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Inminente edición británica de «Capitalismo y esclavitud» es noticia en el mundo, pero el Caribe siempre ha conocido el valor de este libro

Categorías: Caribe, Trinidad y Tobago, Economía y negocios, Etnicidad y raza, Historia, Ideas, Medios ciudadanos, Trabajo

«Capitalismo y esclavitud» de Eric Williams, novena edición británica de André Deutsch (1990). Foto de Nicholas Laughlin, utilizada con autorización.

Capitalismo y esclavitud, la publicación impresa [1] de la tesis doctoral de Eric Williams [2], es conocida por argumentar que el declive del comercio transatlántico de esclavos se precipitó, no por la repentina iluminación moral ni la sensibilización de los propietarios de esclavos, como afirma [3] la narrativa británica predominante, sino más bien por consideraciones económicas.

Williams, que luego fue primer ministro de Trinidad y Tobago, planteó un convincente caso a partir de este revolucionario argumento a finales de la década de 1930, durante su época en la universidad de Óxford. Williams describió su trabajo como «primero, un estudio de la historia económica inglesa y segundo, en la historia de las Indias Occidentales y los negros […] un estudio de la contribución de la esclavitud al desarrollo del capitalismo británico».

El libro, a años luz de su época cuando se publicó por primera vez [4] en Estados Unidos en 1944, despierta actualmente un nuevo interés después de que el UK Observer [5] y The Guardian afirmaran erróneamente [6] a fines de enero de 2022 que después de más de 80 años, la revolucionaria obra había conseguido finalmente un editor británico.

No obstante, como señaló [7] el trinitense Reginald Dumas en una carta al editor de Trinidad and Tobago Newsday, su copia del libro «especifica muy claramente que fue publicado por André Deutsch, de 105 Great Russell Street, Londres, en 1964″. A su vez, el escritor y académico británico Paul Gilroy tuiteó:

Fui a la Universidad de Carolina del Norte, uno de los principales baluartes del liberalismo intelectual estadounidense, especialmente en el campo de estudios sobre los negros. La prensa había publicado recientemente dos excelentes estudios sobre la esclavitud. Su aceptación no se hizo esperar. La Universidad solicitó una subvención de 700 dólares, reembolsable bajo ciertas condiciones; el dinero fue adelantado por cuatro amigos míos de las Indias Occidentales. Bastará aquí con decir que la subvención se devolvió en menos de doce meses, que una segunda impresión apareció al año de la primera y que, año tras año, hasta que se agotó la segunda impresión, cada seis meses recibí un pago de derechos. A partir de entonces, los derechos se vendieron a otra editorial, Russell and Russell, que sacó una nueva edición en 1961 y una segunda impresión en 1967, mientras que en 1966 apareció un libro de bolsillo en Capricorn Books.
El libro apareció en Inglaterra en 1964, publicado por André Deutsch. Actualmente existen ediciones en ruso, japonés y francés.
El libro se publicó en noviembre de 1944 y tuvo un éxito instantáneo. Gerald W. Johnson, de New York Herald Tribune, fue el primero en hacerlo, el 7 de diciembre de 1944, describiendo la obra como…
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La autobiografía de Eric Williams desmiente la idiotez de ayer en The Observer.

The Guardian publicó una corrección [6] en la que subsanaba el titular y el artículo original que erróneamente afirmaba que Capitalismo y esclavitud se había publicado por primera vez en el Reino Unido «en 1966, cuando una pequeña editorial universitaria imprimió una edición muy limitada», y señaló que:

It was published in 1964 and then reprinted a number of times; and the André Deutsch publishing house was not a university press.

Se publicó en 1964 y se reimprimió numerosas veces; y André Deutsch no era una editorial universitaria.

Pero para muchos caribeños, el hecho de que el libro disfrute de un resurgimiento [10] no es ninguna sorpresa. En el festival literario Bocas Lit Fest [11], celebrado en Trinidad y Tobago en 2019, cuando el libro cumplió 75 años de publicado, hubo un debate [12] sobre Capitalismo y esclavitud dentro del segmento «Grandes ideas» de Bocas. El evento, probablemente el principal acontecimiento de este tipo en la región, atribuyó al libro «el cambio en la forma en que entendemos el colonialismo, el Imperio Británico, la institución de la esclavitud y la razón de la emancipación».

