Turquía lucha contra catástrofes naturales: incendios forestales, sequía, inundaciones y un posible terremoto

Expertos afirman que un terremoto devastador afectaría a Estambul. Imagen de Şinasi Müldür, de Pixabay.

Turquía se ha visto afectada por una serie de desastres naturales y crisis ambientales en los últimos meses. La sequía en el lago Van provocó la muerte de miles de flamencos en julio, mientras que una sustancia llamada «moco marino» cubrió las costas del mar de Mármara durante meses y volvió inutilizable la orilla del mar. En agosto, unos 240 incendios forestales asolaron la costa sur de Turquía. Poco después de los incendios, la región del mar Negro –en particular las ciudades de Bartın, Kastamonu, Sinop y Samsun– sufrió inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra por las lluvias torrenciales. Como resultado, 112 pueblos de Kastamonu y 86 de Sinop se quedaron sin electricidad, mientras que seis puentes se derrumbaron y las carreteras de la región quedaron en ruinas. Más de 2000 personas han sido desplazadas y reubicadas por las inundaciones. La Presidencia de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) anunció que 8000 efectivos, 20 perros de rescate y una flota de helicópteros estaban buscando heridos y sobrevivientes. Según la información más reciente, 82 habitantes murieron y 16 seguían desaparecidos al 27 de agosto.

Así empezó todo, que Dios nos proteja.

Si bien el cambio climático y el exceso de lluvia intervinieron en las últimas devastadoras inundaciones, algunos expertos afirman que la colocación incorrecta de las presas y el exceso de construcción cerca de los cauces de los arroyos contribuyeron a las inundaciones. Ramazan Demirtaş, ingeniero geólogo y experto en terremotos, declaró al periódico Birgun en una entrevista:

If we confine a 400-meter-wide stream bed into 15-meters, and if the water also rises by 7–10 meters, the result is a natural disaster. It is the humanity that directly narrowed the stream bed and opened the bed to development and construction that is the culprit. Let's not blame it on the excessive rainfall as if it’s unprecedented in history. An artificial dam was formed with buildings built alongside, and the flood caused by torrential rain made the situation worse.

Si confinamos el lecho de un arroyo de 400 metros de ancho en 15 metros, y si además el agua sube entre siete y diez metros, el resultado es un desastre natural. La culpa la tiene la humanidad que estrechó directamente el cauce del arroyo y lo abrió al desarrollo inmobiliario y la construcción. No le echemos la culpa al exceso de lluvias como si no tuviera precedentes en la historia. Se formó una presa artificial con edificios construidos al lado, y la inundación causada por las lluvias torrenciales empeoró la situación.

Otros expertos afirman que las catástrofes y sus consecuencias son políticas. En una entrevista concedida a France 24, Gokce Sencan, investigador de políticas de agua y clima, dijo:

I don’t see Turkey having any comprehensive and holistic climate change policy that addresses everything in an interconnected way. You cannot separate food security issues from energy security issues, and food prices from the issue of drought.

No veo que Turquía tenga una política de cambio climático completa e integral que aborde todo de forma interconectada. No se pueden separar las cuestiones de seguridad alimentaria de las de seguridad energética, ni los precios de los alimentos de la sequía.

Durante su visita a Bozkurt, una de las zonas más afectadas por las inundaciones, el presidente Erdogan prometió ayudar a la zona a recuperarse lo antes posible:

Hopefully, we will rise from our ashes again. We can’t bring back the citizens we lost, but our state has the means and power to compensate those who lost loved ones.

Es de esperar que resurjamos de nuestras cenizas. No podemos traer de vuelta a los ciudadanos que perdimos, pero nuestro Estado tiene los medios y el poder para compensar a quienes perdieron a sus seres queridos.

Pero la mejora de la respuesta de Turquía a las catástrofes no consiste únicamente en prestar asistencia, reconstruir las ciudades dañadas por las inundaciones y replantar los bosques que se quemaron. Turquía es uno de los pocos países que aún no ha ratificado el Acuerdo de París de 2015, lo que muchos ecologistas han criticado tras las catástrofes. «Este es el primer paso. Tenemos que ser parte de la lucha global contra el cambio climático», dijo la portavoz del Partido de los Verdes de Turquía, Emine Ozkan, en una entrevista con France 24. Ankara dice que la razón por la que no ha firmado el acuerdo es una clasificación injusta. Turquía está clasificada como país «desarrollado», lo que le impide buscar financiación, a diferencia de los países clasificados como «en desarrollo».

