- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

La grave situación de las mujeres afganas en el nuevo régimen talibán

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Afganistán, Derechos humanos, Gobernabilidad, Guerra y conflicto, Historia, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Mujer y género, Política, Refugiados, La caída de Kabul, dos años después, La gran dispersión de Afganistán

Captura de pantalla de entrevista de TRT World [1] con Mahbooba Seraj, integrante de la Red de Mujeres Afganas.

“Los afganos queremos decirle al mundo que nos han dejado en aislamiento, a los lobos en nuestros país. No entiendo a Estados Unidos por deshacer y ahora rehacer al Talibán en Afganistán, cuyo mandato afectará mayormente la vida de las mujeres, que se verán arruinadas otra vez. Siento inmenso temor por los artistas, cantantes, empresarios afganos que suspenderían sus actividades como han hecho antes en el gobierno del Talibán en la década de 1990”, dijo Mahbooba Seraj, destacada activista de derechos humanos de Afganistán en diálogo reciente con TRT World [1].

En agosto de 2021, hubo caos cuando el Talibán tomó el control de gran parte del territorio de Afganistán, y Kabul fue una de las últimas ciudades en caer, el 15 de agosto. El presidente Ashraf Ghani huyó [2] a Emiratos Árabes Unidos [3] después de firmar un acuerdo de rendición con los hermanos Mullah Ghani.

Ahora que el Talibán tiene control total, los ciudadanos afganos quedan con temor e incertidumbre, pues diplomáticos y representantes de organizaciones internacionales están huyendo de Afganistán.

Los afganos, cansados de guerras, están reviviendo 1994, cuando el Talibán tomó por asalto al entonces líder afgano, doctor Najeeb, y tomó por la fuerza el control de Kabul. Establecieron un reino islámico encabezado por el mulá Omar.

El abrupto retiro de Estados Unidos y la fallida troika de negociaciones en Doha [4] han tenido como resultado más violencia en el terreno, que recordó a los afganos lo que sufrieron 25 años antes: perdieron toda su estructura social e infraestructura de salud, despojaron de todo derecho a la mujer y cerraron por completo el sistema educativo.

Como resultado, muchos están saliendo de Afganistán por  temor a lo que está por venir. Una de esas personas es Gull Muhammad.

Gull huyó con su familia el 7 de agosto de Spin Boldak, frontera con Pakistán. Dice que no tenía mucho sentido quedarse cuando los combatientes talibanes llegaron a la ciudad. Recuerda muy bien el anterior régimen del Talibán, cuando las mujeres pasaron a ser esclavas, las obligaron a casarse con soldados talibanes y a cometer adulterio.

“Vi hombres con turbantes en la cabeza y rifles en la mano en motocicletas Honda en medio de la noche que coreaban ‘Allah-u-Akbar’ y entraban a Spin Boldak. Fue ahí cuando decidí encontrar un lugar más seguro para mi familia. Entré a Pakistán, por el cruce fronterizo de Chaman. Los habitantes de Spin Boldak sabían que ya no estarían seguros si se quedaban a vivir en la zona, con temor de que el Talibán tenía similares intenciones que antes», explica Gull en entrevista con Global Voices.

Gull entró a Pakistán con su esposa y cinco hijos, y las esposas de sus hermanos y sus tres hijos. Ahí recibieron ayuda de un hombre llamado Bakhtiyar, dueño de una sala de exhibición de motocicletas. Gull explicó que las mujeres tenían joyas y telas con las que la familia tiene la intención de vivir en Pakistán. “Ahora iré a Quetta, capital de Beluchistán, y luego a Karachi, donde pienso quedarme en casa de mi hija, que vive ahí con su esposo», explicó Gull que se daba un respiro con su familia del calor dentro de la sala de exhibición.

Bakhtiyar ayudó a Gull, le dio un vehículo motorizado que llevó a la familia de Gull a Quetta. “La familia pastún llegó desesperada, buscaba seguridad. Le di a la familia comida y refugio”, dijo Bakhtiyar a Global Voices.

La familia de Gull es una de muchas otras que se prevé que llegarán a Pakistán y otros países vecinos si el diálogo  entre el Talibán, el Gobierno y los líderes del Talibán en Doha no logra un acuerdo de paz para el país.

Grave situación de las mujeres afganas

Uno de los grupos más afectados por décadas de guerra son las mujeres afganas, que ahora enfrentan una dura nueva realidad. Con el Talibán, les espera el temor de perder su estilo de vida y su acceso a la educación, además de la total violación de sus derechos fundamentales.

En febrero de 2020, muchos antes de la actual crisis, se realizó una conferencia de prensa de mujeres en Kabul. Entre las invitadas estaba la parlamentaria Fawzia Koofi, Mary Akrami, directora ejecutiva de la Red de Mujeres Afganas, y Palwasha Hassan, del Centro Educacional de Mujeres Afganas.

En la conferencia de prensa, las mujeres exigieron un “cese al fuego inmediato, permanente e incondicional», y que terminen las muertes de civiles, las muertes selectivas, la esclavitud sexual de las mujeres y la práctica de matrimonios forzados con combatientes talibanes.

Las mujeres también exigieron igualdad de género en las negociaciones de paz, y destacó que de no ser así, habría grandes reveses en las libertades de mujeres y niñas, sobre todo si el Talibán gobierna el país sin ningún control.

En esa conferencia de prensa, Palwasha Hassan dijo “[El Talibán] no ha aprendido nada del pasado, y están más brutales y desafiantes que antes. No saben nada de manejar un país, qué es un Afganistán inclusivo , o cuál es el valor de la participación de la mujer en la construcción de una nación. En algunas zonas que ya están bajo control del Talibán, las niñas no pueden ir a la escuela después de llegar a la pubertad, lo que va en contra de la Constitución afgana. Están surgiendo informes de que el Talibán está emitiendo edictos, que la mujer no debe trabajar, recibir que educación no salir de casa sin mahram [pariente hombre, como hermano, padre o esposo]».

Las líderes civiles afganas luchan otra complicada guerra. Llevan la peor parte de la violencia terrorista, y las niñas y mujeres afganas son quienes más han sufrido a lo largo del conflicto. Según un informe de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán [5], constituyen el 46 % de las víctimas civiles y siguen siendo extremadamente vulnerables en el futuro. Según el Departamento de Seguridad y Defensa de Afganistán [6], al menos 20 grupos militantes internacionales operan en Afganistán, la mayoría de los cuales atacarán muchos objetivos blandos con el fin de ganar territorio.

En el último año, ha habido una racha de asesinatos selectivos [7] de mujeres periodistas, defensoras de derechos humanos y mujeres que trabajan en la Corte Suprema. A la parlamentaria y negociadora Fawzia Koofi le dispararon en el brazo [8] en 2020, pero sobrevivió al atentado y regresó a las conversaciones de paz en in Doha como una de las pocas mujeres que participaron. Su ejemplo ilustra el coraje con el que las mujeres afganas han luchado por sus derechos en esta fase difícil.

Y pese a sus perspectivas sombrías, son desafiantes y se niegan a quedarse calladas.

El mundo debe darle crédito a esas voces, que hablan fuerte en una de las situaciones más complicadas del mundo.

Es 2021, y ya es hora de ver a las mujeres afganas explícitamente en el lugar del conductor en las conversaciones de paz, como recompensa por todo lo que han sufrido en estos años y porque son lideres resueltas y valientes ante un futuro incierto.