El panel, presidido por la académica Gabrielle Hosein [13], estuvo compuesto de los historiadores Selwyn Cudjoe [14]Heather Cateau [15], además del escritor Caryl Phillips [16]. Nicholas Laughlin, director del festival presentó el libro [12] como «una obra de historia económica basada sobre todo en cosas como estadísticas de comercio (…) pero que también tiene un significado cultural más amplio por el argumento que aporta, el área que cubre y su forma de encajar en la comprensión contemporánea de nuestro pasado, pero también de nuestro presente».

El tono del libro se refleja mejor en una cita del propio Williams, que el moderador utilizó para iniciar el debate:

The West Indian historian of the future has a crucial role to play in the education of the West Indian people in their own history, and in the merciless exposure of the shams, the inconsistencies, the prejudices of metropolitan historians.

El historiador de las Indias Occidentales del futuro tiene un papel crucial en la educación de la gente de las Indias Occidentales en su propia historia, y en la cruda exposición de las falsedades, las incoherencias, los prejuicios de los historiadores metropolitanos.

El panelista Selwyn Cudjoe, que elogió el libro por «dar voz a quienes no la tienen», planteó al principio que Capitalismo y esclavitud «no trata de historia y hechos obsoletos, sino del intento filosófico de entender un fenómeno social concreto».

Caryl Phillips, el único novelista del panel, reconoció las formas en las que los escritores se apoyan a menudo en historiadores como Williams, que una vez dijo que «la Historia es la ciencia básica», lo que Phillips interpreta como «si no entendemos las distintas fuerzas que han dado forma a nuestro pasado, es imposible que entendamos el presente [y por tanto] no hay posibilidad de moldear el futuro (…) sobre todo en el contexto del Caribe, donde buena parte de nuestra historia ha sido corrompida y tergiversada por otros que han interpretado nuestras vidas por nosotros».

Admitiendo que nunca lo ha considerado un libro fácil de leer, la historiadora Heather Cateau lo describió como un texto con varias capas que en su nivel más básico dice que «así es el mundo». También afirmó que solo alguien como Williams, con su particular experiencia como negro educado y viajado, nacido durante el colonialismo, podría haber escrito el libro, a lo que Phillis añadió que, al igual que su compatriota C.L.R. James [17], Williams tenía un profundo amor al idioma inglés, que se aprecia claramente en el texto.

Respecto al tema de la emancipación, el punto económico en el que se apoyaba, y la cuestión de si llegó «de arriba» o «de abajo», Cateau explicó:

The [restless] action of the enslaved towards Emancipation was preempted with official Emancipation from above; however […] if they did not move to create Emancipation from above, they would not have been able to maintain economic control. Hence, we have an Emancipation Act that does not speak anything about freedom and equality; it speaks about economics.

La [constante] acción de los esclavizados en pos de la emancipación se contrarrestó con la emancipación oficial desde arriba; no obstante, (…) si los de arriba no se hubieran movido hacia la emancipación, no hubieran sido capaces de mantener el control económico. Por tanto, tenemos una Ley de Emancipación que no dice nada sobre libertad e igualdad: habla de economía.

En cuanto a la trascendencia contemporánea del libro, Phillips dice que ahora se considera «una verdad irrefutable» que la esclavitud financió la Revolución Industrial. Para Cateau, Williams advirtió que siguen vigentes «las ideas desarrolladas sobre esos intereses». En la conclusión del libro, dice Williams, «Tenemos que guardarnos contra esos viejos prejuicios, pero también contra los nuevos que se crean constantemente. Ninguna época está exenta».

En una era en que los afroamericanos han tenido que crear movimientos para hacer ver a sus compatriotas que «las vidas negras importan» (Black lives matter [18]), las palabras de Williams aún son válidas, y lo consolidan como el visionario que fue:

[These points] are not offered as solutions [to] present-day problems. They are noted as guideposts that emerge from the charting of another sea which was, in its time, as stormy as our own. The historians neither make nor guide history [but] if they do not learn something from history, the activities would be cultural decoration or a pleasant pastime, equally useless in these troubled times.

[Estos puntos] no se ofrecen como solución a problemas actuales. Se listan como postes indicadores que emergen de la carta de navegación de otro mar que fue, en su momento, tan tormentoso como el nuestro. Los historiadores no hacen ni guían la historia [pero] si no aprenden algo de eso, las actividades serán decoración cultural o un agradable pasatiempo, ambos igualmente inútiles en estos tiempos revueltos.

Puedes ver todo el panel de debate aquí [12].