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Días después de acuerdo de la COP26, autoridades indonesias reniegan del compromiso contra deforestación

Categorías: Asia Oriental, Indonesia, Ambiente, Medios ciudadanos
A scene of deforestation in Indonesia.

Escena de deforestación en la provincia de Riau de Sumatra, Indonesia. Foto de The Rainforest Action Network [1] (CC BY-NC 2.0 [2])

La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26 [3]), la mayor conferencia sobre el clima del año, ha atraído a políticos, ambientalistas y activistas de todo el mundo, dispuestos a crear soluciones completas e impactantes para ayudar a combatir la crisis climática. Una de esas soluciones fue la promesa de acabar con la deforestación para 2030 [4], anunciada el 2 de noviembre y firmada por 131 países. Entre esos países se encuentra Indonesia, hogar de casi un tercio de los bosques tropicales del mundo.

Menos de dos días después del anuncio del acuerdo, las autoridades indonesias parecían dispuestas a retractarse.

Siti Nurbaya Bakar, ministra de Ambiente y Bosques, calificó el plan de «inapropiado e injusto» [5], y recurrió a Twitter para expresar su opinión.

Obligar a Indonesia a una deforestación cero en 2030 es claramente inapropiado e injusto. Porque cada país tiene sus propios problemas claves y está amparado por la Constitución para proteger a su población.

Bakar luego señaló que en las regiones subdesarrolladas, la prohibición de deforestación podría significar un aislamiento continuo, ya que no se podrían retirar árboles para construir carreteras u otras infraestructuras. Afirmó que el contexto de Indonesia es muy diferente al del Reino Unido, Europa o África, por lo que no debería aplicarse el mismo rasero.

Además, elogió el aumento [7] de proyectos [8] de desarrollo [9] durante el mandato del presidente Joko Widodo, dijo: «El desarrollo masivo de la era [del presidente Joko Widodo] no debe detenerse en nombre de las emisiones de carbono ni de la deforestación».

Todos sus comentarios están disponibles en inglés en esta publicación de Facebook [10].

El viceministro de Asuntos Exteriores del país, Mahendra Siregar, adoptó una postura similar y pareció rebatir [11] que el acuerdo tuviera como objetivo acabar con la deforestación, y afirmó que «no existe en absoluto la terminología ‘acabar con la deforestación para 2030′» en el compromiso. Además, enfatizó [12] la importancia de priorizar la economía: «Con el avance de la globalización, debemos asegurarnos de que nuestra posición en la cadena de suministro mundial es la adecuada para lograr beneficios económicos», lo que supone que Indonesia se centrará más en «gestionar la deforestación» que en evitarla.

El multimillonario plan de deforestación canalizará recursos para acabar con la deforestación industrial. Indonesia recibirá [13] unos 405 millones de dólares estadounidenses para ayudar a apoyar [4] «nuevas acciones transformadoras en los ámbitos interconectados de la producción y el consumo sostenible, el desarrollo de infraestructuras, la inversión comercial y apoyo a los pequeños propietarios, pueblos indígenas y comunidades locales, que dependen de los bosques para su subsistencia y tienen un rol clave en su administración».

Reacciones ciudadanas

Inmediatamente después de los tuits de Siti y del aparente cambio de posición del Gobierno, los críticos acudieron a las redes sociales para burlarse de la decisión.

El desarrollo masivo de la era del presidente Jokowi no debe detenerse en nombre de las emisiones de carbono ni en nombre de la deforestación.
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Señoras y señores, bienvenidos al gobierno de Jokowi. Vamos a priorizar el desarrollo sobre la prevención de la deforestación, como dijo el ministro de Ambiente. COP 26. Indonesia.

Obligar a Indonesia a una deforestación cero en 2030 es claramente inapropiado e injusto. Porque cada país tiene sus propios problemas claves y está cubierto por su Constitución para proteger a su gente.
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Si destruimos el mundo, ¿cómo podemos quejarnos cuando se producen inundaciones y otras catástrofes naturales?

La etiqueta #MosiTidakPercaya [20] (¿moción de desconfianza?) ha sido tendencia en las redes sociales indonesias ya que muchos han expresado sorpresa por el giro del Gobierno.

Kiki Taufik, jefe de la campaña de bosques indonesios de Greenpeace,, dijo [5]: «La afirmación es profundamente decepcionante y está completamente en desacuerdo con la declaración».

