Nasip Kısmet es un término que usan los turcos para describir la idea de que «lo que está destinado a suceder, sucederá», o «el destino». Este es el término que un grupo de músicos turco-húngaros de Budapest eligió para su banda, que refleja el vínculo entre las dos culturas. Qué suerte tienen de tocar canciones folclóricas turcas en clave de jazz-rock en Hungría, sobre todo a la luz de los últimos acontecimientos: las reformas de la Organización de Estados Turcos por un lado y el discurso político de derechas del primer ministro húngaro, Victor Orbán, por otro.
Arif Erdem Ocak, fundador y solista de Nasip Kısmet, que vive en Hungría desde 2010 y toca música turca ahí desde 2015, respondió a mi pregunta sobre si enfrentaba maltratos por su origen turco:
It is a tough question, of course, it is seen and felt, a lot of stereotypes, especially regarding the Kebab shops, although there are not that many Turkish people, as in western Europe… The mistreatment and racist attitude could be felt, but I cannot blame the whole nation, because this kind of attitude is all over the world, and I don’t want to blame the whole nation, just because of a couple of intolerant people.
Es una pregunta difícil, por supuesto, se ve y se siente, muchos estereotipos, especialmente en lo que se refiere a las tiendas de Kebab, aunque no hay tantos turcos, como en Europa Occidental… El maltrato y la actitud racista se pueden sentir, pero no puedo culpar a todo el país, porque estas actitudes están en todo el mundo, y no quiero culpar a todo el país solo por algunos intolerantes.
Las palabras de Arif fueron confirmadas por uno de los oyentes húngaros en un concierto de Nasip Kısmet. Uno de ellos, historiador de formación, dijo que existía una actitud de desprecio hacia los turcos, a los que algunos consideran ciudadanos «de segunda mano, de segundo nivel», o «solo fabricantes de kebab», resultado de una especie de simbiosis de la historia del periodo otomano y la propaganda antiislámica.
Los lazos entre ambos países son centenarios. Hay monumentos de la herencia del periodo otomano, como la famosa tumba de Gul Baba en Budapest, o minaretes en diferentes ciudades húngaras, como Eger, Érd, o la mezquita de Yakovalı Hasan Paşa. En la actualidad, los países cooperan, en el ámbito económico, y también en el campo de la cultura, y a través de instituciones de «poder blando» mutuo, por ejemplo, el Instituto de Cultura Húngaro en Estambul, que funciona desde 2014, y el Instituto Yunus Emre en Budapest (2013). Esto también puede verse en museos y exposiciones, y en nombres, como la plaza llamada «Yunus Emre, en honor al poeta y místico sufí turco del siglo XIII.
En 2018, el embajador turco en Budapest, Ahmet Okif Aktay, llegó a decir que las relaciones turco-húngaras estaban «en una época dorada«, a pesar de la retórica populista del primer ministro húngaro, Víctor Orbán, ampliamente conocido por su visión de extrema derecha, y por el populismo cristiano, antiinmigrante y antimusulmán del país. Sin embargo, la retórica antiotomana de Orbán no es tan simple, ya que también ha iniciado la llamada «higienización» de la herencia otomana en Hungría.
Relaciones húngaro-turcas
En comparación con muchos otros Estados de la Unión Europea, especialmente de Europa Central y del Este, Hungría y los países balcánicos tienen vínculos históricos y culturales más profundos con Turquía (incluida Turquía otomana) y también con las naciones túrquicas.
Aunque, según los datos científicos, los húngaros no tienen ningún parentesco con los pueblos túrquicos, el concepto de turanismo húngaro fue popular desde el siglo XIX hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, lo que hizo surgir la idea de alguna superioridad sobre las demás naciones. Algunos siguen creyendo en las raíces genéticas comunes de húngaros y turcos o las usan como motivo para estrechar las relaciones entre los países.
La cercanía específica de los húngaros con el pueblo turco o incluso con el mundo turco se mantiene. Desde 2010 se celebra en Hungría una fiesta popular, el lGran Kurultáj, que promueve el patrimonio común de los pueblos nómadas de la mayor parte de Asia Central.
Hungría es observadora en la Organización de Estados Turcos (antiguo «Consejo Turco», fundado en 2009) desde 2018, como único país no turco y europeo, y participa activamente en las reuniones. En 2019, se abrió una oficina de representación en Budapest.
Sin embargo, Hungría posee las relaciones más estrechas de todos los estados turcos con Turquía. Desde el siglo XVI y la Batalla de Mohacs en 1526. Luego, la victoria del Imperio Otomano sobre el Reino de Hungría condujo a la partición de Hungría, la creación de la Hungría Otomana, influyendo en la historia, creando los legados culturales y arquitectónicos, y por otra parte, la retórica específica anti-otomana, que sigue siendo relevante después de medio milenio.
