Balas de goma y gas lacrimógeno en Turquía contra mujeres que se manifestaban para acabar con la violencia machista

Captura de un vídeo difundido por la periodista Julia Hahn.

El 25 de noviembre, cientos de mujeres tomaron las calles de Estambul para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Pero las manifestantes se encontraron con violencia policial en forma de gas lacrimógeno y balas de goma cuando intentaron cruzar las barricadas para marchar por una calle peatonal muy transitada. Protestas similares se produjeron en otras ciudades, incluida la capital, Ankara.

Las mujeres siguen siendo la esperanza con sus esperanzas, emociones, determinación y entusiasmo. Han convertido la noche en día en la avenida Istiklal.

No nos quedaremos calladas, no tenemos miedo, no obedeceremos.

A los grupos de mujeres se unieron activistas LGBTQ+:

Mujeres y activistas LGBTIQ+ organizaron una protesta en Estambul (Turquía) el 25 de noviembre de 2021, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

La principal exigencia en las calles era que Turquía volviera a unirse la Convención de Estambul, tratado de derechos humanos vinculante creado por el Consejo de Europa destinado a prevenir, procesar y eliminar la violencia machista y a promover la igualdad de género. Turquía anunció su decisión de retirarse de este tratado internacional en marzo de 2021. En julio, mujeres de todo el país protestaron contra el retiro oficial.

Lejos de la concurrida calle Istiklal, el presidente Recep Tayyip Erdoğan también conmemoraba el día y prometió eliminar algún día la violencia contra la mujer. «Espero eliminar la violencia contra la mujer reforzando nuestros valores humanos y morales. Estamos determinados a hacerlo».

Pero los grupos a favor de los derechos de la mujer dicen que las palabras no bastan, ya en Turquía sigue aumentando el índice de feminicidios. Según la plataforma local We Will Stop Femicide, que documenta la violencia contra mujeres, un total de 225 mujeres fueron asesinadas entre enero y octubre de 2021. Otro rastreador que registra los nombres de mujeres muertas violentamente eleva la cifra hasta un total de 353 en 2021. Una de las víctimas más recientes es Basak Cengiz, apuñalada por un hombre que después confesó haberlo hecho por puro aburrimiento. El asesino ha sido acusado de homicidio con agravante.

El asesinato de Cengiz renovó las peticiones de que Turquía se reintegrara a la convención internacional. No obstante, las autoridades, con Erdoğan a la cabeza, siguen insistiendo en que la legislación nacional es suficiente. «Para nosotros, la mujer es la criatura más sagrada. Nunca permitiremos que se manche su santidad», dijo supuestamente el presidente hacia finales de noviembre, y añadió «Por tanto, no nos hace falta la Convención de Estambul».

En julio de 2021 se anunció el Plan de Acción para Combatir la Violencia contra la Mujer del Gobierno, que incluye objetivos como revisar los procesos judiciales, mejorar los servicios de protección y recabar datos sobre violencia. Hasta ahora, ha resultado inútil. «Las leyes actuales no son adecuadas. Oímos hablar de mujeres asesinadas todos los días porque la estructura legal y de implementación existentes no son adecuadas», dijo en una entrevista con Al-Jazeera Ayşe Faride Acar, académica turca que supervisó la implementación de la Convención de Estambul de 2015 a 2019.

Y los números hablan por sí solos. Berrin Sonmez, de la Plaraforma de Mujeres para la Igualdad, dijo recientemente a AFP que desde que el país se retiró de la convención en marzo, la sensación de impunidad no ha dejado de aumentar. Según Sonmez, «180 mujeres fueron asesinadas entre marzo y julio de 2021, y hay otras 171 muertes sospechosas más. No es un número justificable».

Erdoğan expresó por primera vez su interés en abandonar la convención en 2020. La decisión final llegó después de que el presidente reveló un plan de derechos humanos que, según él, «mejorará los derechos y libertades en Turquía y ayudará al país a satisfacer los estándares de la Unión Europea».

El ambiente en las calles el 25 de noviembre revela un panorama muy distinto. «Estamos en la calle para pedir el derecho de las mujeres a poder defenderse, para pedir justicia para las mujeres asesinadas, por su derecho al trabajo, por los derechos de las lesbianas», dijo una participante en la protesta, miembro de la Red de Defensa de las Mujeres, organización que conecta a mujeres activistas de todo el país. «Todos los días, en nuestras casas, en la calle, en nuestro trabajo, estamos sujetas a violencia», y añadió, «Ya estamos hartas».

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