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Acuerdo de cooperación sobre seguridad entre Georgia y Bielorrusia preocupa a emigrantes políticos en Georgia

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Belarusian, Georgian, and Ukrainian activists protest outside the Belarusian embassy in Tbilisi, Georgia, May 2021. Screenshot from video by RFE/RL on YouTube. [1]

Activistas bielorrusos, georgianos y ucranianos protestan frente a la embajada bielorrusa en Tiflis, Georgia, mayo de 2021. Captura  de pantalla de un video [2] de RFE/RL en YouTube.

Este artículo de Shota Kincha se publicó [3] en OC Media. Se reproduce una versión editada en virtud de un acuerdo de asociación de contenido.

Un año después de las disputadas elecciones presidencial en Bielorrusia, entró en vigencia un acuerdo de cooperación de seguridad entre Georgia y Bielorrusia. Los críticos temen que el tratado ayudaría a Minsk a atacar a políticos disidentes que actualmente viven en Georgia.

Los bielorrusos que han huido a Georgia tras las represivas secuelas de las disputadas elecciones de 2020 en Bielorrusia han expresado su preocupación sobre un acuerdo de cooperación entre el Servicio de Seguridad del Estado de Georgia (SSSG) y el Comité de  Seguridad del Estado de Bielorrusia (KGB) que entró en vigencia en agosto.

Con el acuerdo, los dos países van a intercambiar información, incluidos datos personales de partes interesadas, para cooperar en la lucha contra el «terrorismo», «corrupción» y varios otros delitos, como los cometidos «contra el orden constitucional, la soberanía e integridad territorial» de los países firmantes.

El acuerdo también incluye cooperación en la lucha contra el «crimen organizado y delitos internacionales que suponen una amenaza a la seguridad del Estado».

Dentro de la cooperación en estos asuntos, el artículo 8.1 del acuerdo prevé enviar «representantes/agregados» al país socio «por un periodo definido o indefinido».

El acuerdo entre Georgia y Bielorrusia entró en vigencia el 1 de agosto de 2021, días antes de que los críticos de Lukashenko conmemoraran el aniversario de la elección presidencial que se llevó a cabo el 9 de agosto de 2020, y semanas después de que la Unión Europea se dirigió [4] al régimen bielorruso con sanciones en respuesta a una represión [5] intensificada contra las organizaciones de la sociedad civil [6].

Aleksey Karpeka, periodista bielorruso que trabaja a para el medio bielorruso independiente European Radio for Belarus, calificó el reciente tratado entre Bielorrusia y Georgia como noticia «desagradable».

Le dijo a OC Media que estima que hay al menos cien bielorrusos en Georgia por razones políticas.

‘Completa conclusión’

El 16 de agosto, Svetlana Tsikhanouskaya, líder opositora bielorrusa exiliada, apeló [7] al Ministerio del Exterior de Georgia con una advertencia de que las autoridades bielorrusas usaron «legislación antiterrorista» contra opositores políticos.

«Por lo tanto, solamente la completa conclusión del acuerdo garantizará la seguridad de los bielorrusos en Georgia», destacó Tsikhanouskaya.

Desde hace años, las agencias de seguridad y autoridades de Bielorrusia han sido acusadas repetidamente de iniciar investigaciones con motivación política para atacar a críticos del Gobierno, diseñar y proscribir las actividades de varios grupos civiles, incluidas organizaciones de medios, a quienes calificaron de «extremistas».

Dmitry Chernykh, vicepresidente del Comité de Helsinki de Bielorrusia, dijo a OC Media que los delitos potenciales que Georgia y Bielorrusia accedieron combatir conjuntamente —que incluye terrorismo y financiamiento de terrorismo, y «delitos contra el orden constitucional, soberanía e integridad territorial del Estado»— son los delitos por los que «están acusados muchos activistas de la República de Bielorrusia».

«Asumimos que la seguridad de los activistas en Georgia dependerá de la posición que tome Georgia con respecto a la situación política en Bielorrusia», dijo. «Si Georgia apoya el actual régimen en sus planes con respecto a activistas, los activistas que se ocultan en Georgia estarán bajo amenaza».

‘Delitos económicos’

«Afortunadamente, la extradición no se menciona», El periodista bielorruso Aleksey Karpeka, que llegó a Georgia procedente de Bielorrusia en junio, dijo a OC Media.

However, the fact that the law enforcement agencies of Belarus will be able to get access to financial and other information of Belarusians in Georgia triggers negative emotions. Many won’t feel safe here anymore.

Sin embargo, el hecho de que las autoridades de Bielorrusia pueda tener acceso a información financiera y otra de bielorrusos en Georgia genera emociones negativas. Muchos ya no se sentirán seguros.

Según Marisha Korzh, activista civil bielorrusa que vive en Georgia, que el gobierno de Lukashenko designe a bielorrusos en Georgia como «extremistas» o «terroristas» sería demasiado obvio para que las autoridades georgianas siguieran el juego.