Resulta sorprendente que con una historia tan común y lazos culturales y económico-políticos tan fuertes no haya tantos turcos en Hungría. Ni siquiera están incluidos entre las minorías nacionales, entre las que se encuentran representantes de los Balcanes y de los países vecinos, así como gitanos, y turcos tampoco constituyen una gran parte de los inmigrantes, que proceden de Ucrania (15,41%), Rumanía (11 %), Alemania (9,14 %) y Eslovaquia (5,2 %). En 2019, algo más de 3200 turcos vivían en Hungría, casi mil más que en 2016.
¿Cuál es la actitud de los húngaros hacia los turcos? Sumado a la propaganda política, el sentir antiislámico ha aumentado por la crisis de los refugiados en 2015 y años posteriores.
La actitud escéptica de las autoridades hacia los solicitantes de asilo, especialmente los procedentes de países de mayoría musulmana, continúa, aunque la actitud de los húngaros hacia los turcos no es unívoca.
Aunque algunos húngaros siguen las canales principales con ese discurso particular, las opiniones xenofóbicas no están muy extendidas entre la nación en general.
Sin embargo, las personas que entrevisté coincidieron en que los lazos culturales siguen siendo fuertes, por ejemplo, la chef húngara Agnes Toth presenta la cocina turca al mundo, y alaba la rica cultura culinaria de Turquía.
O el ejemplo del músico académico húngaro Dániel Mester de Nasim Kısmet, que vivió y trabajó en Ámsterdam durante ocho años, y que también integró la banda del cantante turco-holandés Karsu Dönmez y de un trío Rast en Países Bajos.
Cuando le pregunté si notaba una actitud racista, me contestó:
As a Hungarian, I haven’t seen that. Maybe because Turkish music is not so common in Hungary compared to the Netherlands for instance, it is still counted as exotic music, so music-lovers are super positive about that, they refer to Turkish music as snake-charmer or belly-dance music
Como húngaro, no he visto eso. Tal vez porque la música turca no es tan común en Hungría en comparación con Países Bajos, por ejemplo, todavía se cuenta como música exótica, por lo que los melómanos son muy positivos al respecto, se refieren a la música turca como música de encantador de serpientes o de danza del vientre
¿La música turca es solo «exótica» para un húngaro, o hay más elementos comunes?
Hice esta pregunta a Ocak y Mester, y ambos recordaron al famoso compositor y etnomusicólogo húngaro Béla Bartók, que recopiló e hizo estudios analíticos de la música folclórica turca en la década de 1930. Mester añadió:
Common elements have been discovered in musical research carried out by Bartók, but also by János Sipos. But that refers to a small segment of Turkish and Hungarian folk music (If I am correct, vocal folk music, namely laments). Still, it feels like a new genre for me. The ornaments and the intonation are the biggest challenges for me.
Se han descubierto elementos comunes en las investigaciones musicales de Bartók, pero también de János Sipos. Pero eso se refiere a un pequeño segmento de la música folclórica turca y húngara (si no me equivoco, música folclórica vocal, concretamente lamentos). Aun así, me parece un género nuevo. Los ornamentos y la entonación son los mayores retos para mí.
Aunque confirma las similitudes en los motivos de la música folclórica húngara y turca, Ocak menciona los diferentes enfoques de los húngaros que interpretan música turca:
The band consists of musicians with academic musical education, most of them are of Hungarian origin, except me and my sister, who is also singing. I love to play with Hungarian musicians because they bring a new flavor, a new interpretation, or an approach to Turkish music…
La banda está integrada por músicos con formación musical académica, la mayoría son de origen húngaro, excepto yo y mi hermana, que también canta. Me encanta tocar con músicos húngaros porque aportan un nuevo sabor, una nueva interpretación o un enfoque de la música turca…
¿Cuál de sus canciones es la más popular entre el amplio espectro de oyentes de Nasip Kismet? Los músicos no se ponen de acuerdo, y Ocak dice la canción de Barış Manço «Hal-hal», mientras que Mester ve una reacción repentina cuando empiezan a tocar «Büklüm Büklüm».
Nasip Kısmet significa destino o fortuna, una frase que dice que no puedes controlar lo que ocurre y que aceptarás lo que venga, sea bueno o malo. Tiene un profundo significado y filosofía. Y si su objetivo era interconectar la cultura húngara y turca, entonces ha cobrado vida y la ha enriquecido.