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Vidas de papel: Recolectores de basuras informales de Turquía enfrentan deportaciones, detenciones y redadas nocturnas

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Medio Oriente y Norte de África, Afganistán, Turquía, Ambiente, Derecho, Economía y negocios, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Política, Refugiados, Salud, Trabajo

Contenedor lleno de basura. Imagen from Pixabay [1]. Licencia Pixabay [2].

En octubre, la Policía de Estambul llevó a cabo redadas en decenas de depósitos de recojo de residuos, supuestamente para hacer frente a posibles [3] riesgos para la salud, problemas de seguridad pública y para evitar dar empleo de migrantes no registrados. Unos 200 trabajadores fueron detenidos [3] en redadas que tuvieron lugar en 49 lugares [3] de Estambul. Según los informes, las excavadoras demolieron los depósitos y se detuvo [3] al menos tres trabajadores. Además, la Policía incautó cientos de carretas manuales que los trabajadores habían estado utilizando para recoger residuos reciclables. En septiembre [4] se llevaron a cabo redadas similares, en las que la Policía allanó unos cien depósitos e incautado 650 carretas manuales e inició acciones administrativas contra 286 recolectores de basura, entre quienes se encontraban 145 inmigrantes afganos. La última redada dejó sin empleo a cientos [5] de recolectores y es probable que muchos inmigrantes enfrenten la deportación [5].

Esas redadas ya se han producido antes [6], pero las detenciones de septiembre y octubre parecen formar parte de una agresiva campaña contra los recolectores de residuos y materiales reciclables. El gobernador de Estambul, Ali Yerlikaya, emitió un comunicado [7] en agosto en el que afirmaba que «las actividades de recojo y separación de residuos no autorizadas y sin licencia en la ciudad conducen al empleo en condiciones no registradas e insalubres, especialmente a problemas ambientales y de salud pública, y causan daños públicos y beneficios injustos».

Sin embargo, Mahmut Aytar, licenciado en biología que también recoge residuos, no está de acuerdo, y emitió [8] una declaración en septiembre en nombre de los recolectores de residuos tras las redadas.

Thanks to the workers, garbage trucks don’t have to make 2-3 rounds a day, but instead collect the trash once. Isn’t what we do a community service? The plastic, and papers we gather do not affect the environment. On the contrary, it helps the environment.

Please know, the only thing that is dirty are our hands. While our hearts are cleaner than everyone else. Our poverty is in our pockets, while our hearts are rich enough to share bread with immigrants, the Roma, the Kurd and the Turk.

Gracias a esos trabajadores, los camiones de basura no tienes que hacer 2 o 3 rondas al día, sino que recogen toda la basura de una vez. ¿No es lo que hacemos un servicio a la comunidad? El plástico y los papeles que recogemos no afectan al medio ambiente. Por el contrario, lo ayudan.

Tengan presente que lo único que está sucio son nuestras manos, mientras que nuestros corazones están más limpios que los demás. Nuestra pobreza está en nuestros bolsillos, mientras que nuestros corazones son lo suficientemente ricos como para compartir el pan con inmigrantes, los gitanos, los kurdos y los turcos.

La gobernación de Estambul dijo que la campaña pretendía frenar el empleo de inmigrantes sin documentos. Durante las redadas de septiembre, se detuvo a unos 140 inmigrantes afganos sin documentos y se les envió [9] a un centro de detención en Tuzla [10], donde los inmigrantes son retenidos hasta que son deportados. Según [11] Gazete Duvar, plataforma de noticias en línea, «hasta la década de 2010, los recicladores constituían en su mayoría migrantes kurdos y miembros de la población romaní. Sin embargo, ahora su presencia en el sector la están sustituyendo gradualmente inmigrantes afganos».

Sin embargo, hay quienes sostienen [11] que el aumento de recolectores de residuos es responsabilidad de los dirigentes del país, ya que cada vez más personas caen en este sector por el elevado desempleo y a las escasas perspectivas de refugiados e inmigrantes. Ali Mendillioğlu, exrecolector de basura que era redactor jefe de Katık, revista publicada por los propios recolectores, dijo que este trabajo es a menudo el último recurso y una cuestión de supervivencia. Dijo [11] recientemente a Gazete Duvar «mientras el desempleo y la falta de trabajo legal para los refugiados sigan siendo una herida sangrante en Turquía, el sistema funcionará como está».

Trabajador rebuscando en la basura, llenando el carro de mano. Captura de pantalla del video de la BBC Turquía [12].

Pocas protecciones o regulaciones

Los recicladores humanos [13], que recorren las calles de las ciudades turcas con sus carritos repletos de papel, plástico y cartón, son prácticamente ignorados hasta que salen en las noticias [14], como ocurrió en octubre y septiembre. No hay datos estadísticos que indiquen cuántas personas trabajan de esto en Turquía. Sin embargo, algunos estiman que hay al menos 50 0 000 personas [11] en este rubro. Son una visión común en las calles del país, donde el reciclaje de residuos municipales es lamentablemente insuficiente [15]; entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es el que tiene la tasa de reciclaje más baja [16], con un 12 %.

