China en Etiopía: Entre salvador y explotador

Today, Ethiopia's capital Addis Ababa grows, so is construction opportunities.Image Source; Simon Davis/DFID licensed under CC BY 2.0

Conforme crece la capital de Etiopía, Adís Abeba, también crecen la construcción y los proyectos de infraestructura. Imagen: Simon Davis/DFID (CC BY 2.0).

La narrativa oficial china sobre las relaciones sino-etíopes presentan al país asiático como un socio potenciador que está ayudando a Etiopía a lograr objetivos multifacéticos de desarrollo. El equipo de medios sociales de la embajada china en Etiopía promueve regularmente mensajes sobre las vacunas proporcionadas por el Gobierno chino a Etiopía, el lanzamiento de nuevos proyectos de infraestructura en Etiopía y los programas de formación liderados por China. Pero estos elogios no convencen a todo el mundo en el país africano, y la opinión pública puede ser mucho más crítica con la presencia de China en Etiopía, incluida la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).

No obstante, las narrativas populares sobre la asociación de China y Etiopía complican y amenazan a las narrativas oficiales. Aunque los medios etíopes disfrutan de relativa independencia del Estado, la cobertura crítica de temas sobre China siguen siendo raros en la prensa tradicional, y el espacio más dinámico para las discusiones sobre China sigue siendo internet

Opinión pública con matices: China como antídoto a la influencia de Estados Unidos

Aunque algunos comentarios celebran la ayuda y contribuciones Chinas en Etiopía, otras discusiones sobre los proyectos chinos tienden a destacar sus características explotadoras: se acusa a las empresas chinas de discriminar al contratar mano de obra etíope, de saquear los recursos naturales de Etiopía y de atrapar al país en una dependencia financiera a largo plazo. No solo se culpa a los actores chinos por esta asociación desequilibrada, algunos comentarios también implican a políticos etíopes.

Las descripciones positivas de China en las plataformas de medios sociales etíopes defienden al país asiático como la mejor elección de socio respecto a Estados Unidos, o alaban proyectos específicos que China ha implementado en Etiopía.

Entre los primeros, un comentario en Facebook reacciona a la crítica que hizo Estados Unidos a cómo trato el conflicto de Tigray por parte del gobierno de Abiy, y argumenta que Etiopía debería desmarcarse de Estados Unidos y trabajar sobre todo con China, que ha ayudado a salvar la economía etíope y a cambiar la generalizada mentalidad de dependencia de las donaciones occidentales. «No necesitamos ni el trigo ni los dólares estadounidenses», dice.

Otro comentario en Facebook elogia que China haya introducido tecnologías de energía solar en Etiopía. Habla sobre las dificultades de vivir con cortes de electricidad y pregunta:

What would be our fate if China didn’t introduce solar power to us?

¿Cuál sería nuestro destino si China no hubiera introducido la energía solar en nuestro país?

Etiopía sufre severos cortes de electricidad en un país donde solo el 30 % tiene acceso a la energía eléctrica, según algunos informes. Recientemente, las empresas chinas han comenzado a intervenir más activamente en el sector solar etíope. En 2020, una empresa china completó cuatro centrales solares fotovoltaicas.

Voces críticas en medios sociales

Al mismo tiempo, en medios sociales dominan el discurso las quejas sobre proyectos chinos. Entre las expresiones críticas, el hecho de que las empresas chinas traigan su propia mano de obra e incluso sus propios materiales. La descripción del flujo de trabajadores chinos está vinculado con la percepción de que China y sus empresas solo velan por sus intereses. Un editorial en el importante periódico «Ethiopian Reporter» señala que el flujo de trabajadores chinos no ayuda a combatir el desempleo de Etiopía, y que aunque las empresas chinas contraten a trabajadores etíopes, suelen estar mal pagados y no reciben buen trato de sus empleadores chinos.

Otro artículo que trata específicamente sobre la construcción del parque industrial Adama señala que un informe de la Comisión Etíope de Inversión descubrió que numerosos trabajadores chinos de la construcción trabajan ilegalmente (la ley les prohíbe trabajar en sectores en los que hay etíopes que no encuentran trabajo). Algunos comentarios llegan a incitar a la violencia contra los obreros chinos.

La extracción de recursos naturales etíopes por parte de China es otra fuente de preocupación. Este artículo habla de loa recelos que despiertan las supuestas exportaciones ilegales de ópalos a China y a India. No obstante, el comentarista culpa en primer lugar al FLPT (Frente de Liberación Popular de Tigray) por utilizar la zona industrial china de Dunken como cobertura para hacer exportaciones ilegales, y por los bajos salarios de los trabajadores de las minas de ópalos. En el artículo, los funcionarios de Tigray se presentan como enfrentados con las empresas chinas en detrimento de los etíopes.

Finalmente, un tema que genera alarma es el endeudamiento con China. Se presenta una China que se beneficia desproporcionadamente de los proyectos de infraestructura de Etiopía y de todo el BRI, y Etiopía acumula una deuda imposible de pagar. Un popular informe deWiki-Leaks Etiopía afirma:

The infrastructure to be built under the BRI project is to boost China's foreign trade and not to facilitate the country's economic activities. As a result, countries’ interest rates are rising and they would be burdened by loans.

