Muerte de estudiante desata debate sobre viviendas gestionadas por comunidades religiosas en Turquía

Advertencia de contenido: Este artículo contiene menciones al suicidio, al asesinato y a problemas de salud mental.

Enes Kara, de 19 años, era estudiante de segundo año de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Elazığ Fırat. El 11 de enero, Kara se suicidó. En una grabación de video que el joven dejó, explicaba el insoportable adoctrinamiento obligatorio en la vivienda para estudiantes a la que le envió su familia, y la falta de esperanza en su futuro. «He perdido toda mi alegría de vivir y mi entusiasmo en la situación en la que me he encontrado», decía Kara en el video.

Su video se hizo viral en las redes sociales y recordó a los espectadores los casos anteriores de violencia, abusos y muertes en viviendas estudiantiles gestionadas por comunidades religiosas en los últimos años.

En diciembre de 2021, un estudiante de ingeniería informática de 18 años fue decapitado por un cocinero que trabajaba en la residencia, que estaba gestionada por una secta religiosa. Con la muerte de Kara, surgió la polémica sobre las residencias privadas gestionadas por comunidades religiosas, y los críticos piden al gobernante Partido Justicia y Desarrollo que suprima por completo estas residencias y las convierta en residencias estudiantiles públicas. Como instituciones privadas, estas comunidades están poco reguladas o supervisadas por el Gobierno, en comparación con las viviendas públicas.

Viviendas para estudiantes gestionadas por comunidades religiosas

Kara vivía en una vivienda de la hermandad (tarikat) del movimiento islámico Nur. Existen numerosas comunidades de viviendas religiosas en el país, «gestionadas por órdenes religiosas conocidas como ‘tarikats’ y las hermandades conocidas como ‘cemaat'», explica la periodista Amberin Zaman en su reportaje para AlMonitor.

Según el investigador Salim Çevik, el gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP) «mantiene una relación especial [con estas comunidades] basada en una política de zanahorias y palos». Esta política consiste en gran medida en que el partido gobernante pone «recursos estatales a disposición de estas comunidades religiosas a cambio de apoyo electoral», opina Çevik. Y añade:

One typical aspect of such government support is providing land and direct finan­cial support for formal institutions built up by religious organisations. These include a wide range of institutions, including schools, universities, dormitories, Quran schools, and media organisations. A second type of support involves opening up state cadres exclusively to certain religious or­ganisations.

Uno de los aspectos típicos de este tipo de apoyo gubernamental es el suministro de terrenos y la ayuda financiera directa a las instituciones formales creadas por las organizaciones religiosas. Se trata de un amplio abanico de instituciones, como escuelas, universidades, residencias, escuelas coránicas y medios de comunicación. Un segundo tipo de apoyo consiste en abrir los cuadros del Estado exclusivamente a determinadas organizaciones religiosas.

Hay aproximadamente 30 comunidades y sectas religiosas en Turquía, según Esergül Balcı, profesor de la Universidad Dokuz Eylül, que publicó un trabajo de investigación en 2018 sobre cómo las comunidades religiosas, las sectas religiosas y los cultos influyeron en el sistema educativo de Turquía, con más de 400 ramas y 800 madrasas (escuela religiosa islámica) repartidas por todo el país. Según las conclusiones de Balci, estas sectas religiosas florecieron bajo el partido gobernante AKP.

Por su parte, la periodista Amberin Zaman informó que bajo el mandato del exjefe del departamento de educación religiosa, Nazif Yilmaz, recién nombrado viceministro de Educación y que estaba en su antiguo cargo desde 2014, el número de escuelas medias de formación clerical islámica pasó de 1036 a unas 3427.

En el momento de su investigación, Balcı descubrió que más de 2,5 millones de turcos tenían alguna afiliación con estas sectas religiosas y que un «tercio de las 10 000 escuelas privadas de Turquía tenían vínculos con al menos una fraternidad». Lo mismo ocurría con 2800 de las 4000 residencias universitarias privadas del país». Todavía se desconoce el número exacto de viviendas gestionadas por estos grupos. Como resultado, «se dice que las sectas operan miles de [dormitorios] en el país», y «no pueden ser inspeccionados», informó Gazete Duvar.

En su libro de 2019 sobre el tema, el periodista de investigación Timur Soykan dijo que estos grupos han disfrutado de una «edad de oro» con el partido gobernante.

