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Condenan a }expresidente Dési Bouterse de Surinam por asesinato por segunda vez, ¿irá a la cárcel?

Categorías: Caribe, Surinam, Derecho, Derechos humanos, Historia, Medios ciudadanos, Política
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Monumento a las víctimas de los asesinatos de didiembre de 1982, ocurridos en Fort Zeelandian Paramaribo, Surinam, en el régimen militar de Desi Bouterse. Foto [1] de Dan Sloan [2] en Flickr (CC BY-SA 2.0 [3]).

En 2019, Dési Bouterse, expresidente de Surinam, fue sentenciado a 20 años de prisión después de que una corte militar lo declaró culpable [4] de las ejecuciones de 15 disidentes en 1982, oscuro incidente de la historia del país que se conoce como los “asesinatos de diciembre”. El 31 de agosto, pese a una apelación [5] de su equipo legal, la corte volvió a sentenciar a Bouterse al mismo destino por su participación en las muertes.

Bouterse, de 75 años, no estaba presente en la corte para la sentencia debido a su enfe4rmedad. Hacia mediados de septiembre, los jueces no habían ordenado su detención, lo que sugiere que tal vez no lo detengan [6].

Si resulta ser así, no sentará bien a muchos en el pequeño país sudamericano [7] y en el extranjero, para quienes, pese al reciente furor por la descripción [8] que hace la autora surinamesa Astrid Roemer de Bouterse como “inolvidablemente valiente”. Muchos lo ven como nada m{ás que un asesino condenado.

Bouterse llegó al poder con el golpe de estado de 1980 que fijó el tono para una era de gobierno militar durante el cual se le acusó de varias violaciones de derechos humanos. Luego del golpe de 1980 hubo una serie de muertes [9] confirmadas por Amnistía Internacional [10] y otras organizaciones de derechos humanos, incluidos los asesinatos del 7, 8 y 9 de diciembre de 1982, cuando 15 periodistas, científicos y líderes sindicales se opusieron al régimen militar de Bouterse fueron torturados y asesinados [11].

Pese a que los declararon culpable [12] en 2019, Bouterse ha negado consistentemente [5] su participación, aunque aceptó la responsabilidad colectiva pues era jefe de Gobierno en ese momento. Sin embargo, incluso ante una segunda condena puede apelar [13] y apelará. La base de su defensa [14] es que las ejecuciones fueron parte de su intento de evitar un supuesto plan de invasión de sus excolonizadores, Países Bajos, y Estados Unidos.

Lo que sigue sin conocerse sobre ese periodo que siguió inmediatamente a la independencia de Surinam de Países Bajos en 1975. El hecho que documenta los secretos de Estado con respecto a los presuntos vínculos neerlandeses con el golpe de Estado [15] quedarán sellados en La Haya hasta 2060, lo que hace muy difícil verificar las declaraciones de Bouterse. De todas maneras, el expresidente fue condenado una vez más. Hasta sus declaraciones de estrés psicológico [16], posible contagio de COVID-19 y otros asuntos de salud no cambiaron la decisión judicial.

El abogado Gerard Spong, que fue la cara legal de los juicios, predijo [17]:

Het rechtsstatelijkse net sluit zich om Bouterse heen. Suriname is not niet klaar met hem.

El sistema judicial encierra a Bouterse en su telaraña. Surinam no ha terminado con l todavía.

De  todas maneras, entre la comunidad surinamesa, el resentimiento por el retraso de la justicia ha aumentado con los años. Vía videoconferencia, Global Voices entrevistó a Ramon F., surinamés padre de tres hijos que viven en los Países Bajos, que recordó cómo era vivir bajo el mando de Bouterse:

I was a small boy when this happened and our family had just arrived in Paramaribo that school year. I remember the chaos at school. My older cousin came to get me and we ran straight home. Nobody had an explanation why our teachers disappeared and why we saw some of them taken away. I am still a young man, in my late 40s, and I don't think this should be forgotten. I will never forget the chaos on the streets and the fear. Our parents later said the cannon shots we had heard were to celebrate my sister's birthday.

Yo era pequeño cuando esto sucedió y nuestra familia acababa de llegar a Paramaribo ese año escolar. Recuerdo el caos en la escuela. Mi primo mayor vino a buscarme y corrimos directamente a casa. Nadie podía explicar por qué nuestros profesores desaparecieron y por qué vimos cómo se llevaban a algunos. Sigo siendo joven, de casi 40 años, y no creo que esto deba olvidarse. Nunca olvidaré el caos en las calles y el miedo. Nuestros padres dijeron después que los cañonazos que habíamos oído eran para celebrar el cumpleaños de mi hermana.

Mientras tanto, toda una nueva generación de surinameses ha crecido, muchos en el extranjero, con una conexión mucho más débil [18] con los asesinatos de diciembre. Aunque algunos llevaron el asunto a las calles [19], la mayoría está más preocupada [20] con sus problemas socioeconómicos. Otros como la ganadora del premio literario holandés [8] Astrid Roemer, apoyan abiertamente a Bouterse por su postura.

Pese a su pasado controvertido, Bouterse se convirtió en presidente surinamés democráticamente electo cuando su Partido Democrático Nacional ganó las elecciones en 2010. Es un puesto que tuvo legítimamente hasta que perdió las elecciones de 2020 ante el actual presidente, Chan Santokhi [21].

Sin embargo, Bouterse sigue seguro [22] de que su «nombre debe estar de nuevo en la lista electoral presidencial». Los ciudadanos surinameses, dentro y fuera del país, pueden no estar tan convencidos.