La infraestructura que se construye dentro del marco BRI sirve para impulsar el mercado exterior de China y no para facilitar las actividades económicas del país. Como resultado, las tasas de interés de los países aumentan y se verán agobiados por los préstamos.

Algunas discusiones también ahondan críticamente en las promesas de China de olvidar los préstamos. Este artículo analiza la prometida cancelación de deuda que China anunció tras la visita de Abiy Ahmed a Pekín en 2018, y argumenta que China solo ha cancelado intereses en algunos proyectos de desarrollo, con un total de 25 millones de dólares estadounidenses, cifra muy reducida en el contexto de los casi 14 000 millones de dólares que Etiopía debe a China.

Al igual que en el debate de la extracción de recursos naturales, las críticas al endeudamiento con China también implican a funcionarios etíopes. En el artículo antes mencionado, el autor urge al Gobierno etíope para que deje de difundir desinformación sobre la cancelación de deuda, sugiriendo que así se hace cómplice con una falsa representación de las intenciones del Gobierno chino.

Algunos comentarios en medios sociales también condenan la supuesta corrupción al asignar proyectos a empresas chinas. El debate sobre la construcción de una carretera en Bahir Dar, en la región de Amhara al norte de Etiopía, sugiere que el proyecto se adjudicó a una empresa china sin concurso. La explicación de este tratamiento favorable de esa empresa es que probablemente algunos funcionarios municipales reciben comisiones y que las empresas chinas de construcción financian sus proyectos gracias a préstamos chinos. Algunos comentarios describen a funcionarios del FLPT como especialmente corruptos cuando se trata de hacer tratos injustos con empresas chinas.

Otros debates en línea sobre la deuda con china hablan de la amenaza que China supone a la soberanía etíope. Una reciente publicación en el sitio web de Wazema Radio, plataforma en línea impulsada por dos periodistas etíopes radicados en Estados Unidos, invoca directamente la posibilidad de una invasión. Aquí, la construcción de una base militar china en Yibuti se utiliza como prueba de los potenciales objetivos militares de China para todo África, no solo para la vecina Etiopía.

Algunos comentarios también asocian burlonamente la presencia a gran escala de la comunidad china en Etiopía con la influencia política. «Pedirán escaños en el Parlamento etíope», sugiere uno de estos comentarios. Otros temen que algunos proyectos de infraestructura construidos por China acabarán en manos chinas si no se pagan. Por ejemplo, un comentario señala que el aeropuerto internacional de Zambia ya pertenece a China por el incumplimiento del pago de un préstamo, y es probable que los ferrocarriles etíopes sigan el mismo camino.

La mayoría de medios sociales no reflejan la realidad económica

Esta popular imagen de China como país que deliberadamente crea dependencias e incluso tiene la intención de tomar el poder en Etiopía no tiene base en investigaciones reales. Por ejemplo, un estudio reciente de la Escuela de Estudios Asiáticos y Orientales de Londres, sustentado en cuatro años de trabajo de campo en Etiopía y Angola, halló que las empresas chinas emplean una considerable mano de obra local. En el caso de Etiopía, el 90 % de los obreros de las empresas examinadas eran locales. Es más, el estudio concluye que muchas empresas chinas, sobre todo las manufacturas, han llevado a cabo grandes planes de formación en Etiopía.

En cuanto a la deuda con China, los prestamistas chinos han ofrecido un alivio de la deuda más rápido y sustancioso a los países africanos que los prestamistas occidentales, sobre todo durante la pandemia. Incluso antes de la pandemia (entre 2010 y 2019) se documentaron 16 casos de reestructuración de deuda china en 10 países africanos por un total de 7800 millones de dólares estadounidenses. En Etiopía, lejos de tomar el control de grandes infraestructuras, como el ferrocarril de Yibuti, el Gobierno chino ha reestructurado también parte de la deuda. El reembolso del ferrocarril de Yibuti, por ejemplo, se amplió en 20 años en 2018. Otro comentario sugiere que el sistema de tren ligero de Adís Abeba (metro de superficie construido por China) es otro objetivo a controlar en el futuro.
No obstante, los descubrimientos científicos sobre los esfuerzos de localización de las empresas chinas y los relativamente flexibles arreglos de los prestamistas chinos, hasta ahora, no parecen calar en la percepción popular de China sobre el terreno. China y su capital siguen estando, en la mente popular, dedicadas a beneficiar en principio a China, dejando a los etíopes con nuevas infraestructuras, pero pocos trabajos nuevos y numerosas vulnerabilidades peligrosas en las obligaciones financieras a largo plazo que el Gobierno podría no poder satisfacer.


Este artículo forma parte de una investigación de Civic Media Observatory sobre las narrativas encontradas acerca de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, y explora las distintas percepciones que tienen las sociedades y las comunidades de los potenciales daños y beneficios del desarrollo liderado por China. Para saber más sobre este proyecto y sus métodos, haz clic aquí.

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