«En lugar de comprometerse a reducir las emisiones de carbono, aumentó su cuota global hasta 2018. El Gobierno sigue fomentando la minería del carbón y ha promovido imprudentemente la construcción en zonas costeras, a menudo a expensas de terrenos forestales y ecosistemas naturales. Recientemente, el Gobierno cambió la antigua ley que prohíbe la construcción en terrenos forestales para permitir la construcción en algunas partes», escribió el periodista Asli Aydintasbas en un artículo para The Washington Post el 4 de agosto de 2021.

Un desastre mayor y en ciernes

Ante las recientes catástrofes naturales y de la débil respuesta gubernamental, muchos se preguntan si el Gobierno está preparado para hacer frente a su peor catástrofe: un posible terremoto en Estambul, la mayor ciudad y centro económico de Turquía.

Sé que parece que Turquía está experimentando mucha mala suerte en este momento.

No es así.

Esta racha de tragedias es el resultado inevitable de mala gobernabiildad y se relaciona directamente con la decisión de estar gobernados por un solo hombre.

Solo terminará cuando él se vaya.
—————-
Los incendios se desatan tal como se desatan porque las capacidades de lucha contra el fuego han sido destruidas. Las inundaciones se convierten en tsunamis por la mala planificación urbana y al mal drenaje.

La primera prioridad de Turquía debería ser deshacerse de esta gente antes de que el grande golpee Estambul.

En serio.

Turquía está situada en una zona sísmica activa y tiene un historial de terremotos desastrosos. El peor sismo se produjo en Erzincan en 1939, cuando un terremoto de 7,9 grados dejó casi 30 000 muertos. El último gran incidente ocurrió en Elazığ en 2020, y dejó 1600 heridos y 41 muertos.

La zona de mayor actividad sísmica de Turquía es la península de Armutlu, al sur de Estambul. Según la investigación publicada por el Centro Alemán de Investigación en Geociencias GFZ, la península de Armutlu «es un límite de placa tectónica activo conocido por generar terremotos destructivos que causan gran número de víctimas». En 1999, un terremoto de 7,5 grados mató a 18 000 personas y dejó a 250 000 sin hogar.

Los recuerdos de ese desastre aún perduran, y las investigaciones indican que algunos adultos que vivieron ese terremoto sufren de trastorno de estrés postraumático.

El 17 de agosto de 2021, Turquía conmemoró los 22 años de aquel devastador terremoto. Sin embargo, los expertos advierten que si un terremoto de magnitud similar golpeara el país, los daños serían aún mayores, lo que pone de manifiesto la falta de preparación gubernamental o de estrategias de mitigación.

Un nuevo informe publicado por la Fundación para la Transformación Urbana (KENTSEV) a principios de este mes estima que un terremoto de magnitud 7,5 o superior afectaría a 6,1 millones de personas y dañaría 1,8 millones de viviendas.

Un informe de la encuesta realizada en 2020 por Konda mostraba que el 81 % de los encuestados afirmaba no estar preparado para otro terremoto, el 67 % afirmaba no haber recibido ninguna formación sobre preparación para terremotos y el 68 % afirmaba no saber qué hacer durante un terremoto.

Medidas preventivas

Cuando en agosto se produjeron incendios forestales en las costas mediterráneas y del Egeo, el presidente de Turquía desestimó rápidamente las peticiones de ayuda. Incluso después de admitir que Turquía no disponía de aviones de extinción propios, el gobernante partido Justicia y Desarrollo se mantuvo en su tono polarizador y despreció las ofertas internacionales de ayuda.

Pero los expertos afirman que esta estrategia es imprudente, el punto de vista ambiental y del punto de vista político. Can Selcuki, director general de la empresa de sondeos Istanbul Economy Research, declaró en una entrevista con Middle East Eye que su empresa de sondeos está observando mayor interés de los votantes por el cambio climático y los problemas ambientales. Y añadió que en Turquía, «el Gobierno no tiene buena puntuación en lo que respecta al ambiente».

Otros, como Koray Dogan, coportavoz del Partido Verde de Turquía, dijeron a Middle East Eye que el Gobierno está priorizando la economía a expensas del ambiente.

Hay muchas pruebas, como el enorme proyecto Kanal Istanbul o la ley de amnistía de zonificación que se aprobó en 2018. Turquía ha aprobado 19 leyes de amnistía de zonificación desde 1948 que conceden indultos (a cambio de una cuota) a los contratistas constructores que no cumplen con las normas de seguridad. Muchas de las zonas de reunión registradas tras el terremoto para tiendas de campaña y respuesta humanitaria han desaparecido con el auge de la construcción. Además, Justicia y Desarrollo ha rechazado hasta ahora 58 mociones de políticos opositores en las que se pedía la creación de un comité de control independiente para supervisar la seguridad de la construcción..

Queda una pregunta: si ninguna de las recientes catástrofes y tragedias ambientales ha hecho que el Gobierno en funciones reconsidere su enfoque de la seguridad ambiental, ¿qué lo hará?

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.