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Un paso hacia la inclusión en Kazajistán

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Kazajistán, Derecho, Derechos humanos, Desarrollo, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, The Bridge

Aidar a la izquierda, con amigos en el proyecto en el que se capacitó como mesero. Foto cortesía de Aidar.

En Kazajistán, organizaciones de base están tomando acción con políticas para discapacidad mental, y la historia de un muchacho ilustra el progreso logrado.

A los 25 años, Aidar está a punto de embarcarse en una travesía. Está listo para rendir un examen estatal para obtener su diploma de educación secundaria, que lo llevará un paso más cerca de su sueño de ser defensor de los derechos de personas con discapacidad. En entrevista con Global Voices, Aidar dijo que sus planes incluyen postular a una universidad para estudiar Derecho.

Сейчас я добиваюсь своей цели. Я в прошлом году писал в управление образования так как мне надо получить аттестат.  У меня экзамен в понедельник. После получения аттестата я хочу отучиться на юриста и поварa.

Ahora estoy logrando mi objetivo. El año pasado, escribí al Departamento de Educación por necesitaba obtener mi diploma (educación secundaria). Doy el examen el próximo lunes. Tras recibir el diploma, quiero ser abogado y chef.

Aidar quiere conocer sus derechos como ciudadanos de Kazajistán y como personas con discapacidad mental. Por eso usa el apodo de prokuror (fiscal) entre sus conocidos y personas que lo han estado ayudando en su rehabilitación y programa de capacitación:

Я знаю что иногда мои права ущемляют. Я – гражданин Казаxстана. Моя цель – хочу помогать другим.

Sé que a veces se violan mis derechos. Soy ciudadano de Kazajistán. Mi objetivo es ayudar a los demás.

Aidar nación con deficiencias cognitivas y creció en un orfanato para menores especiales. En 2015, se unió a un proyecto piloto de la ONG Asociación Psicoanalítica, que defiende empleo y subsistencia solidarios para personas con discapacidad intelectual y mental.

La Asociación Psicoanalítica, Rukh y Daryniana son el grupo de activistas que han enfrentado las actuales políticas y prácticas públicas y en el sistema de salud psiquiátrica en Kazajistán. El trabajo de estas ONG para defender atención y servicios personalizados para personas con mental discapacidades mentales como parte de su rehabilitación social es una nueva práctica en atención psiquiátrica en Kazajistán. Junto con la disposición de atención y servicios, estas ONG incorporan empleo como parte de capacitación social. En colaboración con instituciones gubernamentales, su objetivo es llevar cambio sostenible y positivo a las vidas de grupos marginados y hacerlos visibles a la sociedad.

En 2015, Kazajistán ratificó la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad [1] para garantizar la inclusión social y económica. Fue un punto de inicio para que organizaciones de base, como Asociación Psicoanalítica y Rukh, para defender una mejor calidad de vida, la inclusión de personas con discapacidades psicosociales y llevar mejores prácticas para reemplazar el legado soviético de salud mental, que sigue siendo práctica común en Kazajistán.

La anticuada atención psiquiátrica soviética se centraba sobre todo en un enfoque de medicación con hospitalización en atestadas pensiones que tenían a los pacientes segregados de la sociedad y hacían poco para cambiar el estigma social en torno a personas con discapacidad mental. Esta forma de atención no incluye rehabilitación social posterior fuera de las instituciones. Es ahí que las iniciativas como Rukh y la Asociación Psicoanalítica están haciendo un importante trabajo de desarmar el antiguo sistema de estigmatización institucionalizada para que las personas con discapacidad mental reciban atención y servicios en un ambiente comunitario.

Cuando cumplió 18 años, el tribunal local privó a Aidar de su capacidad legal, lo que le hizo depender de su tutor asignado por el Estado en todo momento, y las decisiones no eran suyas. Las normas legales existentes impidieron que Aidar hiciera cosas básicas, como abrir una cuenta bancaria, programar citas médicas y hasta elegir su programa de tratamiento personal. Solamente podía hacer todo eso con asistencia de su guardián legal.

Obstáculos legales

Según el artículo 26 del Código Civil de Kazajistán, una persona puede verse privada de competencia legal en virtud de un diagnóstico médico de enfermedad mental o discapacidad mental. En caso de mejora o recuperación posterior, la corte puede considerar que una persona tiene capacidad. El Comité [2] de Estadísticas Jurídicas y Cuentas Especiales de los fiscales generales indica que la cantidad de personas legalmente incapaces supera los 35 000 personas, e iniciativas locales como Daryniana estiman que en la práctica hay menos de cien personas diagnosticadas con discapacidad mental a quienes las cortes han concedido competencia legal.

La Constitución de la República de Kazajistán establece que la dignidad y los derechos humanos son inviolables. Sin embargo, entre todos los tipos de discapacidad, las personas con discapacidades psicosociales enfrentan mayores obstáculos pues no hay claras guías ni regulaciones de cómo las personas privadas de capacidad legal pueden defender sus derechos y necesidades.

La Ley de Protección Social de Discapacitados también está obsoleta. Aunque la ley garantiza la disposición de servicios para personas con discapacidad y determina inclusión legal, económica y social, se basa en el anticuado sistema soviético. En la práctica, esto significa que estos servicios y clases de atención se dan en instalaciones atestadas con posibilidades limitadas para atención personalizada o para abordar asuntos para mayor inclusión social y económica. Además, una persona declarada legalmente incapaz no puede entrar al mercado laboral, que contradice lo que la ley de protección social estipula sobre inclusión económica. Esas zonas grises en la ley y cómo se desarrollan en la implementación están entre los asuntos planteados por activistas de Rukh e iniciativas similares.

Tras pasar siete años en el proyecto, Aidar lo dejó en julio cuando finalmente logró su competencia legal plena. Ha adquirido habilidades sociales y ahora puede vivir independientemente, y usa menos asistencia que antes. En su tiempo en el proyecto, Aidar pudo asegurar vivienda del Gobierno, que también fue una ventaja en su audiencia judicial para establecer su competencia legal.

У меня есть квартира, своя работа и я сам принимаю решения.

Tengo mi apartamento, mi empleo y tomo mis propias decisiones.

El recorrido de Aidar hacia su independencia, como lo llama, fija un precedente para programas de rehabilitación psiquiátrica en Kazajistán. Su éxito es un camino y el comienzo de mayores cambios sistémicos en atención de salud mental en Kazajistán.