Cómo los niños se convirtieron en los más afectados por confinamientos por COVID-19 en India

Bijoy Mal, a secondary school student from West Bengal's Nadia district at his house.

Bijoy Mal, estudiante de secundaria del distrito de Nadia, Bengala Occidental, en su casa. Imagen vía VideoVolunteers. Utilizada con autorización.

Este artículo de Ankush Sharma apareció originalmente en Video Volunteers, galardonada organización internacional de medios comunitarios de India. A continuación se publica una versión editada como parte de un acuerdo para compartir contenido.

En cuanto el primer ministro Narendra Modi anunció un confinamiento de 21 días la víspera del 24 de marzo de 2020, muchas empresas y sectores (organizados y no organizados) se detuvieron completamente. A medida que se prolongaba el confinamiento, vimos imágenes de jornaleros, que habían emigrado de sus pequeñas aldeas y ciudades, que regresaban a sus hogares al no poder ganar lo suficiente para alimentarse, y mucho menos pagar el alquiler para mantener su alojamiento urbano.

Mientras todos los sectores volvían a la normalidad con cada oleada de «desconfinamiento», un sector seguía funcionando en línea: la educación. Y, si bien el confinamiento ha supuesto un reto para todas las clases sociales y países, ha tenido consecuencias devastadoras para la educación primaria en las escuelas rurales de India. Las autoridades han hecho lo posible por innovar. Los profesores recibieron formación de la noche a la mañana sobre plataformas de presentación en línea, y los niños se adaptaron a la «nueva normalidad» de asistir a clases por internet. Incluso los exámenes se realizaron de forma virtual. Más del 60 % de la población india sigue viviendo en aldeas y, aunque muchos indios se están conectando a internet a gran velocidad, queda mucho camino por recorrer, sobre todo en lo que respecta a la educación en línea.

Las autoridades anunciaron el traslado de las clases al mundo virtual, pero nunca se aseguraron si existe la infraestructura para acceder a esa educación. Los Corresponsales Comunitarios de Video Volunteers, que proceden de algunas de las comunidades más desfavorecidas y marginadas de India, informan que un gran número de hogares no dispone de un smartphone para asistir a clases en línea programadas.

In many households of India's rural population, there is no smartphone or one smartphone per family that makes it impossible for children to attend online classes.

En muchos hogares de la población rural de India, no hay smartphone o solo hay uno por familia, lo que hace imposible que los niños asistan a clases en línea. Imagen vía VideoVolunteers. Utilizada con autorización.

«Me resulta difícil estudiar estos días, ya que las escuelas están cerradas desde hace más de un año y no tengo un teléfono inteligente para asistir a las clases», dijo Bijoy Mal, uno de los estudiantes de secundaria del distrito de Nadia, Bengala Occidental, con el que habló nuestra corresponsal comunitaria Dibyojyoti Karmakar. En otros casos, hay un teléfono inteligente por familia, con un promedio de dos adultos y dos o tres niños. Sus clases suelen coincidir en horario y acaban siendo irregulares. Si el hombre de la casa se lleva el smartphone al trabajo, los niños no asistes a clases.

En un caso bastante inquietante denunciado por la corresponsal comunitaria Kalpana Jawade, Sunil Tungar, exestudiante de la aldea de Kalgaon, distrito de Yavatmal, en Maharashtra, se ve obligado a trabajar como jornalero en las granjas al no poder seguir estudiando. El otro gran dilema que enfrentan los habitantes de Kalgaon es si utilizar su salario diario para comprar alimentos y productos básicos o utilizar el dinero para recargar sus teléfonos inteligentes y tener acceso a internet.

Según la experiencia del hijo de uno de nuestros corresponsales, Goretti Kujur de Jharkhand, el profesor no puede comunicarse plenamente con los estudiantes por la escasa conectividad de la red. Los niños, sobre todo los más pequeños, se están adaptando a esta nueva forma de educación y no llegan a entender completamente las clases.

En otro caso del distrito de Puri, en Odisha, nuestro corresponsal Sumitra Barik informa sobre una brillante alumna que no puede continuar sus estudios por falta de recursos.

