- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

Atención comunitaria durante la pandemia en Indonesia, Malasia y Filipinas

Categorías: Asia Oriental, Filipinas, Indonesia, Malasia, Ambiente, Buenas noticias, Ideas, Juventud, Medios ciudadanos, Política, Salud, COVID-19
[1]

Despensa comunitaria en Manila. Foto de Karapatan Metro Manila, utilizada con autorización.

La pandemia de COVID-19 ha causado trastornos y pobreza generalizados, pero también ha inspirado a muchos a organizar campañas destinadas a apoyar a los necesitados. Desde despensas comunitarias en Filipinas hasta el movimiento Bandera Blanca en Malasia y la iniciativa «ciudadanos que ayudan a ciudadanos» en Indonesia, la pandemia ha estimulado a las comunidades a movilizarse y prestar ayuda durante esta emergencia de salud pública.

Todos estos movimientos llegaron como respuesta a la inadecuada y lenta asistencia gubernamental en Malasia, Indonesia y Filipinas. Sin embargo, también pusieron de manifiesto que, si los Gobiernos no cumplían adecuadamente con sus obligaciones, los ciudadanos comunes y corrientes saldrían para aliviar la carga de sus compañeros de comunidad.

Entre una avalancha de historias deprimentes sobre la pandemia, nos animaron estas historias orgánicas e inspiradoras de apoyo que ejemplifican la esperanza, la solidaridad y el cuidado de la comunidad.

Despensas comunitarias en Filipinas

En mayo de 2021, Global Voices informó [2] cómo una única despensa comunitaria en la ciudad de Quezón, región de la capital de Filipinas, desencadenó un movimiento nacional en el que los voluntarios crearon despensas para dar alimentos y otros artículos de primera necesidad a los ciudadanos hambrientos. El Gobierno dijo [3] que había supervisado 6700 despensas que ofrecían asistencia mientras las comunidades estaban bajo las restricciones del confinamiento por COVID-19.

Patreng Non, que organizó una despensa comunitaria en abril, habló de la relevancia de este movimiento:

Minsan, maliit na hakbang lang pala ang kailangan para marating natin ang ating mga pangarap. Sa kaso ng Community Pantries sama-samang maliliit na hakbang ng mga pumipila, organizers, volunteers, patungo sa food security na naging movement hindi lang pang-pagkain, pati na din sa community building (nagkabati-bati pa nga daw ang mga magkakapitbahay) at naging din outlet na din para sa lungkot at uncertainty na dala ng pandemya. Nagkaroon ng community sa mga Community Pantries.

A veces, solo falta un pasito para alcanzar nuestros sueños. En el caso de las despensas comunitarias, se trata de pasitos colectivos de quienes hacen cola para recibir ayuda, de los organizadores y de los voluntarios para promover la seguridad alimentaria; y también se convirtió en un movimiento para distribuir alimentos, porque dio lugar a la construcción de una comunidad (incluso los vecinos arreglaron sus diferencias) y dio una salida en una época de miseria e incertidumbre. A través de las despensas comunitarias se construyó una comunidad.

En otra publicación en Facebook, Non afirmó [4] que, a menos que el Gobierno cambie su respuesta militarizada a la pandemia, las despensas no podrán enfrentar adecuadamente a la nueva situación de hambre y privación:

Maski anong gawin nating tulungan at pagsunod sa guidelines magiging cycle lang ang lockdowns hangga't hindi scientific ang approach natin sa Covid-19. Tama na yung pag enforce ng pananakot sa mga tao sana mag-focus na tayo sa expertise ng ating health workers at frontliners. Pakinggan at supportahan natin sila.

Nuestras despensas y esfuerzos por adherirnos a las pautas (de COVID-19) no pondrán fin al ciclo de confinamientos si nuestro enfoque de la pandemia sigue siendo poco científico. Es hora de dejar de aterrorizar a nuestra gente y, en cambio, centrarnos en la experiencia de nuestros trabajadores sanitarios y de primera línea. Escuchémoslos y apoyémoslos.

Indonesia: «ciudadanos ayudan ciudadanos «

Algunos investigadores estiman que la tasa de pobreza de Indonesia aumentó un 12,4 % [5] durante esta pandemia, lo que subraya la necesidad de ampliar los programas de asistencia social. Sin embargo, debido a la contracción de la economía y a la pérdida de ingresos procedentes del turismo, el Gobierno indonesio ha tenido dificultades para satisfacer [6] esta mayor demanda de asistencia. Por suerte, en muchas partes del país, los miembros de la comunidad han salido para llenar la brecha [7].

En marzo y junio de 2021, la nación entró en un «confinamiento» no oficial conocido como PPKM (Pemberlakuan Pembatasan Kegiatan Masyarakat – aplicación de restricciones a las actividades comunitarias [8]), lo que significa que todos los restaurantes, centros comerciales y servicios no esenciales se vieron obligados a restringir los servicios o cerrar. Durante este periodo, muchos ciudadanos se esforzaron por encontrar fuentes de ingresos y pagar sus facturas, especialmente los trabajadores vulnerables del sector informal..

