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En un día se rompió el mito de un Kazajistán estable; inquietud entre países vecinos

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Kazajistán, Censura, Gobernabilidad, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política, Protesta

Captura de pantalla del canal de YouTube [1] France24 mostrando a la policía combatiendo a los manifestantes en Almatý.

En el mapa de Asia Central, Kazajistán ocupa un lugar dominante. No solo es el noveno país más grande del mundo [2], también tiene la reputación regional de tener una sociedad estable y relativamente rica en comparación, con grandes recursos de gas natural y petróleo, así como una población diversa y bien formada.

Y aún así, el 5 de enero, tras manifestaciones causadas por el aumento de precio del combustible que muchos utilizan para sus vehículos, el país prescindió de su Gobierno [3], bloqueó internet [4], e impuso un toque de queda nacional [5]. La gente destruyó u ocupó edificios gubernamentales clave, e incluso el aeropuerto de Almatý [6], la principal entrada al país en la que fuera la capital la mayor ciudad. La noción de ser un país estable estalló [7] en menos de 24 horas.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno de imponer un bloqueo total de flujos de información, hay noticias, incluidos vídeos gráficos de violencia callejera, o enfrentamientos entre la Policía y Ejército y manifestantes, que se han difundido por el país, y el mundo.

Las redes sociales se han convertido en la fuente primaria de información sobre los hechos, dado que los medios estatales no están cubriendo las protestas, y muchos medios privados como Vlast.kz [8] fueron bloqueados a lo largo del día. Servicios de noticias internacionales y publicaciones especializadas como Eurasianet [9] el socio de Global Voices tienen alguna capacidad de informar en Kazajistán, pero continúa la dificultad de verificar la información, incluidas, por ejemplo, historias de policías que se pone de parte de los manifestantes en diversas regiones y ciudades, como informaba el canal de Telegram KazTAG [10].

Los videos difundidos [11] en las redes sociales son a veces difíciles de verificar, pero muestran claramente un colapso parcial del poder del Estado, la ocupación y destrucción parcial de edificios gubernamentales claves y, en general, y más importante, la incapacidad del Gobierno de Kazajistán de reaccionar y mantener un diálogo relevante con los manifestantes.

Las protestas a nivel nacional en Kazajistán son increíblemente inusuales, y aún así las imágenes y noticias de esas manifestaciones y ataques a símbolos del Gobierno vienen ahora de todos los rincones del país, y no se limitan solo al suroeste, donde se iniciaron el 2 de enero.

Si bien las manifestaciones estaban al principio ligadas directamente al aumento del precio del combustible que se usa principalmente para los vehículos del suroeste del país, los lemas tomaron un cariz político con rapidez, y pidieron cambios de liderazgo y el sistema ante la rampante corrupción, y la ausencia de un sistema con presencia de diversos partidos y elecciones justas.

Basándonos en lo que se puede ver y analizar hasta ahora, la protesta parece ser realmente popular, carente de líderes claros. Esta aparente falta de liderazgo sugiere un incierto desenlace para la protesta. El actual régimen político, liderado desde finales de la década de 1980, en los últimos días de la Unión Soviética, por Nursultan Nazarbayev, ha conseguido erradicar la mayoría de vida política alternativa, y a los medios realmente independientes, y la sociedad civil crítica. Los líderes regionales alabaron a Nazarbayev como uno de los líderes que consiguió mantener la estabilidad del país Se mantuvo en el poder durante 30 años, renunció en marzo de 2019 [12] pero siguió en el poder como jefe del Consejo de Seguridad de Kazajistán, hasta que lo destituyeron el 5 de enero, así como del primer ministro y su gabinete. Hay rumores que apuntan a que Nazarbayev puede dejar el país [13].

Los manifestantes aún no han presentado a un portavoz para comenzar un diálogo con los actuales líderes de Kazajistán. La violencia callejera se está extendiendo, y sigue sin estar claro quién está tras estos actos, pues pueden ser manifestantes, o ladrones oportunistas que se aprovechan de las circunstancias para robar y causar daños.

Conmoción en los países vecinos

Mientras la propia Kazajistán está viviendo una situación sin precedentes, los países vecinos miran con inquietud, dado que habían considerado al país como un símbolo de estabilidad política.

Kirguistán, colindante al sur, ha sufrido con frecuencia de disturbios políticos, violencia callejera, y un brutal fin de tres de sus presidentes. Las autoridades de Kazajistán adoptaban normalmente una actitud condescendiente, clasificaban a su pequeño vecino del sur como fuente de constante inestabilidad, como fracaso de Estado, y sin embargo se encuentran ahora con ofrecimientos de ayuda desde Biskek.

Para China, la situación es alarmante dado que Kazajistán es clave en la Iniciativa de la Franja y la Ruta [14], como proveedor de gas y petróleo. El actual presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, es considerado amigo de Pekín, y habla fluidamente chino mandarín. La oposición étnica kazaja, sin embargo, es conocida por su discurso sinófobo [15]. La violencia callejera también podría llevar a la destrucción del los negocios chinos, como ha pasado en Kirguistán.

Cabe destacar que la edición kazaja de People's Daily, periódico que trata oficialmente temas sobre el Gobierno chino, no hace mención alguna de los disturbios, y tan solo ha publicado un anuncio de Tokayev [16] sobre la desaparición de su Gobierno.

También Moscú debe estar siguiendo de cerca la situación. Rusia está actualmente en guerra con Ucrania, consecuencia directa de la Revolución Naranja [17] del 2004-2005, y las manifestaciones Euromaidan [18] del 2013, que fueron testigo del derrocamiento del gobierno ucraniano por motivos similares a los que ahora afectan a Kazajistán: corrupción, una distancia cada vez mayor entre las élites y la gente de a pie, y la ausencia de medios independientes. El presidente ruso, Vladímir Putin, se aprovechó de los acontecimientos en Ucrania, los calificó de precedentes peligrosos que podrían afectar a Rusia, y le da una defensa para invadir y anexar Crimea a Rusia en el 2014, y movilizar y financiar un conflicto en el este de Ucrania. Por ahora, Rusia ha reunido más de 100 000 soldados en su frontera con Ucrania. El desarrollo de los acontecimientos en Kazajistán pueden influenciar la decisión de Rusia de intensificar su ya existente ocupación de territorio ucraniano, o de invadir otras partes del país.

El 5 de enero, Jomart-Tokaev se dirigió [19] a la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva [20] (OTSC) para pedir ayuda. La OTSC es una alianza militar formada por Rusia, Belarús, Armenia, Kazajistán, Kirguistán, y Tayikistán, que se dan apoyo mutuo, y prepara ejercicios militares conjuntos de forma regular.

Como escribió el comentarista político kazajo, Dosym Saptayev, en su cuenta de Instagram [21]:

К.Токаев запросил военную помощь у членов ОДКБ в наведении порядка в своей стране тем самым сделав первый шаг в сторону потери нашего суверенитета. Таким обращением не только показал всю слабость и недееспособность государственной власти в Казахстане, но и становится должником России.

Tokaev ha pedido ayuda militar a los miembros de la OTSC para poder orden en su país, con lo que da el primer paso hacia la pérdida de su soberanía. No solo ha demostrado hasta ahora su debilidad, y el fracaso del Gobierno kazajo, sino que tiene una deuda con Rusia.

Según la agencia de noticias rusa TASS, la OTSC ya ha dado luz verde [22] a enviar fuerzas para mantener la paz en Kazajistán.