Estas residencias son también las más baratas. Los estudiantes de familias con menos medios económicos, que no pueden encontrar alojamiento en las residencias del Gobierno, a menudo no tienen otra opción que alojarse en viviendas de comunidades religiosas.

Pero el bajo precio viene con condiciones. Hay clases específicas que los estudiantes deben tomar, y reglas y deberes que deben cumplir. En una entrevista con Gazete Duvar, el presidente del Sindicato de Empleadores de Servicios de Dormitorios y Viviendas Privadas (TÜYİS), Umut Gezici, dijo que «las familias no son conscientes de los peligros que les esperan a sus hijos en estos dormitorios, pero no les queda otra opción, ya que ofrecen medios de alojamiento relativamente baratos».

En su video, Kara dijo que le obligaban a rezar cinco veces al día y a asistir a clases de religión. Pasaba su poco tiempo libre estudiando para sus clases.

Más del 80&mnsp;% de nuestra gente dice que no entregará a sus hijos a los dormitorios de congregaciones y sectas. El 7 % dicen que pueden dar si estoy desesperado.
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Mucha rabia y tristeza en Turquía por el suicidio del universitario de 20 años EnesKara después de detallar la angustia que encontró al vivir en un dormitorio dirigido por una secta religiosa. Según la encuesta, el 82 % de los turcos no enviaría a sus hijos a este tipo de residencias.

Reacciones públicas

La Asociación de Psiquiatría de Turquía (PAT) afirmó en un comunicado que «es una obligación pública garantizar que los jóvenes se beneficien de una educación de calidad, vivienda, alimentación y servicios de apoyo psicosocial», informó la plataforma de noticias en línea Bianet.

Los compañeros de universidad de Kara leyeron una carta en la que expresaban su tristeza. «¿Cuántas pérdidas más debemos sufrir hasta que hagamos algo? ¿Cuántas risas más de jóvenes deben desvanecerse? Exigimos que se aborde esta situación y que las familias, los profesores y la administración hagan algo al respecto. Estamos hoy aquí como estudiantes de la Facultad de Medicina de Fırat y como amigos de Enes. Siempre tendrá 19 años».

Los partidos de la oposición también han criticado la falta de viviendas estudiantiles financiadas por el Gobierno y de opciones para los estudiantes que se ven obligados a vivir en dormitorios privados o viviendas religiosas. El líder del Partido Deva, y expolítico del partido gobernante, Ali Babacan, tuiteó:

Hasta que la juventud de este país pueda actuar de acuerdo con sus propias mentes y creencias, y asegure su independencia intelectual y económica, ninguno de nosotros será libre.

Estoy muy triste Lo siento por su pérdida..

Mientras tanto, el partido gobernante acusó a la oposición de llamar intencionalmente a la «venganza ideológica y la división». Durante las protestas por la crisis de la vivienda de septiembre de 2021, el partido gobernante acusó a los estudiantes de mentir sobre la escasez de alojamiento. Al parecer, el ministro del Interior, Suleyman Soylu, los calificó de «provocadores profesionales» y los acusó de estar afiliados a varios grupos terroristas y al movimiento LGBTQ+, informó el periodista Nazlan Ertan para AlMonitor.

Según un informe publicado por SODEVA GENC –rama juvenil de la Fundación para los Socialdemócratas– la capacidad de los dormitorios públicos disminuyó drásticamente en Turquía desde 2020. «Entre 2020-2021 se cerraron al menos 20 dormitorios operados por la Institución de Crédito e Internado de Educación Superior (KYK) del Ministerio de Educación».

En una entrevista con AlMonitor, Selim Cankara, portavoz de SODEV GENC y estudiante de relaciones internacionales, dijo: «En el último decenio, hemos visto un fuerte aumento en el número de dormitorios o casas de estudiantes dirigidas por fundaciones religiosas. Nuestro informe ha hecho una estimación conservadora de que el 17 % de todas las residencias estudiantiles pertenecen a estas sectas religiosas, pero incluso esto puede estar subestimado».

La causa número uno del suicidio es la depresión no tratada. La depresión es tratable y el suicidio se puede prevenir. Puedes obtener ayuda en las líneas de apoyo confidenciales para los suicidas y las personas en crisis emocional. Visita Befrienders.org para encontrar una línea de ayuda para la prevención del suicidio en tu país.

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