En cambio, según Korzh, las autoridades bielorrusas podrían perseguir a sus críticos con calumnias como si estuvieran involucrados en comercializar drogas o evadir impuestos para obtener su información financiera personal de su contraparte georgiana. Luego procederían a diseñar casos penales.

«En este caso, Georgia podría enviar a estas personas a Bielorrusia sin ninguna justificación», advirtió Kozh, y citó el caso pena contra Ales Bialiatski, director del Centro de Derechos Humanos Viasna, grupos de derechos activo en Bielorrusia.

En 2011, los fiscales bielorrusos acusaron a Bialiatski de evasión fiscal de acuerdo con [8] la información financiera entregada por Lituania y Polonia. Human Rights Watch ha calificado las acusaciones de «injustificadas y con motivación política [8]«.

«La KGB puede ser muy creativa con estas cosas, y creo que los servicios de seguridad georgianos y el Gobierno tienen que estar muy muy alerta y muy conscientes sobre las consecuencias de lo que puede ocurrir», dijo Korzh a OC Media.

Obligaciones de derechos humanos

El 13 de agosto empezaron a circular noticias sobre el tratado después de que lo publicó [9] el portal legal estatal bielorruso Pravo , y la agencia polaca de noticias Belsat dio a conocer la historia [10] ese mismo día. Rápidamente llegaron mensajes de condena de críticos del Gobierno en Georgia y se sus países aliados.

«Al poner en vigencia el acuerdo con el autoritario régimen de Bielorrusia, Georgia violará groseramente los derechos humanos, la legislación georgiana y sus obligaciones bajo tratados internacionales», advirtió [11] el 16 de agosto la oficina de Tiflis del grupo Human Rights House.

Los partidos opositores Droa [12] y Georgia Europea [13] estuvieron entre los primeros en condenar el tratado. Droa afirmó que el tratado le «horrorizaba» y Georgia Europea lo llamó «vergonzoso». El tratado también recibió críticas de Linas Linkevicius [14], exministro del Exterior de Lituania, Marina Kaljurand [15], exministra del Exterior de Estonia y Viola Von Cramon, exministro del Exterior de Alemania, que expresó [16] su sorpresa en Twitter.

El KGB de Lukashenko y el Servicio de Seguridad del Estado de Georgia firmaron el vergonzoso acuerdo de colaboración, según se publicó ayer. Muchos periodistas y defensores de derechos humanos bielorrusos encontraron un espacio seguro en Georgia. Realmente espero que ?? no los extradite a Lukashenko.
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Muy aterrador, sí. ¿Por qué Georgia aplica un acuerdo después de cinco años en una situación en la que todo el mundo renunció a la cooperación con Bielorrusia? El Gobierno de Georgia debe respetar los derechos humanos y no extraditar a periodistas y defensores de los derechos humanos a Lukashenko.

Ian Kelly, exembajador de Estados Unidos en Georgia (2015-2018), también condenó [22] el acuerdo.

El Servicio de Seguridad del Estado de Georgia emitió un comunicado en el que rechaza las críticas sobre un acuerdo de cooperación con el infame KGB de Bielorrusia.

El comunicado se refiere a las críticas como una «campaña de desinformación» para «desacreditar al Servicio de Seguridad del Estado de Georgia que podría perjudicar «los intereses del Estado».
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¿Adónde vas, Gobierno georgiano? Te retiras de un acuerdo negociado por la Unión Europea, y redobla la apuesta por este acuerdo. Demuéstranos que no te has unido a regímenes autoritarios sangrientos. Retírate. Demuestra que estás con Occidente, no con el Este de Putin.

En respuesta a las crecientes críticas, el Servicio de Seguridad del Estado de Georgia alegó el 16 de agosto que eran objeto de una campaña de «desacreditación».

También argumentó [25] que Georgia ya tenía tratados similares con Estados Unidos, Reino Unido y países miembros de la Unión Europea y que el acuerdo, firmado originalmente en 2016, no obligaría a Georgia a actuar contra sus «intereses estatales».

Una disposición del artículo 5.6 del acuerdo establece que cada una de las partes puede «negarse a ejecutar la solicitud» de otra parte si esta contradice los «derechos humanos», la «legislación nacional» o las «obligaciones internacionales».

Amnistía Internacional subrayó [26] en su declaración del 20 de agosto que esta «cláusula imprecisamente formulada» dejaba la protección de los derechos humanos a la discreción de los servicios de seguridad de Bielorrusia y Georgia.

Dado el «preocupante historial de derechos humanos» de Bielorrusia, el acuerdo, según Amnistía Internacional, «podría convertirse en una herramienta más para que las autoridades bielorrusas sigan acosando e intimidando a sus críticos en el extranjero».