Activistas luchan por preservar patrimonio urbano en casco antiguo de la capital de Kazajistán

Temirtas Iskakov, de Fading.TSE, junto al antiguo almacén de madera de la residencia de los gestores de la empresa ferroviaria, que construyó enormes proyectos de infraestructura durante el esfuerzo bélico de la década de 1940. Foto de Paolo Sorbello, utilizada con autorización.

La capital de Kazajistán pasó de llamarse Astaná (capital en kazajo) a Nursultán al día siguiente de la renuncia del presidente Nursultan Nazarbayev, el 19 de marzo de 2019. Hasta que se convirtió en capital en 1997, la ciudad era conocida por su nombre original de Akmola, aunque durante 30 años, entre 1961 y 1991, fue rebautizada Tselinogrado. Con cuatro nombres en tres décadas, la identidad de la ciudad se ha construido a través de la tensión entre «lo antiguo» y «lo nuevo».

Con el traslado de la sede del Gobierno llegaron importantes inversiones y cambios en el paisaje urbano. El antiguo pueblo pasó a ser conocido como Ribera Derecha, en el lado norte del río Ishim. La mayoría de los nuevos proyectos urbanos, como salas de música, un centro comercial en forma de carpa y varios rascacielos, surgieron en la Ribera Izquierda, desde 1997.

Algunos de los altos edificios de Nursultán. Crédito: «IMG_9113 Astana» por Ninara (CC BY 2.0).

En este contexto de ostentación, la Ribera Derecha, la «verdadera» Astaná o la antigua Tselinogrado, corre el peligro de desvanecerse de la memoria de los residentes locales. Sin embargo, los activistas afirman que hay tesoros que conservar, edificios históricos que mantener y una memoria colectiva que respetar.

Global Voices habló con Temirtas Iskakov, fundador de la página Instagram Fading.TSE, cuyo objetivo es destacar las joyas ocultas más interesantes y relacionar historias personales con el entorno arquitectónico y la historia del país.

Global Voices (GV): ¿Cómo has conocido esta ciudad desde que te mudaste aquí?

Temirtas Iskakov (TI): This is the city of the people that, one way or another, move here. I was born in 1991 in Omsk, Russia — my parents moved to Kazakhstan at the beginning of the 2000s, so I finished school here and stayed. As a kid, I was living in Ekibastuz and was watching daily updates on state TV about the growth of the new capital.

While studying architecture, I lived abroad in Krakow, Poland, where I could see first-hand how a city government deals with heritage. Plus, after seeing the practice of walking tours there, I thought this could be replicated here, because we have a wealth of history to showcase. There are pearls in each of Kazakhstan’s cities and we need to put them on display.

Moving the capital here was a fresh injection of capital and was beneficial for the locals. The whole nation was sent to live in this city, so they all learned to live and survive together.

I’ve seen a lot of changes in the past 12 years. They happen progressively, but inexorably.

We shouldn’t be in a rush to tear down the old and build the new. It’s not necessarily always about some great architecture or epic story. Sometimes it's about individual stories, which make up the history of the whole country.

Temirtas Iskakov (TI): Esta es la ciudad de personas que, por un motivo u otro, se trasladan aquí. Nací en 1991 en Omsk, Rusia, mis padres se mudaron a Kazajistán a principios de la década de 2000, así que terminé aquí la escuela y me quedé. De niño, vivía en Ekibastuz y veía a diario en la televisión estatal las actualizaciones sobre el crecimiento de la nueva capital.

Mientras estudiaba arquitectura, viví en Cracovia, Polonia, donde pude ver de primera mano como el Gobierno de una ciudad se ocupa del patrimonio. Además, después de ver la práctica de las visitas a pie allí, pensé que esto podría repetirse aquí, porque tenemos gran riqueza histórica que mostrar. Hay perlas en cada una de las ciudades de Kazajstán y tenemos que ponerlas en valor.

Trasladar la capital aquí supuso una nueva inyección de capital y fue beneficioso para los lugareños. Toda la nación fue enviada a vivir a esta ciudad, así que todos aprendieron a vivir y sobrevivir juntos.

