Radioescuelas comunitarias: alternativas educativas ante la brecha digital

Niños y niñas del área rural de Bolivia que fueron parte de la Radio Escuela. Foto: Cortesía de CEPRA.

Este artículo fue originalmente publicado en el medio Boliviano aliado Muy Waso y fue editado y republicado por Global Voices.

Desde la llegada del COVID-19 a Bolivia la brecha de acceso a la educación entre escolares de áreas urbanas y rurales se acrecentó. Incluso en las ciudades, esta desigualdad se ahondó entre quienes tienen recursos para sobrellevar la educación virtual.

Durante 2021 las actividades educativas en Bolivia fueron virtuales y semipresenciales a causa de la pandemia, pero cerca del 30% de los y las estudiantes en Bolivia asiste a unidades educativas en zonas rurales donde el acceso a internet y equipos es escaso.

Con la clausura del año escolar y la modalidad a distancia que se aplicó en 2021, se estimó que la tasa de deserción escolar rondaba el 20% en Bolivia, una de las más altas de América Latina y el Caribe. 

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, para 2018, nueve de cada 10 hogares en el área rural no tiene acceso a internet. En las ciudades, el panorama es distinto, pero tampoco el mejor: solo seis de cada 10 hogares cuenta con una conexión a internet.

UNICEF publicó que, según su sondeo de opinión, cuatro de cada diez adolescentes o jóvenes señalaban no estar recibiendo clases por ninguna plataforma de internet.

Niños y niñas del área rural de Bolivia que fueron parte de la Radio Escuela. Foto: Cortesía de CEPRA.

En busca de soluciones

Es ante esta realidad que surge el proyecto radioescuela CEPRA, destinado a la atención de niñes de primaria de 24 municipios del país, con la dotación de materiales educativos.

La radioescuela CEPRA llegó a zonas en las que el Estado, en todos sus niveles, no llegó. Llevaron materiales impresos y radiales (cartillas de trabajo, radiocuentos y radionovelas) que acompañaron de una manera pedagógica el proceso de enseñanza y aprendizaje.

“Por la brecha que se generó por el cierre del año escolar el 2020, cuando se dejó al área rural sin acompañamiento ni seguimiento, este 2021 se intenta hacer una nivelación. (Como disposiciones gubernamentales) se incluyen radios y cartillas educativas pero con un enfoque leccionario. Es decir dando únicamente consignas para los estudiantes”, explica Juan Luis Gutiérrez, coordinador del proyecto de la radioescuela CEPRA.

El proyecto radioescuela de CEPRA busca también reconocer los distintos tipos de inteligencias y formas de aprender que tienen les niñes, “sin calificarles ni adjetivizarles”.

La metodología del proyecto CEPRA alcanzó a niñes en cuatro de los cinco departamentos del país. La radioescuela llegó hasta poblaciones rurales de Potosí, Oruro, Cochabamba y Chuquisaca.

Sus cartillas y productos radiales incluyeron temáticas y personajes de cada de una de estas zonas de Bolivia. La flora y la fauna del lugar fueron protagonistas de la radioescuela. Además, se abordaron problemáticas propias de cada región.

Las actividades del proyecto Cepra contemplaron elementos comunitarios y de la flora y fauna del lugar. Foto: Cortesía de CEPRA.

Un proyecto participativo

El proyecto no solo se enfocó en la distribución de materiales, sino que también incluyó la capacitación de profesores, profesoras, y radialistas de los medios comunitarios. Se sumaron a difundir los contenidos educativos.

“Un total de 24 radios comunitarias tuvieron una hora dedicada al público infantil. Es algo que no se había dado hasta ahora”, subraya Gutiérrez, quien además es especialista en neuroeducación. El camino no fue sencillo. Algunos profesores decían que intentar aplicar este proyecto era “algo más por hacer,” pero otros cooperaron.

Debían evaluar las condiciones de conectividad y revisar si los y las estudiantes tenían señal de internet y señal radial. Esto les permitió hacer intervenciones en los hogares donde identificaron situaciones de violencia.

“Los 15 equipos de educadores que iban a ver e implementar las sesiones de radioescuela, evaluaban qué pasaba en los colegios. En ese proceso vimos situaciones de violencia de maestros, de padres… así que hemos armado espacios de contención psicopedagógica y los pedagogos reforzaron las visitas a las casas”, resalta Gutiérrez.

La iniciativa también buscó implementar valores culturales, comunitarios y medioambientales, bajo la metodología educativa Montessori.

“Nuestro enfoque educativo, más bien, ha venido por incluir más cosas dentro del aula y no darle tanta prioridad al maestro. Queremos acompañar su mirada (del estudiante). Queríamos dignificar las infancias, impulsarles como personas con voz y decisión, para generar bienestar con la educación”, cuenta con entusiasmo Gutiérrez.

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