Gobierno mozambiqueño reacciona al conflicto e impone sus propias narrativas digitales

Puente fronterizo de Cabo Delgado, norte de Mozambique, 4 de agosto de 2009. Foto by F. Mira( CC BY-SA 2.0).

Desde octubre de 2017, Mozambique ha tenido un conflicto armado en la provincia de Cabo Delgado al  norte del país. Se han ofrecido varias explicaciones sobre las causas del conflicto, pero la mayoría no están verificadas. A pesar de las afirmaciones de que el Estado Islámico está detrás de los ataques y que pretende ocupar las zonas de producción de gas e Mozambique, no se han identificado ni los autores ni los orígenes de la violencia. La falta de información genera un contexto que lleva a violencia continuada porque nadie se hace responsable.

Ciertamente, la falta de información sigue siendo una gran dificultad en el conflicto de Mozambique. El Gobierno, los medios y la sociedad civil se culpan entre sí por el silencio, y sostienen que no hay información. La sociedad civil ha acusado a la rama ejecutiva del Gobierno de no lograr proteger a los medios, mientras el Gobierno medios ha calificado a los medios de portadores de noticias falsas.

Como resultado, activistas y defensores de derechos humanos indicaron una campaña en 2018 para dar a conocer sobre el conflicto, denunciar abusos de derechos humanos con etiquetas y publicaciones breves en medios sociales para destacar la crisis humanitaria.

Las violaciones se hacen en silencio

El derecho a la información se ha visto violado durante el actual conflicto que resultó en un gran silencio, Se ha arrestado a periodistas –y algunos han desaparecido— por su trabajo, como Ibraimo Mbaruco que desapareció desde inicios de 2020. Antes de su desaparición, había advertido a través de fuentes familiares que lo habían interrogado la Policía y el Ejército. En febrero de 2021, el periodista británico Tom Bowker, que había estado informando sobre un insurgencia en el norte de Mozambique, fue expulsado del país y tiene prohibido regresar durante diez años.

La ofician de Mozambique de Instituto de Medios de Comunicación de África del Sur (MISA), organización que defiende la libertad de prensa, criticó la expulsión de Tom Bowker:

Correcto, ¡es es todo, entonces! Expulsado de Mozambique e impedido de entrar por diez años. Una decisión con motivación política, sin base legal. Gracias a todos quienes nos ayudaron a combatirla, y que les fue muy bien los últimos seis años.

De manera similar, la activista Cidia Chissungo se reunió con el Movimiento Activista Mozambiqueño, de la sociedad civil, e inició en Twitter la campaña Hands for Justice (Manos para la Justicia):

¿Estás aquí?
¿Puedes ayudarme con esta campaña?
Solamente debes escribir en algún lugar #FreeAmade [Liberen a Amade] y difúndelo. Presidente Filipe Nyusi, todos tienen el derecho de saber todo lo que está pasando en el norte del país porque Cabo Delgado es también Mozambique.
Pidamos juntos JUSTICIA.

Y las violaciones no se concentran únicamente en Cabo Delgado. En abril de 2021, la Policía detuvo brevemente a Hizidine Acha, periodista del mayor grupo de medios privados de Mozambique, SOICO, y lo obligaron a borrar las imágenes de su teléfono y su cámara en las que supuestamente aparecían policías golpeando a la gente.

Situación deteriorada a nivel nacional

Estos ataques a periodistas representan un aumento de violaciones al derecho a la información in Mozambique. Desde 2015, el país ha descendido 19 lugares en el Índice de Libertad e Prensa de Reporteros sin Fronteras (RSF). Y las violaciones no se concentran únicamente en Cabo Delgado.

El 8 de diciembre, Mozambique pasó de “obstruido” a “reprimido” en un nuevo informe de CIVICUS Monitor, colaboración de investigación que califica y rastrea los derechos fundamentales a nivel mundial. Según el informe, la disminución surge de la reducción de restricciones a la libertad de expresión y un ambiente degradado para los defensores de derechos humanos y la libertad civil. Los ataques físicos, la intimidación y ele acoso a periodistas y activistas han aumentado en el país.

Pero Cabo Delgado sigue siendo la región más preocupante. En octubre de 2021, Human Rights Watch denunció la falta de acceso a la información durante el conflicto en Mozambique, y dijo:

International media groups continue to report unnecessary restrictions in getting permission from state institutions to access districts in northern Cabo Delgado, and local journalists continue to suffer harassment and intimidation from government security forces. We urge the Mozambican government to stop silencing the media in Cabo Delgado, and immediately allow public scrutiny of the military operations in the province.

Los grupos de medios internacionales siguen denunciando restricciones innecesarias para obtener el permiso de las instituciones estatales para acceder a los distritos del norte de Cabo Delgado, y los periodistas locales siguen sufriendo acoso e intimidación de las fuerzas de seguridad gubernamentales. Instamos al Gobierno mozambiqueño a que deje de silenciar a los medios en Cabo Delgado y permita inmediatamente el escrutinio público de las operaciones militares en la provincia.

