Pulsa para parar: Botones contra el acoso en los autobuses de Uzbekistán

Botón de parada en un autobús. Crédito de la imagen: Patrick Wuske en Flickr. (CC BY-NC 2.0).

La iniciativa de una ONG de derechos de la mujer en Uzbekistán pretende frenar el acoso contra las mujeres en el transporte público, en un esfuerzo por sensibilizar durante una campaña de Naciones Unidas contra la violencia.

Ahora hay un botón de alarma especial en los autobuses de la capital, Taskent, que notifica al conductor de una potencial mala conducta en el vehículo. Tras ser alertado, el conductor llamará a las fuerzas de seguridad para que investiguen el incidente.

La campaña se inició el 25 de noviembre, el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, como parte de las iniciativas de los 16 días de activismo de Naciones Unidas, que intenta crear conciencia con respecto a la violencia de género.

Activistas de la ONG Sarpa y otras organizaciones llegaron a un acuerdo con la compañía local de autobuses Toshshahartransxizmat para instalar los botones y dar material para promocionar la iniciativa.

Aparecerán botones de pánico en los autobuses de Taskent. En cuanto el conductor sepa del acoso, deberá llamar a la Policía.
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A partir del 25 de noviembre, aparecerán botones de alarma e información en los autobuses de Taskent; al recibir una señal de acoso, el conductor deberá llamar a las fuerzas de seguridad. La campaña es iniciativa de activistas y con Tashshahartranskhizmat JSC y empieza con la campaña 16 Días contra la Violencia.

Al mismo tiempo, no existe un norma que sancione específicamente por acoso. Y aunque no existe un enfoque integral para resolver estos problemas, todavía existen dudas sobre cómo funcionará.

❕Una de casa cinco mujeres entrevistadas dentro de la campaña no cree que el infractor vaya a ser castigado y por tanto no busca ayuda. ¿Ayudará la campaña si el Estado mantiene esto, sin contar el acoso como un delito separado?

❕ ¿Funcionarán los botones? Después de todo, los autobuses ya tienen botones de PARADA para una parada de emergencia, que nunca se usan.

❕ ¿Dónde y cómo se llamará a los policías para detener el autobús? Una víctima de acoso a menudo tiene miedo de ser detectada y causar «molestias» a otros pasajeros.

❕¿Cómo se iniciarán los casos administrativos y penales? ¿Cómo se recopilarán las pruebas?

Mientras el acoso no se considere un delito, todavía nos sentiremos desprotegidas por la ley. Y luego puede que no haya suficientes recursos para llegar al botón.

Cabe destacar que los acosadores tan solo enfrentarían una potencial multa por «insultar», dado que el sistema legal de Uzbekistán no reconoce el acoso como un acto que merezca castigo.

Varios activistas de Sarpa dijeron en una publicación de Instagram que el vacío legal sigue siendo un problema.

Will the buttons even work? After all, buses already have buttons for an emergency stop, which are never used. As long as harassment is not considered a crime, we will feel unprotected by the law. And still, there may not be enough resources to even reach the button.

¿Funcionaran acaso los botones? Después de todo, los autobuses ya cuentan con botones para una parada de emergencia, que nunca se utilizan. Mientras el acoso no se considere un delito, nos sentiremos desprotegidos por la ley. Y además, puede no haber suficientes recursos para alcanzar siquiera el botón.

Los activistas se han unido en torno a la llamada campaña Frotterizm, (del francés, frotter, «frotar», que en la jerga popular hace referencia al acoso en el transporte público). La campaña se estableció con apoyo de Mashav, agencia de cooperación del Gobierno de Israel, a través de la embajada israelí en Taskent.

En las encuestas de sensibilización sobre acoso y violencia de género, sobre un 20 % de los encuestados dijeron no creer que los acosadores fuesen a ser castigados, lo cual es frustrante y los desalienta al pedir ayuda. Los activistas esperan en que la campaña ayude a sensibilizar, y mueva al Gobierno a actuar.

Las reacciones en línea ante la noticia fueron diversas. En comentarios de la publicación de Instagram, un usuario deseaba que estos botones tuviesen más presencia: «Ojalá [estos botones] estuviesen también en el metro».

Otros usuarios propusieron una segregación de sexos en el transporte público como solución: «El acoso en este país se terminará únicamente cuando haya autobuses y vagones de metro separados para las mujeres». «Necesitamos sitios separados para mujeres, como en Dubái».

Sin embargo, el mayor miedo entre los comentaristas de las redes sociales es que haga un mal uso del botón, lo que haría que pierda su gran importancia.

En la capital de Uzbekistán, el problema del acoso en el transporte público es real. Alrededor de un 60 % de quienes respondieron a una encuesta dijeron haber sido víctimas de acoso en autobuses o metro. Es importante destacar que el problema afecta tanto a hombres como a mujeres.

En la encuesta, los activistas preguntaron si los encuestados conocían medidas para evitar o contrarrestar el acoso, pero alrededor de un 93 % contestaron que no.

Las leyes para la prevención del acoso y la violencia de género en Uzbekistán son pocas y mayormente ineficaces. Las tradiciones culturales y sociales suelen señalar a la víctima en casos de violencia domésticaagresión.

La campaña Frotterizm podría ayudar a dar a conocer el problema, pero es deber del Gobierno y la sociedad en conjunto estigmatizar y contrarrestar de forma efectiva el acoso y la violencia.

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