He visto muchos cambios durante los últimos 12 años. Ocurren de forma progresiva, pero inexorable.

No deberíamos tener prisa por derribar lo viejo y construir lo nuevo. No siempre se trata de una gran arquitectura o historia épica. A veces se trata de historias individuales, que conforman la historia de todo el país.

GV: ¿Cómo empezó tu proyecto Fading.TSE?

TI: After moving here, I heard people saying that Astana has no soul and no history, which intrigued me to find it. As photo blogs on Instagram became popular, I found a way to become a bridge between the voices of the locals, who have a good grasp of the city's soul and history, and the academic knowledge on architecture and conservation. Instead of keeping well-researched books and articles in the back of university libraries, only accessible to very few people, this project aims to tell stories that bring the study of the city closer to those who live here and those who carry out research projects alike.

My project received attention from the media, also traditional and state-owned media. The public reacts well, especially during our walking tours. We had funding from Soros Foundation Kazakhstan two years ago, which helped kick start the project and sustain our small team. Now we are doing more public lectures, walking tours, and other specific projects.

The buildings are not just buildings, those four walls hold amazing, inspiring, and terrible stories, and we need to see the whole picture to appreciate our own history.  There are lots of layers of city history, especially from the times when it became the capital. People are proud to have been part of the construction of the new capital.

Now our project has a good mix of supporters, it’s not only locals or people who have lived here all their life. Some of the ones who have arrived here find parallels with their own experiences in their hometowns. Young and old people take part and voice several different preferences and perspectives.

TI: Tras mudarme aquí, oí decir a la gente que Astaná no tiene ni alma ni historia, lo que me intrigó para encontrarla. Cuando los blogs de fotos en Instagram se hicieron populares, encontré la manera de convertirme en un puente entre las voces de los lugareños, que conocen bien el alma y la historia de la ciudad, y los conocimientos académicos sobre arquitectura y conservación En lugar de guardar libros y artículos bien documentados en el fondo de las bibliotecas universitarias, solo accesible para muy pocas personas, este proyecto pretende contar historias que acerquen el estudio de la ciudad tanto a los que viven aquí como a quienes realizan proyectos de investigación.

Mi proyecto recibió atención de los medios, tanto tradicionales como estatales. El público reacciona bien, especialmente durante nuestras visitas a pie. Hace dos años recibimos financiación de la Fundación Soros de Kazajistán, lo que nos ayudó a poner en marcha el proyecto y a sostener nuestro pequeño equipo. Ahora hacemos más conferencias públicas, visitas a pie y otros proyectos específicos.

Los edificios no son solo edificios, esas cuatro paredes encierran historias increíbles, inspiradoras y terribles, y tenemos que ver el cuadro completo para apreciar nuestra propia historia; de la que hay muchas capas, sobre todo de la época en que se convirtió en capital. Las personas están orgullosas de haber participado en la construcción de la nueva capital.

Ahora, nuestro proyecto cuenta con una buena mezcla de partidarios, no solo lugareños o personas que han vivido aquí toda la vida. Algunos de quienes han llegado aquí encuentran paralelismos con sus propias experiencias en sus ciudades natales. Participan jóvenes y mayores y expresan distintas preferencias y perspectivas.

GV: Sin embargo, hay diferentes interpretaciones de la «originalidad» de la Ribera Derecha comparada con la Ribera Izquierda. ¿Cuál es tu posición?

TI: The history of the Left Bank is shiny and “in your face.” It is documented and researched about, especially by Western academia. My message isn’t one of demonization of the newer Left Bank, quite the opposite. You cannot hate half of your body. However, there are many tourists and first time visitors who have never been to the Right Bank. It should really all be one cultural environment.

In 2019, the city administration spent 600 million tenge to redo the facade of the Triumphal Arch on the Left Bank, which had crumbled just eight years after construction. And now the problem has resurfaced again. You cannot stop development, but you can avoid using bad construction materials and help match architectural styles.