Ninguna legislación nacional reconoce la profesión [6] de recolector de papel o residuos. Aunque ellos se ven [5] como parte de la solución para ayudar a Turquía a alcanzar sus objetivos ambientales, al ser considerados parte del mercado laboral informal del país, no existe ninguna normativa que proteja a los trabajadores, lo que conlleva duras condiciones laborales. En una entrevista [11] con Gazete Duvar, Dinçer Mendillioğlu, presidente de la Asociación de Trabajadores del Reciclaje, explica que las empresas intermediarias y las industrias que compran residuos a los recolectores «no pagan casi nada» y «obtienen beneficios».

Normalmente, las carretillas que utilizan estos trabajadores para recoger los residuos pertenecen al depósito que los emplea. Según el periódico turco Cumhuriyet, solo en Estambul hay unos 1350 depósitos [17].

Trabajadores clasifican la basura recogida en uno de los depósitos. Captura de pantalla de un reportaje de DW Turkish [18].

Cada vez que se devuelve un carrito al depósito, se pesa su contenido y se le paga al recolector. El ingreso promedio diario oscila entre [19] 60 y cien liras turcas (unos 6-10 dólares). El carrito pesa [7] 30 kg cuando está vacío y 150 kg cuando está lleno. En una entrevista con la BBC Turquía, Ahmet Aytar y Mesut Ayatar, recolectores, dijeron [19] que caminan un promedio de 40 km al día y hacen tres rondas diarias.

En marzo de 2021, Netflix emitió la película «Vidas de papel», que arrojaba [20] luz sobre la vida de los recolectores de residuos. El original de Netflix ofrecía «un retrato realista del trabajo y las vidas de los recicladores de la ciudad, que proceden de todos los ámbitos de la vida: hombres jóvenes y mayores, niños, mujeres y extranjeros de África Occidental, Pakistán, Afganistán, Siria y otros lugares», escribió [20] Paul Benjamin Osterlund, periodista afincado en Turquía .

El apoyo de la primera dama

Emine Erdoğan, la primera dama de Turquía, utilizó Twitter para expresar su apoyo a estos trabajadores, los describió como parte del «Proyecto Cero Residuos» [21] que ayudó a establecer con el Ministerio de Ambiente y Urbanización en 2017.

Los recolectores de residuos son el héroe secreto del movimiento de Residuos Cero. Estamos dando los residuos que hemos estado analizando en nuestra sede del ministerio a nuestros hermanos recolectores de residuos con licencia. Reciclan y contribuyen a nuestra economía. Apoyan nuestra naturaleza.

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Nuestros trabajadores que recogen residuos forman parte del proyecto Cero Residuos. Felicito el enfoque cooperativo de nuestro Ministerio de Medio Ambiente y Urbanismo y espero que sean un ejemplo para todas las demás organizaciones.

Sin embargo, algunos dicen que la repentina represión de los recolectores de residuos es un resultado directo del proyecto de la primera dama. En una entrevista con la plataforma en línea Diken, Ali Mendillioğlu dijo [6] que poco después de que la primera dama comenzara a hablar de su «Proyecto Cero Residuos», se iniciaron las obras de dos instalaciones de reciclaje separadas en Estambul. «Esto indica que la reciente represión de los recolectores de residuos es una cuestión de beneficios. Se trata de inversiones millonarias». En su declaración tras las redadas, la gobernación de Estambul dijo que éstas se llevaron a cabo para evitar «tener ingresos ilegales, robar la basura de Estambul, emplear trabajadores inmigrantes ilegales y crear problemas de seguridad2.

Los hermanos Mesut y Ahmet Aytar hablan con la BBC Turquía. Captura de pantalla del reportaje de la BBC Turquía.

Para cumplir con los requisitos de adhesión a la Unión Europea, Turquía tuvo que seguir la Directiva de Naciones Unidas sobre residuos de envases [25]. Por lo tanto, en 2004 Turquía estableció normativas legales [26] adicionales en torno a sus sistemas de residuos, como la Ley [26] de Envases y Control de Residuos de Envases. Sin embargo, en las 17 versiones de esta ley, los recolectores de residuos no han sido considerados ni una sola vez en las enmiendas. En una entrevista con la BBC Turquía, Mendillioğlu dijo «Nadie tuvo en cuenta que no en cualquier Estado miembro de la Unión Europea, hay cientos de miles de personas que se ganan la vida con la basura y los residuos. Esto es algo único en Turquía. Los responsables de tomar decisiones en su momento, hasta el día de hoy, pretenden que esta realidad no existe y siguen ejecutando proyectos sin tener en cuenta a estas personas».

Mientras Turquía enfrenta [27] su futuro ambiental, muchos recolectores de residuos se preguntan cómo encajarán en este nuevo panorama. Mahmut Aytar afirma [8] que «se pasa por alto el hecho que la mayoría de los trabajadores son ciudadanos de este país. Hacemos este trabajo, que es el único que podemos hacer, con dignidad, sin robar ni mendigar».