Autoridades bielorrusas decretan liquidación de refugio para víctimas de violencia doméstica

Women chatting on a park bench in Brest, Belarus. Photo by Adam Jones via Wikimedia Commons

Mujeres charlan en banca de un parque en Brest, Bielorrusia. Foto de Adam Jones vía Wikimedia Commons (CC BY-SA 2.0).

Este artículo de Nicole Ely apareció en Transitions Online el 15 de septiembre de 2021. Se reproduce como parte de un acuerdo de asociación de contenidos y se ha editado para adaptarlo el estilo de Global Voices.

Las autoridades bielorrusas planean liquidar Radislava, organización no gubernamental de Minsk especializada en ayudar a víctimas de violencia doméstica.

Radislava es una ONG bielorrusa fundada en 2002 por mujeres que habían sufrido violencia. En 2004, crearon su primer refugio en un apartamento de dos habitaciones en Minsk. Desde entonces han ayudado a cientos de mujeres. Y ahora, las autoridades la están cerrando.

La liquidación forma parte de una campaña de represión contra las ONG, medios de independientes y activistas, que se intensificó a mediados de 2021. El presidente Aleksandr Lukashenko defendió la purga y afirmó que muchas de estas organizaciones eran agentes extranjeros o «gángsters» y que esta actividad era «perjudicial para el Estado».

Además de brindar refugio a quienes sufren abuso físico, emocional, económico y sexual, Radislava también ofrece apoyo psicológico y asesoramiento jurídico. Entre 2016 y 2019, la organización alojó a 451 mujeres de todos los estratos socioeconómicos y prestó servicios a más de 700 mujeres al año. Algunas mujeres permanecen en el refugio hasta dos años.

Radislava ha sido un servicio importante para las bielorrusas, pues en el país una de cada dos mujeres sufre alguna violencia doméstica, según un estudio de 2018 del Instituto de Sociología de la Academia Nacional de Ciencias. En 2019, era una de las dos únicas organizaciones que ofrecían refugios para las víctimas de violencia doméstica en Minsk.

El apoyo de Radislava fue una alternativa a la Policía, que en muchos casos se niega a actuar, y a los tribunales, ya que los jueces bielorrusos suelen sugerir a las parejas que intenten reconciliarse. Pese a la necesidad, Bielorrusia no tiene ninguna normativa legal contra la violencia doméstica. En 2018, cuando se presentó un proyecto de ley que penalizaba esos actos, el presidente Lukashenko lo rechazó, lo calificó de «tontería tomada principalmente de Occidente».

En septiembre de 2021, el Parlamento bielorruso aprobó finalmente en primera lectura un proyecto de ley sobre la violencia doméstica, cuyo objetivo es la prevención y no el castigo, informó la cadena estatal Belteleradio. El 7 de septiembre, antes de la segunda lectura, los legisladores celebraron una mesa redonda con funcionarios de las fuerzas del orden y expertos en atención sanitaria, educación y protección social.

Aunque el tribunal que emitió la decisión no está obligado a dar una razón para la liquidación de Radislava, la razón oficial no haría ninguna diferencia, dice Hanna Liubakova, periodista bielorrusa que ha escrito anteriormente sobre Radislava.

«Una razón oficial no importa ya que no tiene nada que ver con la realidad. El régimen está destruyendo todas las organizaciones y estructuras de la sociedad civil para asegurarse de que no quede lugar para las actividades y la oposición en Bielorrusia», dijo.

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