Diputado de Kazajistán dice que «El juego del calamar» refleja la vida cotidiana del país

Iinquietante tarjeta que se entrega a los participantes del juego del calamar. Captura de pantalla del video promocional de Netflix en YouTube.

El popular servicio de transmisión Netflix dijo que su nueva serie El juego del calamar, del director coreano Hwang Dong-hyuk, se convirtió en el programa más visto de la plataforma. La serie, que retrata un juego de sobrevivencia entre ciudadanos empobrecidos y endeudados de Corea del Sur, ha provocado debates sobre cómo los sistemas económicos desiguales desencadenan una batalla mortal por la sobrevivencia.

Aikyn Konurov, diputado y líder del Partido Popular de Kazajistán, dijo que la trágica competición del juego del calamar se manifiesta en la vida real, ya que los kazajos tratan de lidiar con la creciente deuda y la pobreza.

«Esos problemas existen en todo el mundo. Los kazajos llevan mucho tiempo jugando ese juego», dijo Konurov en una rueda de prensa.

El Partido Popular se fundó en 2004 de la fusión de una parte del Partido Comunista y del Partido Popular; se llamaba Partido Popular Comunista hasta noviembre de 2020, cuando los miembros decidieron abandonar la palabra «Comunista».

En las elecciones de enero de 2021, el Partido Popular obtuvo la cifra récord de 10 escaños en el Parlamento de 107 miembros, mientras que la mayor proporción de votos la ganó, como era de esperar, el partido Nur-Otan, que lleva mucho tiempo gobernando.

Konurov continuó culpando de la exasperación y de los estallidos de violencia a los préstamos abusivos, como el tiroteo que tuvo como objetivo a agentes judiciales en el proceso de embargo de una vivienda en septiembre. «Nuestro sistema financiero está enfermo, engendra descontento, crea tensión social», dijo.

Según el Banco Central del país, la deuda individual aumentó un 17 % en los primeros siete meses de 2021. La Asociación Financiera de Kazajistán, grupo de presión sectorial, dijo en un informe que la cartera de préstamo en los bancos comerciales ha crecido significativamente en los últimos tres años.

En una declaración conjunta con la organización sindical Confederación de Trabajo, el Partido Popular instó al Gobierno de Kazajistán a ratificar el Convenio 131 de la Organización Internacional del Trabajo, que regula el salario mínimo.

En una entrevista posterior con la página web de noticias Orda.kz, Konurov dijo que su partido exigiría que el Gobierno aumentara el salario mínimo a 90 000 tenge (unos 210 dólares estadounidenses) desde los 42 500 tenge actuales (unos cien dólares) al mes. A principios de 2021, el presidente Kassym-Jomart Tokayev prometió un incremento del 40 %, es decir hasta 60 000 tenge, a partir de enero de 2022.

La campaña para aumentar el salario mínimo, denominada «¡Por un salario digno!», se publicó en la página web de peticiones mundiales Avaaz.org. A mediados de octubre, solo ha recibido unas 300 firmas, bastante lejos de las 10 000 prometidas por el partido durante la rueda de prensa.

En septiembre, el Partido Popular presentó al Parlamento un proyecto de ley que establecería el principio de la bancarrota individual, lo que cambiaría las normas para el cobro de deudas. Si bien la ley sigue en fase de revisión, sus promotores afirman que con esta protección, las personas no perderían sus hogares. Tras un tiroteo mortal en Almaty, la mayor ciudad del país, los diputados citaron las «monstruosas» prácticas de cobro de deudas como motivo de lo ocurrido.

En una burla a la política de Tokayev de 2019 del «Estado que escucha», la política de puertas abiertas y transparencia inaugurada por el nuevo presidente, el Partido Popular envió en junio aparatos auditivos y gafas graduadas a los miembros del Gobierno. La medida, destinada a suscitar polémica, fue una provocación para empujar al Gobierno a cumplir la promesa y mirar más de cerca los problemas de la población, según los diputados del partido.

Aunque la desgarradora carnicería retratada en el juego del calamar no es ciertamente la forma en la que se desarrolla la vida cotidiana en Kazajistán, la rara admisión de que la desigualdad y la pobreza se han extendido cada vez más por todo el país es tal vez una crítica social relevante viniendo de una oposición política históricamente tímida.

En el vecino Uzbekistán, surgió otra crítica social a través del popular canal de Telegram Troll.uz, que publicó una imagen trucada de uno de los juegos de la serie, para destacar lo difícil y complicada que sería la solución en el país.

En la serie, algunos jugadores descubren que la solución a un complicado rompecabezas es lamer la parte posterior de una galleta de azúcar. Este momento se utilizó como metáfora de la situación kafkiana del país, donde «para ganar, hay que lamer bien».

Nivel de dificultad: Uzbekistán
Créditos: Delikanli_No1

La recepción demasiado real de la serie distópica de Netflix en Asia Central sugiere que las condiciones socioeconómicas han empeorado en los últimos años y la población está cada vez más endeudada.

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