dirección que tome este hacer y deshacer murales [25], el paisaje de arte callejero de Almaty está cambiando.