En mi país, temía la guerra. Aquí temía al Ministerio del Interior»: Solicitantes de asilo hablan sobre proceso de asilo en el Reino Unido

Advertencia sobre el contenido: este artículo contiene menciones a agresión sexual y suicidio, que algunos lectores pueden considerar perturbadoras.

Más de cien historias de mujeres que solicitaron asilo en el Reino Unido solo para enfrentar más dificultades han sido recopiladas en un informe publicado en 2020 por Women for Refugee Women (WRW), organización con sede en el Reino Unido cuyo objetivo es empoderar a las mujeres refugiadas.

WRW determinó que el 44 % de las solicitantes de asilo enfrentan la falta de hogar, el 95 % al hambre y muchas son vulnerables a los abusos en el Reino Unido. Más concretamente, 32 de 106 mujeres dijeron haber sido agredidas sexualmente en su país de origen y en el Reino Unido. Al mismo tiempo, el 95 % se sentía deprimido y alrededor del 33 % había intentado suicidarse.

Entre los ejemplos recopilados por WRW se encuentran las historias de Amina y Jemima (no son sus nombres reales, para proteger su privacidad).

Amina escapó dos veces de la guerra en Somalia. La primera vez fue en la década de 1990, después de que los milicianos irrumpieron en su casa, la violaron a ella y a su hija, y mataron a su hija y a su hermano. Amina huyó a un campo de refugiados en Kenia, donde estuvo algunos años antes de regresar a Somalia.

La segunda vez, en 2008, cuando la guerra estalló en Kismayo –su ciudad natal– y Amina perdió otros dos hijos cuando que los milicianos los secuestraron. Explicó a WRW que su pueblo ha sido perseguido durante mucho tiempo por los clanes más grandes.

We’re very poor — we fish for a living — but the majority clans have better jobs. They've treated us like slaves.

Somos muy pobres -nosotros pescamos para vivir-, pero los clanes mayoritarios tienen mejores trabajos. Nos han tratado como esclavos.

Amina consiguió un pasaje seguro a Inglaterra a través de un agente que, al llegar a Londres, la abandonó en un supermercado. Se encontró sola en una ciudad completamente extraña, sin poder comunicarse en inglés.

Aunque Amina pudo solicitar asilo al día siguiente, tuvo que esperar diez años para que se le concediera condición de refugiada; sin embargo, el sitio web oficial del Ministerio del Interior, el departamento del Reino Unido que se ocupa de los solicitantes de asilo, afirma que la espera es de solo seis meses.

Junto con otras dificultades que tuvo que soportar,  como aislamiento, dependencia de organizaciones benéficas para la alimentación y el alojamiento, y cambio de albergue a albergue, Amina desarrolló una depresión.

In Somalia, I had family. I was sharing the pain. There were a lot of us suffering, speaking the same language. But here I couldn’t share it with anybody. The pain became so much more. In my country, I feared the war. But here I feared the Home Office. I have been tortured every day.

En Somalia, tenía familia. Compartía el dolor. Éramos muchos los que sufríamos y hablábamos el mismo idioma. Pero aquí no podía compartirlo con nadie. El dolor se convirtió en mucho más. En mi país, temía la guerra. Pero aquí temía al Ministerio del Interior. Me han torturado todos los días.

Jemima lleva aún más tiempo viviendo en el Reino Unido: 19 años. En Uganda, Jemima fue torturada y violada mientras estaba en prisión. ¿Su supuesto delito? Ser lesbiana en un país donde la homosexualidad es ilegal.

En lugar de casarse con el hombre que su tutor le había conseguido, Jemima fue enviada al Reino Unido. No sabía que tenía derecho a solicitar asilo ni cómo funcionaba el sistema. Después de hacer trabajos de limpieza durante años, los funcionarios de inmigración llegaron un día y la llevaron a un centro de expulsión.

Mientras estaba detenida, todos los traumas que vivió en Uganda volvieron a su mente, e influyeron en lo que decidió contar a las autoridades. Por miedo, mintió sobre su orientación sexual.

Tras ser liberada, la llevaron a un centro de inmigrantes en Londres, donde finalmente reveló su orientación y salió con una voluntaria gay. Entonces recibió el apoyo del grupo Rainbow Sisters para refugiados LGBT.

I’m a gay woman, but all my life I’ve been lying. No matter if they deport me. I’ve found my people … my family. It’s a type of joy.

Soy gay, pero toda mi vida he estado mintiendo. No importa si me deportan. He encontrado a mi gente… mi familia. Es una alegría.