Las etiquetas #WargaBantuWarga (ciudadanos ayudan a ciudadanos) y #SalingJaga (cuidarse unos a otros) se hicieron virales este año, cuando ciudadanos de todo el país pusieron manos a la obra [9] para cuidarse unos a otros, con las redes sociales para organizar donaciones de dinero, alimentos y suministros. Algunos grupos incluso encontraron formas creativas de apoyar a la comunidad a la vez que abordaban problemas sociales muy arraigados, como el Programa de Intercambio de Plástico [10] de I Made Janur Yasa, de Bali, en el que los ciudadanos intercambian plástico por arroz. El grupo se describe como «movimiento de sostenibilidad que capacita a las comunidades para que cambien su comportamiento con los residuos mediante sistemas de intercambio basados en la dignidad que dan lugar a entornos más limpios y saludables». En los últimos años, Bali –uno de los principales destinos turísticos del Sudeste Asiático– se ha hecho tristemente célebre [11] por su gran contaminación por plástico [12]. Yasa concibió la iniciativa como una forma de atender a las comunidades empobrecidas al mismo tiempo que se limpiaba el ambiente y se preservaba el orgullo y la dignidad de los ciudadanos.

Los esfuerzos de los ciudadanos también han sido esenciales para ayudar a rastrear y localizar el COVID-19 en Indonesia. En Bali, Jackie Pomeroy, economista y especialista en datos que lleva 15 años viviendo en Indonesia, creó la página de Facebook «Bali Covid-19 Update [13]» y ha estado publicando información diaria sobre las tasas de infección por COVID-19, las muertes por COVID, las noticias sobre COVID, las tasas de vacunación, las ubicaciones de las vacunas y las tendencias de los datos desde el 7 de abril de 2020, es decir, 559 días consecutivos (al 19 de octubre). La página tiene más de 41 000 miembros y ha sido una fuente de información crucial para muchos en la isla. En otros rincones de internet han surgido servicios alternativos de seguimiento de datos, como KawalCovid19 [14], organización de voluntarios que publica estadísticas diarias sobre los casos de COVID-19 en Indonesia a sus casi 140 000 seguidores en Twitter.

El movimiento de la bandera blanca en Malasia

A finales de junio, un grupo de jóvenes malasios de Kuantan se sintió desolado por la prematura muerte de un amigo que tenía dificultades para enfrentar las restricciones de confinamiento de COVID-19. Iniciaron una campaña [15] de bandera blanca (Bendera Putih) en su comunidad que anima a los habitantes a colgar una bandera o tela blanca fuera de su casa si necesitan alimentos o ayuda económica.

Pronto se convirtió en un movimiento popular [16] conocido como Kita jaga kita (nos cuidamos) que promueve este mensaje:

Raise the white flag if you need help, there is no need to beg or feel ashamed.

Don’t take actions that may harm yourself and your loved ones.

Iza la bandera blanca si necesitas ayuda, no es necesario suplicar ni sentir vergüenza.

No hagas acciones que puedan perjudicarte o a tus seres queridos.

La campaña obtuvo el apoyo [16] de grupos cívicos y empresas locales que enviaron ayuda a las casas donde se habían colocado banderas blancas.

Los sitios web y las aplicaciones de financiación colectiva, como kitajaga.co [17], Sambal SOS y MyBendera [18], resultaron útiles para localizar los hogares que necesitaban ayuda.

La campaña confirmó [19] la extensión del hambre, la pobreza y la frustración pública en Malasia causada por los frecuentes confinamientos por COVID-19.

Serina Rahman, del Instituto Yusof Ishak, escribió [20] sobre la importancia de la campaña Bandera Blanca:

While some have described the #BenderaPutih campaign as the epitome of surrender and desperation, it is a clear indication of how Malaysians will take action to help each other when in need rather than wait for government assistance. Malaysia’s youth, especially, are proving how they can pave the way to make a real difference.

Aunque algunos han descrito la campaña #BenderaPutih como el epítome de la rendición y la desesperación, es un claro indicio de cómo los malasios pasarán a la acción para ayudarse mutuamente cuando lo necesiten, en lugar de esperar la ayuda del Gobierno. Sobre  todo los jóvenes de Malasia están demostrando cómo pueden allanar el camino para marcar una verdadera diferencia.

Los habitantes de Malasia izan banderas blancas en señal de ayuda durante el confinamiento:
https://reut.rs/3hKmtyR [24]
.
——————-
En Malasia, la campaña bandera blanca ha cobrado impulso en las redes sociales en un intento de animar a la gente a ayudar a otros que lo pasan mal en un confinamiento prolongado.