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La paradoja que amenaza el futuro sin carbón de Ucrania

Categorías: Europa Central y del Este, Ucrania, Ambiente, Desarrollo, Economía y negocios, Guerra y conflicto, Medios ciudadanos
Cherkasy power plant, Cherkasy, Ukraine. Image by Anton Galeta, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons. [1]

Central eléctrica de Cherkasy, Cherkasy, Ucrania. Imagen de Anton Galeta, vía Wikimedia Commons [2] (CC BY-SA 4.0 [3]),

Este artículo [4] de Nazarii Vivcharyk se publicó en openDemocracy el 15 de diciembre de 2021. Se reproduce aquí como parte de una asociación para compartir contenido y se ha editado para adaptarlo al estilo de Global Voices .

Para Oleksiy Bida, director de la central eléctrica, un futuro sin carbón en Ucrania es una «decisión polític»», dice mientras me guía por la central eléctrica alimentada con carbón que proporciona energía al 70 % de casas y edificios del sector público en la ciudad central ucraniana de Cherkasy.

Cherkasy, hogar de casi 300 000 personas a orillas del enorme río Dniéper que atraviesa el país, es una de las muchas ciudades que dependen principalmente de la energía eléctrica generada a partir de carbón en Ucrania. Pero eso podría ponerse en duda con la promesa que hizo en la COP26 [5] el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que dijo que el país, como varios otros, dejará de usar carbón para el 2035. Cómo se llevará a cabo esta promesa todavía está por verse, incluso en Cherkasy.

Bida dice que su planta está lista para usar gas natural, pero si bien es «técnicamente posible», no será «rentable para nuestra compañía ni para los consumidores, ya que habrá un considerable aumento de precios».

Para una transición a una energía alternativa, la central eléctrica de Cherkasy necesitará inversiones, según Bida, y ya le resulta difícil conseguir carbón en la propia Ucrania. Las minas del país en Dombás lo proveían, pero desde el comienzo de la guerra ruso-ucraniana en 2014 muchas minas están en territorios ocupados o inundadas. «Ahora estamos en una situación en la que tenemos el dinero para el carbón, pero no podemos comprarlo», señala Bida.

Los aumentos de precios a los consumidores, los problemas de infraestructura y de suministros, la tecnología, las inversiones y la voluntad política son solo algunas de las dificultades del arduo camino hacia un futuro sin carbón en Ucrania. En realidad, resulta difícil imaginar una transición energética en un país que suele atravesar crisis energéticas. Pero con el compromiso de Ucrania de dejar de usar carbón para el 2035, la discusión debe comenzar a darse hoy mismo.

El punto de vista de Cherkasy

Ucrania es famosa por su carbón o lo fue, al menos. La región minera del país, Dombás, proveyó de parte del carbón de la mejor calidad a la Unión Soviética y luego a la Ucrania independiente. Hoy, debido a la guerra en el este de Ucrania, unas 39 minas de Dombás están inundadas, según la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) [6]. Esto se traduce en inconvenientes con el suministro y la calidad, que ya se sienten en Cherkasy donde hay problemas de contaminación y bajas temperaturas.

«La situación en Ucrania en su totalidad, y aquí en Cherkasy, es crítica», declaró [7] recientemente Anatoliy Bondarenko, alcalde de Cherkasy. «No tenemos suficiente carbón y el que se trae de Polonia no tiene el valor calórico adecuado por lo que nuestros edificios suelen estar fríos».

Pavlo Karas, director de la compañía de infraestructura eléctrica pública de la ciudad, informó recientemente que, con el alejamiento del carbón del Gobierno ucraniano, la central eléctrica alimentada con carbón de Cherkasy funcionará solo unos 10 a 20 años más y luego cerrará. La compañía de Karas funciona con gas y calienta significativamente menos hogares de la ciudad, pero tiene una central térmica que se podría reconstruir y volver a poner en funcionamiento.

Sin embargo, los problemas actuales de Cherkasy de calefacción de la ciudad parecen desviar la atención de la situación a largo plazo, según el teniente alcalde Viktor Bezzubenko,: «Nuestra central puede funcionar con gas y carbón, pero solo se consigue la mitad del carbón que se necesita ahora. Se necesitan 60 000 toneladas por mes y se obtienen 30 000. Por eso, para que la ciudad esté caliente, tenemos que usar gas y es más caro».

Bida confirma que su planta tiene los fondos para comprar carbón, pero no consigue el material de la calidad que necesita: «Nos hemos comunicado con las minas estatales, queremos comprar carbón ucraniano de Pavlograd como antes, pero, lamentablemente, no podemos».

Además, la introducción de nuevos procesos de mercado en el sector energético recién está en una etapa inicial y ha tenido efectos negativos, dice el experto Viktor Kurtev. «El sistema no solo está desequilibrado técnicamente, también lo está financieramente», afirma Kurtev refiriéndose a las importantes deudas de las compañías energéticas ucranianas. «El sistema de gestión energética ha sido destruido, y no estamos hablando solo de oligarcas. También es responsabilidad del Gobierno».

