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Partidarios exígen la liberación del activista egipcio Alaa Abd El Fattah

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Egipto, Activismo digital, Derechos humanos, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, GV Advox

Ala'a Abd El Fattah, foto de Nariman El-Mofty, foto publicada con persmiso.

La vida de Alaa Adb El Fattah [1], bloguero y activista egipcio de 39 años, corre peligro. Fue encarcelado en 2019, acusado de difundir noticias falsas, y a pesar de haber excedido los límites establecidos por la ley egipcia, aún no ha ido a juicio.

En una vista reciente en relación al caso, su abogado mencionó el deterioro de la salud mental de Abd El Fattah y citó sus palabras textuales: «No puedo seguir».

Abd El Fattah es un firme defensor de la libre tecnología que permita a todos expresarse libremente y una importante figura en los levantamientos árabes de 2011. Ha sido encarcelado o investigado por cada uno de los jefes de Estado egipcio que han gobernado durante su vida. En 2006 fue arrestado [2] por formar parte de una protesta pacífica. En 2011, pasó dos meses en prisión [3] y se perdió el nacimiento de su hijo Jaled. En 2013, fue arrestado [4] y retenido durante 115 días sin juicio, antes de que finalmente cumpliera una condena de cinco años. Luego inició un periodo de prueba adicional de otros cinco años, durante el cual estuvo obligado a pasar todas las noches en la comisaría local.

Varios meses después de este periodo de prueba fue arrestado nuevamente, [5] acusado de difundir noticias falsas y de unirse a una organización terrorista. Desde entonces, se encuentra detenido en un ala de alta seguridad de la prisión de Tora, sin que haya tenido lugar su juicio. En abril de 2020, realizó una huelga de hambre [6] durante tres semanas. El 29 de septiembre de 2021, su detención preventiva excedió el límite de tiempo máximo que el código penal egipcio estipula. Aún así permanece en prisión.

A excepción de un corto periodo durante su huelga de hambre, Abd El Fattah no ha tenido acceso a materiales de lecturas, ni se le ha permitido pasar tiempo fuera de su celda, ni para hacer ejercicio, ni para estar al aire libre. No se le permite ningún reloj. Desde que comenzaron las restricciones por el COVID-19, solo se le ha permitido una visita de 20 minutos al mes.

En estas últimas semanas, la familia  y el abogado de Abd El Fattah han sonar la alarma ante temores por su seguridad, manifiestan su preocupación sobre el deterioro de su salud mental y el hecho de que se está planteando suicidarse.

En una declaración publicada en Facebook [7], su familia hizo un llamado por su seguridad y liberación:

Alaa is in imminent danger…His mental health is failing after two years of careful planning and cruel implementation by the Interior Ministry and National Security Agency. His life is in danger, in a prison that operates completely outside the space of the law and with the complete disregard of all officials, foremost among them the public prosecutor, the interior minister, the justice minister, and of course the president.

Alaa está en inminente peligro… Su salud mental está fallando debido a la meticulosa planificación y cruel ejecución del Ministerio de Interior y la Agencia de Seguridad Nacional. Su vida está en peligro, en una cárcel que opera fuera del marco legal, ignorado y despreciado por todos los oficiales, principalmente el fiscal, el Ministro de Interior, el Ministro de Justicia y por supuesto el presidente.

Sus defensores, de entre todos los países árabes y del mundo entero, se han unido a su familia por su liberación. Como alternativa, piden que al menos sea transferido a una cárcel diferente con mejores condiciones, que incluyan acceso a material de lectura, al ejercicio al aire libre y a un régimen de visitas más frecuente.

Global Voices se une a la petición a estos grupos y organizaciones internacionales, entre los que se incluyen Amnistía Internacional [8], el Comité para la Protección de Periodistas [9], la Fundación Frontera Electrónica [10] y SMEX [11] .