TI: La historia de la Ribera Izquierda es brillante y «en tu cara». Está documentada y se ha investigado a respecto, especialmente por parte del mundo académico occidental. Mi mensaje no es de demonización de la nueva Ribera, sino todo lo contrario. No se puede odiar a la mitad de tu cuerpo. Sin embargo, hay muchos turistas y visitantes por primera vez que nunca han estado en la ribera derecha. En realidad, todo debería ser un único entorno cultural.

En 2019, la administración de la ciudad gastó 600 millones de tenge (1.3 millones de dólares) para rehacer la fachada del Arco del Triunfo de la Margen Izquierda, que se había derrumbado apenas ocho años después de su construcción. Y ahora el problema ha vuelto a surgir. No se puede detener el desarrollo, pero se puede evitar el uso de malos materiales de construcción y ayudar a igualar los estilos arquitectónicos.

 GV: ¿Cuáles son los canales para luchas por la conservación?

TI: You can fight for every single object to be included in the list of Buildings of State Significance, but you’d end up using all your time on single projects, rather than tackling the nation-wide, global issues affecting Kazakhstan’s urban landscape. Plus, even buildings that are in the list are not as well protected.

The former Merchant House [photo below], a historical building that at one point hosted the Embassy of Belarus, was turned into a karaoke hall in 2020.

The Ministry of Foreign Affairs, which owns the building, decided to rent it to a karaoke owner. Its cadastral function was therefore changed from “institutional” to “cafe,” which goes against the law on the preservation of heritage.

TI: Se puede luchar por la inclusión de cada uno de los objetos en la lista de Edificios de Importancia Estatal, pero se acabaría empleando todo el tiempo en proyectos individuales, en lugar de abordar los problemas nacionales y globales que afectan al paisaje urbano de Kazajistán. Además, incluso los edificios que están en la lista no están muy bien protegidos.

La antigua Casa Mercantil [foto de abajo], un edificios histórico que en su día albergó la Embajada de Bielorrusia, se convirtió en 2020 en una sala de karaoke.

El Ministerio de Asuntos Exteriores, propietario del inmueble, decidió alquilarlo a un karaoke. Por ello, su función catastral pasó de ser «institucional» a «café», lo que va contra de la ley de conservación del patrimonio.

La Casa Mercantil se construyó a finales del siglo XIX y fue propiedad del comerciante Ivan Silin. Desde entonces, el edificio ha albergado el cuartel general de la Guardia Roja, una biblioteca, una orquesta filarmónica, un edificio administrativo y la Embajada de Belarús. Ahora es un karaoke. Crédito de la foto: Yakov Fedorov (Wikimedia Commons – CC BY-SA 4.0).

GV: ¿Entonces la solución es más sistémica?

TI: It’s almost impossible for activists and experts to take part in the discussions about urban planning. The number one priority should be to make the planning of Kazakhstan’s cities open to society.

There are several urban activism initiatives who signed an open letter to the government to establish a platform for open planning. Heritage is a public issue and should be discussed publicly.

Our work had an impact. The city administration has showed interest in our project, and it has consulted with us on certain issues. I cannot say that the end results are perfect, though, also because the coordination between us, the civil society, and them, the administration, is still tied to personal relationships with public officials. Institutional memory gets lost every time there is personnel change and the turnover in the urban planning department is high. In this context, it becomes hard to plan far ahead and there is a risk of repeating mistakes.

TI: Es casi imposible que activistas y expertos participen en los debates sobre planificación urbana. La primera prioridad debería ser hacer que la planificación de las ciudades kazajas esté abierta a la sociedad.

Hay varias iniciativas de activismo urbano que firmaron una carta abierta al Gobierno para establecer una plataforma de planificación abierta. El patrimonio es una cuestión pública y debe debatirse públicamente.

Nuestro trabajo ha tenido repercusión. La administración de la ciudad ha mostrado interés en nuestro proyecto y nos ha consultado sobre algunas preguntas. Sin embargo, no puedo decir que los resultados finales sean perfectos, también porque la coordinación entre nosotros, la sociedad civil, y la administración, sigue ligada a las relaciones personales con los funcionarios. La memoria institucional se pierde cada vez que hay un cambio de personal y la rotación en el departamento de urbanismo es alta. En este contexto, resulta difícil planificar con mucha anticipación y se corre el riesgo de repetir errores.

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