El presidente Zelenski, por su parte, ordenó a las compañías y los medios ucranianos que dejaran de difundir noticias sobre los problemas de suministro de carbón y gas. «En algún momento nuestra paciencia se terminará y comenzará un período horrible para muchos», declaró.

openDemocracy consultó al Ministerio de Energía de Ucrania su posición respecto al compromiso del país de dejar de usar carbón. Respondieron que el compromiso ucraniano de una eliminación gradual «no asumió obligaciones estrictas y no significa un rechazo total del carbón», sino que conduciría a «un diálogo entre gobiernos, compañías y autoridades locales para alejarse del carbón de una manera sostenible y económicamente inclusiva».

Esto significaría un final para «el uso no compensado del carbón para la producción de energía», según dijeron fuentes del ministerio.

Más carbón para un futuro sin carbón

Ucrania enfrenta una paradoja: por un lado, el país no tiene el carbón necesario para alimentar sus centrales eléctricas y, por otro lado, debe prepararse para una situación en la que necesite muchísimo menos carbón que ahora. Esto es si va a cumplir su objetivo de 2035 de eliminación gradual y el objetivo del presidente de neutralidad climática para 2060.

Fuera de Cherkasy, no hay señales claras de soluciones posibles para la crisis energética a pesar de no coincidir con los compromisos del Gobierno central. La ciudad de Vatutine, ubicada a unos 100 km de Cherkasy que alberga aproximadamente 15 000 personas, está a punto de cumplir 25 años de haber cerrado sus minas de carbón aunque, según me comentan los vecinos del lugar, todavía hay razones para considerar volver a abrirlas.

A pesar de que la ciudad tenía su propio complejo minero de carbón, no tenía la calidad del carbón de Dombás y, por eso, Vatutine también funcionaba como fábrica de briquetas de carbón, me cuenta Vasyl Cherkashyn, un minero con dos décadas de experiencia. Esas briquetas se usaban para dar calefacción a la ciudad, y también a los pueblos de los alrededores. Desde que las minas cerraron a finales de la década 1990, «se han derrumbado o inundado y la fábrica de briquetas ha sido desarmada».

Si bien la región de Cherkasy tenía su propia reserva de carbón, con el tiempo hizo el cambio por el gas ruso como principal fuente de energía, que era muy promocionado en ese momento, dice Yuri Hromovski, exmiembro del concejo regional que nació en Vatutine. «Al comienzo, estaba bien, porque el gas [ruso] era más barato. Pero luego comenzamos a discutir si no deberíamos volver a extraer carbón de algún lugar cercano. Después de todo, seguimos importando carbón de América del Sur y demás».

En menor escala, el pueblo de Stepantsy, más al norte de Cherkasy, está probando nuevas alternativas al carbón. Para hacer frente a sus propios problemas de calefacción, el pueblo ahora produce sus propios gránulos para calefacción con maderas de los bosques de los alrededores.

«El precio de los gránulos ahora es de aproximadamente 6000 grivnas [unos 220 dólares estadounidenses] por tonelada. Son más baratos que el gas o la electricidad», dice Volodymyr Mitsuk, jefe de la asociación regional de comunidades territoriales, quien recientemente ordenó a las administraciones de los pueblos de la región que comenzaran a usar formas alternativas de energía.

Oleksandr Yaremenko, alcalde de Stepantsy, dice que los gránulos no alcanzan para cubrir las necesidad de calefacción del pueblo entero por lo que todavía tienen que usar gas y carbón. Sin embargo, en 2021, por los problemas de suministros de carbón y gas comenzaron a hacer sus propios combustibles. El pueblo estuvo trabajando para lograr una transición de las oficinas del sector público a combustibles alternativos antes de la llegada de la temporada fría de 2022, agrega Yaremenko.

En otras zonas de la región, hay 33 plantas de generación de energía solar y 13 pequeñas plantas de energía hidráulica, aunque con las plantas de energía solar conectadas a la red eléctrica nacional no llegan a cumplir con las necesidades de la región. «Para algunas personas, esto es un negocio o una ayuda financiera adicional. Quienes tienen energía extra la venden al centro y reciben dinero», dice Serhiy Chuban, director de infraestructura de la administración regional de Cherkasy.

Mientras tanto, el Ministerio de Energía de Ucrania ha declarado que está trabajando para aumentar la capacidad de energía atómica del país e integrar energía alternativa. Ciertamente, ahora planea construir nuevos generadores de energía nuclear [8] junto a la compañía estadounidense Westinghouse. Dentro de esos planes se encuentra el pueblo de Orbita de la región de Cherkasy, que alberga un reactor que quedó inconcluso.

Así, mientras los precios de la electricidad continúa aumentando y los ucranianos siguen enfrentando la falta de combustibles [9], Ucrania espera nuevas provisiones de carbón e importaciones de energía de Belarús. Los planes del Gobierno ucraniano de generación de nuevas formas de energía son importantes, pero hasta que los implementen son solo eso: planes.