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¿Grupos ecologistas turcos son los únicos en criticar integración económica Pekín-Ankara?

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, China, Turquía, Ambiente, Economía y negocios, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Relaciones internacionales, Iniciativa china de la Franja y la Ruta: ¿Trato o robo?, Observatorio de Medios Cívicos

Ilustración de Giovana Fleck basada en imágenes [1] promocionales de EMBA.

La mayor inversión de China en Turquía —componente clave de su Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por su nombre en inglés)— es la planta de energía de carbón Emba Hunutlu ubicada en Adana, en el sur central de Turquía. Mientras el Gobierno turco apoya el proyecto y lo considera como un elogio a sus iniciativas de integración regional, el sector de la comunidad ambiental está expresando abiertamente su oposición y acusa a las autoridades chinas de tener un doble discurso en sus compromisos ambientales.

El 22 de septiembre de 2020, en mensaje [2] por video en Naciones Unidas, el presidente chino, Xi Jinping, anunció que China lograría neutralidad de carbón al 2060 para combatir el cambio climático. Actualmente, Pekín financia proyectos de combustible fósil al menos en 27 países en todo el mundo. La mayoría de estos proyectos están integrados [3] en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China.

La planta de energía Emba Hunutlu es parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China en Turquía, programa de cooperación económica y política al que Ankara se unió en noviembre de 2015 [4]. En abril de 2019, los países firmaron un acuerdo especial de BRI, y la construcción de la planta Hunutlu empezó en septiembre de 2019.

El proyecto representa la mayor inversión directa [5] de China en Turquía. Cuando esté terminada en 2022, tendrá la capacidad de producir 1.32 GW de electricidad —cerca del 3 % de toda la electricidad que se produce actualmente en el país. La planta será impulsada con carbón local de Adana y de carbón importado [6]. Cuando China anunció su decisión de construir una planta de carbón en Adana, numerosos grupos ambientales firmaron una petición [7] para exhortar a todos los bancos chinos que no financiaran la construcción. El proyecto también encaja en el proyecto de Ruta de la Seda de Turquía, la Iniciativa del Corredor Medio [8], que integra las ambiciones de China y Turquía de crear centros internacionales para impulsar el comercio global.

Oposición ambiental al proyecto

Cuando China anunció su decisión de construir una planta de carbón en Adana, los grupos ambientales turcos fueron los únicos en oponerse al proyecto. Firmaron una petición [7] para exhortar a todos los bancos chinos que financian la construcción, como Banco de Desarrollo de China, el Banco de China Ltd., y el Banco Industrial y Comercial de China a detener su financiamiento por razones ambientales y de salud.

“Ante la oposición de la comunidad al proyecto y la falta de cumplimento legal, pedimos respetuosamente que quienes financian la planta de carbón Emba Hunutlu retiren todo el apoyo financiero al proyecto. Creemos que los problemas acumulados de biodiversidad, ambientales, contaminación del aire, clima y alineación de políticas suponen serias alertas sobre la participación de su institución en este proyecto», dijo en grupo en la cartar [7].

Un reciente informe [9] de la Fondo Mundal para la Naturaleza en Turquía (WWF-Turquía) y la Asociación de Investigación sobre Economía y Finanzas Sostenibles (SEFiA) revela que los costos de esta planta de energía en el ambiente y la salud de las poblaciones locales. Cuando esté funcionando, la planta de energía de Hunutlu “funcionará con 2.8 millones de toneladas de carbón importante al año y emitirá más de 200 millones de toneladas de CO2 en el tiempo de vida del proyecto”, escribió Rainforest Action Network en “Horneando el caos climático: Informe sobre la financiación de los combustibles fósiles 2021 [10]”.

Quienes están cerca de la zona de construcción en la bahía de Iskenderun ya se ven afectados por la contaminación del aire [11] por otras instalaciones industriales como una planta de energía a gas, dos plantas de energía de carbón y una fábrica de acero. Según [12] Rainforest Action Network, cerca de dos millones de habitantes y la biodiversidad de la zona se verán afectados por la contaminación causada por la nueva planta. En junio de 2020, un informe publicado por el Centro para la Investigación de Energía y Aire Limpio estima que la planta contribuirá con 2000 muertes prematuras en los 40 años que durará.

También hay riesgo de aumento de cáncer asociados con la planta. En una demanda que impugna el acuerdo de licencia de la planta de energía térmica de Sugözü Kömürlü, operativa desdde 2003, la Plataforma Ambiental del este del Mediterráneo y el abogado İsmail Hakkı Atal dijeron [13] que en la zona los casos de cáncer aumentaron 11 veces y los tipos de cáncer en 275 % entre 2009 y 2014

Cuestionan la viabilidad económica

Además del impacto directo sobre el ambiente y la salud pública, los activistas también cuestionan el modelo económico y la viabilidad de este proyecto enorme. El nuevo informe de WWF-Turquía y SEFiA indica que la central de Hunutlu no amortizará el costo de capital, al menos en los próximos 30 años.