A pesar de haber presentado una nueva solicitud de asilo, Jemima se encuentra en la indigencia. Aunque dijo a WRW que se siente más segura en el Reino Unido, no se siente libre porque no tiene condición legal reconocido ni ingresos fiables.

I’d love to work. Pay for my own house. Sit on my own toilet. You know how happy I would be to have my own toilet? That is my dream.

Me gustaría trabajar. Pagar mi propia casa. Sentarme en mi propio baño. ¿Sabes lo feliz que sería si tuviera mi propio inodoro? Ese es mi sueño.

Discriminación de las solicitantes de asilo en el Reino Unido

Trágicamente, las historias de Amina y Jemima no son raras: esta es la realidad de cientos de refugiadas en el Reino Unido. Aunque el Reino Unido tiene uno de los niveles de vida más altos del mundo, los recursos económicos y las garantías legales son escasos para los más vulnerables.

Tras más de 40 años de trabajo en el Reino Unido, el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) ha enumerado los numerosos retos a los que se enfrentan los solicitantes de asilo en el país, a partir de un sistema de determinación de asilo injusto. Esto se debe a que el enfoque del Ministerio del Interior se basa en no creerle a la gente ya que «siempre piensan que los refugiados mienten». Dijeron:

The UK is a hostile environment for asylum seekers. That’s not an accident. Home Office policies deliberately set out to frustrate asylum seekers so that they leave the United Kingdom.

El Reino Unido es un entorno hostil para los solicitantes de asilo. Eso no es por accidente. Las políticas del Ministerio del Interior se proponen deliberadamente frustrar a los solicitantes de asilo para que abandonen el Reino Unido.

El JRS añadió que algunos trabajadores del Ministerio del Interior no están suficientemente formados para tratar los casos de asilo y toman decisiones sesgadas ignorando información esencial. Por ejemplo, un refugiado gay iba a ser deportado a Camerún, país que no tolera la homosexualidad.

Aunque trabajar permitiría a los solicitantes de asilo satisfacer sus necesidades básicas y mejorar su salud mental, no está permitido y acaban excluidos económicamente. El acceso a los derechos básicos es muy limitado –incluida la asistencia sanitaria y la educación–, ya sea porque los solicitantes de asilo tienen vedado el acceso al sistema o no pueden pagarlo. Además, a los solicitantes de asilo los pueden detener durante largos períodos.

El JRS ha advertido que todos estos obstáculos pueden afectar gravemente la salud física y mental de los refugiados, incluso después de que se les haya concedido condición de refugiado. Cuanto más largo sea el proceso, mayor impacto tendrá.

Las estadísticas de la Cámara de los Comunes, a junio de 2021, determinaban que más del 30 % de los solicitantes de asilo eran expulsados, algunos, tras un retraso de cinco años. Esta cifra representa a cientos de solicitantes de asilo que corren el riesgo de vivir en la calle, expuestos a la pobreza, el tráfico y la explotación.

Para empeorar las cosas, desde abril de este año, el Ministerio del Interior reanudó el desalojo de solicitantes de asilo «con efecto inmediato» tras breve moratoria por el COVID-19. Aunque el Gobierno ha declarado su intención de tratar a los refugiados de forma justa, sus políticas no lo reflejan. En mayo de 2021, la Cámara británica revisó sus sistemas de inmigración y puso en marcha el Nuevo Plan para la Inmigración, que probablemente empeore una situación ya precaria. El nuevo plan permitiría al Gobierno enviar a los solicitantes de asilo fuera del país mientras se revisan sus casos, prohibirles a los refugiados el acceso a los servicios públicos y dificultar aún más la solicitud de asilo en el Reino Unido.

Muchos grupos de derechos humanos han criticado este plan y han dicho que viola la convención de refugiados de 1951. Rossella Pagliuchi-Lor, del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (UNHRC), dijo en un comunicado de prensa:

This Bill would undermine, not promote, the Government’s stated goal of improving  protection for those at risk of persecution. It seems to be aimed at deterring refugees, but  there’s no evidence that would be the result.

Este proyecto de ley socavaría, no promovería, el objetivo declarado del Gobierno de mejorar la protección de las personas en riesgo de persecución. Parece que pretende disuadir a los refugiados, pero no hay pruebas de que ese sea el resultado.

La primera causa de suicidio es la depresión no tratada. La depresión se puede tratar y el suicidio se puede prevenir. Puedes obtener ayuda en las líneas confidenciales de apoyo a los suicidas y a las personas en crisis emocional. Visita Befrienders.org para encontrar una línea de ayuda para la prevención del suicidio en tu país.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.