El 5 de noviembre, la ciudad de Batu sufrió inundaciones letales que tuvieron como resultado cinco desaparecidos. Taufik acudió a Twitter para expresar su incredulidad por el hecho que, en medio del creciente número de catástrofes climáticas, el Gobierno siga dispuesto a dar prioridad a la economía y no al entorno.

Cinco lugares para buscar víctimas de inundaciones repentinas en la ciudad de Batu, Malang BPBD: 11 personas siguen desaparecidas.
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Espero que las víctimas de la inundación estén a salvo y se encuentren pronto. ¿La señora Siti Nurbaya, ministra de Ambiente, todavía persiste en permitir la deforestación en aras del desarrollo masivo en la era de Jokowi? ¿Cuántas catástrofes aún deben despertarse para detener la destrucción de los bosques?

Deforestación en Indonesia

Indonesia, Brasil y Congo representan el 85 % de la deforestación mundial.

Según [26] Hans Nicholas Jong de Mongabay News, el «país perdió 115 456 hectáreas de cubierta forestal en 2020, un área del tamaño de Los Ángeles». Esto fue su menor tasa de deforestación desde la década de 1990 y se debe, en gran medida, a las normas y regulaciones de deforestación cada vez más estrictas del Gobierno. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se calcula que el 73 % [27] de la deforestación en Indonesia es ilegal, sin supervisión gubernamental.

En octubre de 2020, estallaron protestas en todo el archipiélago tras la aprobación de la impopular Ley Ómnibus [28], que muchos consideraron como un esfuerzo por impulsar la economía a costa [29] de los derechos de los trabajadores y el ambiente [30]. La ley eliminó muchas protecciones ambientales y facilitó a los inversores extranjeros y nacionales la explotación de bosques y praderas.

A pesar de estos contratiempos, el país se ha fijado numerosos y ambiciosos objetivos de acción climática, como convertir sus bosques en una cuenca de carbono [31] para 2030, reducir la deforestación y aumentar la reforestación, y llegar a ser neutro en carbono para 2070. Aunque los expertos [32] afirman que actualmente es improbable que cumpla ninguno de estos objetivos.

La mayoría de la deforestación en Indonesia es para despejar el terreno para las plantaciones de aceite de palma [33], el mayor producto de exportación del país. Estas plantaciones son famosas [34] por alterar ecosistemas frágiles, desplazar a las comunidades locales, contaminar el ambiente y provocar incendios incontrolables cuando los promotores despejan el terreno con métodos ilegales de tala y quema [35].

En junio de 2021, el Observatorio de Derechos Humanos publicó un informe [36] en el que criticaba al Gobierno indonesio por permitir que las empresas de aceite de palma devastaran el entorno:

The Indonesian government is failing to protect the rights of communities living on or near peatland converted to commercial agriculture. It is also permitting the widescale destruction of one of the world’s most important carbon sinks.

El Gobierno indonesio no está protegiendo los derechos de las comunidades que viven en o cerca de las turberas convertidas a la agricultura comercial. Además está permitiendo la destrucción a gran escala de uno de los sumideros de carbono más importantes del mundo.

El informe continuó aconsejando al país un control más estricto de las explotaciones ilegales de aceite de palma.

The national land agency in conjunction with the Presidential National Agrarian Reform Team should investigate and sanction any palm oil company that fails to meaningfully consult and compensate affected communities,” Nnoko-Mewanu said. “Indonesia is harming the rights of people in those communities, and exacerbating climate change. Everyone suffers when the government fails in its oversight.

«La agencia nacional de tierras, junto con el Equipo Nacional de Reforma Agraria de la Presidencia, debe investigar y sancionar a cualquier empresa de aceite de palma que no consulte ni compense de forma significativa a las comunidades afectadas», afirmó Nnoko-Mewanu. «Indonesia está perjudicando los derechos de las personas de esas comunidades y agravando el cambio climático. Todo el mundo sufre cuando el Gobierno falla en su supervisión».

Mientras Indonesia lucha por equilibrar el desarrollo y la protección del ambiente, muchos esperan ver si el plan de Naciones Unidas para recuperar las selvas tropicales del mundo puede ser eficaz sin la plena cooperación de la nación.