En diálogo [14] con la Red de Acción Climática Europa, Bengisu Özenç, autor del informe [9] y director fundador de SEFiA, dijo:

Our net present value calculations show that under the capital cost scenario which corresponds to the ultra-supercritical coal burning technology, the Hunutlu thermal power plant is unable to pay back its capital cost over a period of 30 years, even under the assumption of high electricity prices. It is therefore worth questioning the political economy and financial sustainability of this investment, which would have an installed capacity of 1,320 megawatts if completed.

Nuestros cálculos del valor actual neto muestran que, en el escenario de costos de capital que corresponde a la tecnología de combustión de carbón ultra, supercrítica, la central térmica de Hunutlu no puede amortizar su costo de capital en un periodo de 30 años, ni siquiera en el supuesto de que los precios de la electricidad sean elevados. Por tanto, cabe cuestionar la economía política y la sostenibilidad financiera de esta inversión, que tendría una capacidad instalada de 1320 megavatios si se completara.

Aslı Pasinli, director general de WWF-Turquía, declaró a la Red de Acción por el Clima de Europa: «En un entorno en el que se discuten cada vez más los escenarios de salida del carbón, la construcción de nuevas centrales de energía de carbón es un serio interrogante. La respuesta a esta pregunta está en los estudios de viabilidad financiera de las inversiones en nuevas centrales, que se espera que queden paradas por la preocupación por el cambio climático, y también por el cambio de los flujos financieros mundiales».

Ankara necesita que Pekín supere su crisis económica

En 2021 se cumplieron 50 años del incio de relaciones diplomáticas entre Turquía y China. Los dos líderes se felicitaron [15] mutuamente por la ocasión con una llamada telefónica el 13 de julio, destacaron [16] el «alto potencial de los lazos comerciales y diplomáticos entre Turquía y China» en rubros que incluyen «energía, comercio, transporte y salud».

Las relaciones de Turquía con China han cambiado significativamente desde 2009, cuando el entonces primer ministro Erdoğan calificó de «masacre [17]» lo sucedido con la minoría étnica uigur de China. Pero el estancamiento de la economía turca indica un cambio en cómo los dirigentes del país ven a China.

En una entrevista [17] con Voice of America, Kemal Kirisci, investigador principal de la Institución Brookings de Washington, dijo que el gobierno actual de Turquía espera que las inversiones, el comercio y los créditos chinos puedan ayudar a salvar su economía. En 2019, Turquía no firmó la carta conjunta [18] emitida en la XLI sesión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para condenar las «detenciones arbitrarias masivas y violaciones relacionadas» de uigures y otras minorías por parte de China. Una investigación [19] de julio de 2020 publicada por The Telegraph documentó [20] el «consentimiento de Ankara a las solicitudes de extradición de Pekín para disidentes uigures chinos» y destacó más sus cambiantes intereses.

Además de panta de energía de carbón, las inversiones [21] de China en el país incluyen ferrocarriles, el túnel ferroviario de Marmaray, construido y financiado por China, una participación del 65 % [22] en el tercer puerto de contenedores de Turquía, un tercer puente que conectará [23] los dos continentes de Estambul y la mayor plataforma de comercio electrónico de Turquía, Trendyol, adquirida [24] por la empresa china Alibaba en 2018, entre otros ejemplos [25].

En este contexto de estrechos lazos económicos e inversiones con China, los ecologistas están haciendo una fuerte campaña [26] para detener algunos de estos proyectos, como la central eléctrica.

En cuanto a China, algunos dicen que no es demasiado tarde para cambiar de rumbo. Elif Gündüzyeli, coordinadora de política del carbón de la Red de Acción Climática (CAN) Europa, dijo [5]: «China podría acelerar el cambio a la energía baja en carbono en Turquía, señalar su intención de llevar el liderazgo climático a la BRI (Iniciativa de la Franja y la Ruta) en lugar de perseguir proyectos de alto contenido en carbono como Hunutlu».


Este artículo forma parte de una investigación del Observatorio Cívico de Medios [27] sobre las narrativas contrapuestas sobre la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de China, y explora cómo las sociedades y las comunidades tienen diferentes percepciones de los beneficios y los daños potenciales del desarrollo liderado por China. Para saber más sobre este proyecto y sus métodos, haz clic aquí [28].