La ciberreacción del Gobierno

El acceso a internet es complicado para muchos mozambiqueños. Solo siete millones (21 %) de personas de la población total de 31 millones usa internet. Hay tres millones de usuarios en redes sociales, lo que representa una penetración del 9,5 %.

Sin embargo, internet se usa con frecuencia para servicios como banca y dinero móvil. A pesar de su importancia para los mozambiqueños comunes y corrientes, estos servicios móviles han sido blanco de represalias gubernamentales. Por ejemplo, se les acusa de ser fuentes de financiación del terrorismo en Cabo Delgado.

En noviembre de 2020, el presidente de Mozambique, Filipe Nyusi desafió a las Fuerzas Armadas (FADM) para restablecer la normalidad en las zonas del país afectadas por el conflicto. Cabe destacar que atacó el uso de las redes sociales para difundir desinformación en Cabo Delgado.

“Lamentamos la creciente tendencia hacia la desinformación y los intentos de manipular la opinión pública con hechos inventados, que luego se publicitan en las plataformas que dan las redes sociales”, Nyusi dijo en un video de YouTube.

Después del pronunciamiento de Nyusi, la Oficina de Información del Estado creó una plataforma llamada Credível (Creíble) para dar seguimiento la publicación en línea de información. La oficina dijo que la plataforma de verificación tiene como objetivo garantizar la autenticidad de los contenidos difundidos por la prensa o en las redes sociales.

El acceso a la plataforma es gratuito y los ciudadanos pueden difundir contenido en esta página y esperar rápidamente una respuesta de quien creó la información que confirme su veracidad. Sin embargo, hasta ahora el funcionamiento interno de Credível sigue siendo secreto.

Captura de pantalla de la plataforma «Creíble». Tomada por el autor en diciembre de 2021. Ilustra publicaciones de noticias con sellos de ‘verdad’ o ‘mentira’ que demuestran cómo el Gobierno maneja su propia narrativa.

Es importante señalar que la advertencia de Nyusi contra la propaganda engañosa en línea se produce aproximadamente dos semanas después del lanzamiento de un nuevo sitio web del partido gobernante Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) llamado Frelimo 1962. Este sitio fue establecido por Defesa MZ, la misma organización que en 2020 creó un sitio web denominado Noticias de Defensa, que publica noticias sobre la guerra en Cabo Delgado, junto con declaraciones oficiales de los ministerios del Interior y de Defensa de Mozambique.

El Gobierno promueve estas dos plataformas, pero también las usa para difundir la propia narrativa del Gobierno sobre el conflicto, incluso mientras sigue usando y criticando otras redes sociales.

Los críticos responden

En respuesta a las declaraciones del presidente, MISA Moçambique, organización regional de la sociedad civil que trabaja en la protección y defensa de la información dijo que temía que las declaraciones pudieran ser interpretadas como una orden para perseguir a todos los medios que ofrezcan puntos de vista no alineados con la narrativa oficial. «Esta orden representa una amenaza para la libertad de prensa», dijo su comunicado, «especialmente en un contexto en el que los periodistas de Cabo Delgado han sido víctimas de persecución, incluidas detenciones arbitrarias y secuestros».

El grupo de la sociedad civil Centro para la Democracia y el Desarrollo (CDD) condenó los ataques relacionados con los medios y aconsejó a los periodistas que continúen cumpliendo con su deber de informar al público. La organización desafía además a los órganos estatales responsables de garantizar la independencia de los medios a que condenen públicamente las amenazas de silenciar a los periodistas por medios extrajudiciales.

Ante la falta de información verificable, los ciudadanos temen una proliferación de desinformación sobre el conflicto, y advierten en las redes sociales:

Armas, munición, vehículos y drones capturados a Estado Islámico en África Centra, en la ofensiva contra Awasse Mocimboa y Siria 1.
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Otro ejemplo de las tonterías del analista político Nuna Rogeiro: ninguna de las fotos es de Awasse, playa Mocimboada ni Cabo Delgado, ¡ni siquiera de Mozambique!

Estas preocupaciones no carecen de fundamento. En 2018, la televisora nacional de Mozambique, Televisão de Moçambique, transmitió un video en el que se atribuía la responsabilidad de los ataques en Cabo Delgado. En la transmisión de TVM, un grupo de hombres asumió la responsabilidad del asesinato de 10 ciudadanos locales en el puesto administrativo de Ulombe (que también se escribe Ulumbi, Olumbe u Olumbi), distrito de Palma.

Las personas en el video se habían cubierto la cara y blandían armas tipo AKM, manifiestan su alegando admiración por Alá. Televisão de Moçambique los presentó como los organizadores del violento ataque. Sin embargo, resultó que el video era falso, a pesar de que circuló en las redes sociales en enero de 2018, según la página de Facebook de Borges Nhamire, investigador del Center for Public Integrity.

La desinformación respaldada por fuentes oficiales, combinada con narrativas impuestas por el Gobierno, ha hecho que la situación en Cabo Delgado niegue a los mozambiqueños su derecho a una información confiable.

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