Animamos también a quienes lo apoyan a que compren su próximo libro «Aún no estás derrotado». Cabe destacar, que a pesar de su calvario, Abd El Fattah ha escrito una serie de textos durante su encarcelamiento que han sido compilados y editados por la editorial independiente Fitzcarraldo Editions en Reino Unido. La colección, que se lanzará [12] el 20 de octubre, incluye una introducción del activista y escritor social canadiense, Naomi Klein.

También se incluyen en este libro algunos de los más recientes escritos de Abd El Fattah para Mada Masr, medio de comunicación independiente egipcio. En uno de estos ensayos, titulado «Nuestros cuerpos y el odio: Una introducción personal» [13], escribe sobre las historias de los cuerpos de los prisioneros y refleja los profundos efectos que el control del estado ejerce sobre su cuerpo:

The story is not about prisoners’ health, but about the health of the nation. It is a story of oppressive tools passed down for generations and a vicious enmity that will be inherited by future generations. The total negation of the voice and body is the impetus of the enmity. We think of an enmity as a willful decision to pursue a feud and inflict pain, but if you see and hear me, there’s a chance for retreat and a truce; even if we don’t take advantage of it, we at least remain on equal footing. When the feud rages, you don’t see or try to understand me. I become an object, something to be eliminated, destroyed, disappeared, negated, excluded; I become a symbol or a bogeyman, without a material, physical presence. An enmity’s legacy is the price paid by all bodies, and they continue to pay it even after the feud fades.

How do we protect our children’s bodies from this legacy of prisons? The solution does not stop with the release of detainees. It starts with release, but must end with an imaginative vision for the erasure of prisons, not prisoners.

Esta historia no trata sobre la salud de los prisioneros, sino sobre la salud de la nación. Es la historia de las herramientas de opresión, legadas generación tras generación, de un odio despiadado que heredarán las generaciones futuras. La total negación de la voz y del cuerpo es el estímulo del odio. Creemos que el odio es una decisión deliberada, que tomamos para combatir una lucha y para infligir dolor, pero si me ves y escuchas, existe la posibilidad de retirarse, de una tregua; aunque no saquemos provecho, al menos permanecemos en el mismo nivel. Cuando la lucha se desata, no me ves, ni tratas de entenderme. Me convierto en un objeto, algo que eliminar, destruir, extinto, negado, excluido; me convierto en un símbolo o en el cuco, sin materia, ni presencia física. El legado del odio es el precio que pagan todos los cuerpos y que continuarán pagando incluso cuando la lucha se disipe.

¿Cómo protegemos los cuerpos de nuestros hijos de este legado de prisiones? Para hallar la solución no basta con liberar a los detenidos. Empieza con la liberación, pero debe finalizar con una visión imaginativa, erradicación de las prisiones, no de los prisioneros.

Apoya la campaña #SaveAlaa

El martes 5 de octubre, defensores del mundo entero usaron las etiquetas #SaveAlaa [Salven a Alaa] y #FreeAlaa [Liberen a Alaa] para intensificar su petición. Estas son algunas acciones que cualquiera puede llevar a cabo para apoyar la campaña:

  • Únete a la declaración abierta, organizada por SMEX [11], que pide la seguridad y liberación de Alaa.
  • Publica declaraciones de apoyo a Alaa y su liberación en todas tus plataformas sociales con las etiquetas #SaveAlaa o #FreeAlaa.
  • Cambia las imágenes de pérfil en las redes sociales y Zoom para añadir la etiqueta #SaveAlaa.
  • Incentiva las órdenes de c ompra del libro de Alaa, que se publica el 20 de octubre. Más información: https://www.freedomfor.network/ [12]
  • Organiza y defiende a Alaa en torno a actividades claves, como la Asamblea Nacional de Naciones Unidas, la Cumbre Danesa de Tecnología para la Democracia, Cumbre de la Democracia Global de Estados Unidos, Bread&Net, IGF y la Sesión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Génova.