Usha Patel, nuestra corresponsal del distrito de Jaunpur, Uttar Pradesh, habló con el director de una de las escuelas de su comunidad para conocer su perspectiva sobre esta nueva forma de aprendizaje en línea. Ram Kumar Mali, director de la escuela primaria de Sarangdih, dijo:

The first layer is obviously of those who have an Android smartphone and can attend live classes on Google Meet. If they aren’t able to attend, we share notes through WhatsApp for them to access later if they weren’t present during the class. If the family doesn’t have a smartphone, we ask them to listen to lectures on regional television channels or the local radio station where the government produces episodes of classes.

La primera franja es, obviamente, la de quienes tienen un smartphone Android y pueden asistir a las clases en directo en Google Meet. Si no pueden asistir, compartimos los apuntes a través de WhatsApp para que puedan acceder más tarde si no estuvieron presentes durante la clase. Si la familia no tiene un smartphone, les pedimos que escuchen las clases en los canales de televisión regionales o en la emisora de radio local, donde el Gobierno produce episodios de las clases.

Sin embargo, la realidad es que hay muchas familias que tampoco tienen radio ni televisor, que viven en un virtual agujero negro de información. El Gobierno de Uttar Pradesh, bajo el régimen anterior, distribuyó computadores portátiles gratuitos a los estudiantes de secundaria. Sin embargo, esa iniciativa se limitó a las zonas urbanas y nunca llegó al interior del estado.

Pramila Kumari, alumna de quinto grado de una escuela primaria de Mahalidih, en el bloque del Gola, en Jharkhand, dice que lleva más de nueve meses sin ir a la escuela. Lo que resulta alarmante es que muchos niños pequeños de distritos y pueblos rurales de India están perdiendo el hábito de ir a la escuela y asistir a las clases, lo que tendrá efectos a largo plazo en las habilidades que adquiera esta generación, lo que se reflejará en las capacidades generales de la nación.

Several bright students like Pramila Kumari haven't gone to school for nine months and are forced to study by themselves.

Varios estudiantes brillantes, como Pramila Kumari, llevan nueve meses sin ir a la escuela y se ven obligados a estudiar solos. Imagen vía VideoVolunteers. Utilizada con autorización.

Muchos estudiantes, que fueron enviados a la escuela por sus padres por qué recibirían comidas gratuitas, ahora reciben raciones secas (alimentos subvencionados). Sin embargo, las cantidades son escasas en comparación con la dieta promedio de un niño escolarizado. «Recibimos un kilo de trigo y otro de arroz, pero no es suficiente. Antes, mi hijo iba a la escuela y almorzaba allí», dijo Asha ben, de Surat (Gujarat), mientras hablaba con nuestro corresponsal Mumtaz Pathan.

En un escenario tan sombrío, los activistas sociales y quienes trabajan para la comunidad se han encargado de continuar la educación de los niños rurales. El corresponsal Chetan Salve, de Nandurbar (Maharashtra), junto con el movimiento social Narmada Bachao Andolan, crearon Nirman Shala, iniciativa comunitaria en la que los adultos que han superado la escuela secundaria o son licenciados enseñan a más de 300 estudiantes de los pueblos de la zona. A las 7:30 de la mañana comienza la escuela, con clases regulares que incluyen timbres y descansos.

Nirman Shala team from Maharashtra ensured that classes resume with their usual schedule while maintaining physical distancing at all times.

El equipo de Nirman Shala de Maharashtra se aseguró de que las clases se reanudaran con su horario habitual, con distancia física en todo momento. Imagen vía VideoVolunteers. Utilizada con autorización.

En otro caso de educación continua con distancia física, el Gram Panchayat (Consejo de Aldea, NdT) de Madhota, distrito de Bastar, en Chhattisgarh, ha invertido dinero en la instalación de altavoces y amplificadores en al menos 12 mohallas (barrios) del pueblo para que los niños puedan continuar su educación. Por el momento, esta iniciativa se limita a los niños de entre el primer y el quinto curso.

Se necesitan más iniciativas comunitarias de este tipo para que los niños no olviden los valores que se les imparten a través de la educación y continúen su camino para ser ciudadanos independientes y habilidosos del país.

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