Nuestro activismo no se detendrá»: Movimiento Oyan relata protestas de enero en Kazajistán

Dentro de un círculo policial, Darkhan Sharipov con un cartel «1986 no olvides 2011″ en relación con dos acontecimientos históricos de la represión estatal en Kazajistán: «Zheltoksan» y «Zhanaozen«. Foto de los archivos personales de Sharipov. Usada con autprozación.

Internet vuelve a funcionar tras un apagón de cinco días en Almaty, escenario de los enfrentamientos urbanos más sangrientos de la historia de Kazajistán. Así pues, los activistas vuelven a estar en línea e intentan hacer oír su voz con sus relatos sobre los días de protestas que sacudieron el país y los días de violencia que atemorizaron a Almaty.

¡Global Voices habló con Darkhan Sharipov, activista del grupo juvenil Oyan, Qazaqstan! («¡Despierta, Kazajistán!», en adelante solo Oyan), que surgió en 2019 tras la renuncia del longevo presidente Nursultan Nazarbayev. Durante casi tres años desde su formación, Oyan organizó manifestaciones, marchas por los derechos civiles (desafiando la normativa restrictiva sobre reuniones pacíficas) y representaciones artísticas de protesta.

El 16 de diciembre de 2021, los activistas de Oyan actuaron como blancos pacíficos de una sangrienta represión, en duelo por el décimo aniversario de los disparos de la Policía en Zhanaozen, ciudad petrolera del oeste del país. Foto de los archivos de Sharipov. Usada con autprozación.

Tras las manifestaciones de protesta de enero, que fueron tomadas por grupos violentos, los activistas de Oyan fueron calificados de instigadores de los disturbios. «Está claro para todos que Oyan Qazaqstan y el Partido Democrático de [Zhanbolat] Mamai, que no está registrado, fueron cómplices de los terroristas y los saqueadores», declaró Marat Shibutov, analista político cercano a la dirección del país, en su canal de Telegram.

Los activistas de Oyan hacen esta afirmación por considerarla infundada y posiblemente impulsada por la agenda política de Shibutov contra ellos, sobre todo teniendo en cuenta que Shibutov no estaba en las calles con ellos.

Durante su discurso a la nación del 7 de enero, el presidente Kassym-Jomart Tokayev acusó a los activistas civiles de abusar de las libertades que se les habían concedido.

Some so called “defenders of human rights” and “activists” put themselves above the law and believe that they have the right to gather where they want and say what they want.

Algunos de los llamados «defensores de los derechos humanos» y «activistas» se ponen por encima de la ley y creen que tienen derecho a reunirse donde quieran y decir lo que quieran.

Aunque Tokayev no dio nombres, estaba claro que Oyan estaba que sus palabras estaban dirigidas a ellos, entre otros.

Durante una entrevista telefónica, Sharipov, contador de 32 años que vive en Almaty, explicó cómo se reunieron en concentraciones pacíficas, cómo se encontraron con una fuerte resistencia policial y cómo fueron testigos de la destrucción de Almaty desde la barrera.

GV: Vayamos en orden. El 4 de enero, los activistas de Oyan manifestaron por las calles de Almaty.

Sharipov: Yes, we wanted to show our solidarity with the people of Zhanaozen, who came out in protest the days before for the increase of the price of fuel. We remembered what happened the last time there was a mass protest in that city: in 2011, the state ordered the shooting of unarmed citizens; we did not want that to repeat. We first gathered in the Park of the First President [in the south-western part of the city] and walked north. We started with a few dozen, and we were joined by hundreds of people as we walked. On the other side of the city, at Almaty Arena, members of Oyan joined another peaceful rally, which directed the crowd to the city center. The city was already cordoned off with hundreds, maybe thousands of police forces.

Sharipov: Sí, queríamos mostrar nuestra solidaridad con los habitantes de Zhanaozen, que salieron a protestar en estos días por el aumento del precio del combustible. Recordamos lo que ocurrió la última vez que hubo una protesta masiva en esa ciudad: en 2011, el Estado ordenó disparar contra ciudadanos desarmados; no queríamos que eso se repitiera. Primero nos reunimos en el parque del Primer Presidente [suroeste de la ciudad] y caminamos hacia el norte. Empezamos con pocas docenas, y se nos unieron cientos de personas mientras caminábamos. Al otro lado de la ciudad, en Almaty Arena, los miembros de Oyan se unieron a otra concentración pacífica, que dirigió a la multitud hacia el centro de la ciudad. La ciudad ya estaba acordonada con cientos, quizá miles, de efectivos policiales.

GV: Cantaban «¡Oyan, Qazaqstan!» y expresaban sus reivindicaciones políticas. ¿Cómo reaccionó la Policía?

Sharipov: We have our own political demands, which we have expressed for the past three years in all our actions. We want reforms, a multi-party system, and a parliamentary republic. After a long walk, the first crowd was met by special security forces, which stopped us and dragged us into their vans. Eighteen of our members were among the detained people that were transferred to a nearby police station. Our activists then went to the station to request the release of our comrades. Those who were taken in for questioning were treated fairly respectfully. Finally, at 3 a.m. we were told that we could only be released if we left our phones in the station for the night. The police understood that the demonstrators in the protest were communicating via Telegram, WhatsApp, and Instagram, and the crowds were growing. We agreed and left our phones, moving to join our second group, in the city center. The tension there was higher, as the police was pushing back against the demonstrators.

Sharipov: Tenemos nuestras propias demandas políticas, que hemos expresado durante los últimos tres años en todas nuestras acciones. Queremos reformas, un sistema multipartidista y una república parlamentaria. Tras una larga caminata, la primera multitud fue recibida por las fuerzas especiales de seguridad, que nos detuvieron y nos arrastraron a sus furgonetas. Dieciocho de nuestros miembros estaban entre los detenidos que fueron trasladados a una comisaría cercana. Nuestros activistas se dirigieron entonces a la comisaría para pedir la liberación de nuestros compañeros. A quienes llevaron para ser interrogados los trataron con bastante respeto. Finalmente, a las 3 de la mañana nos dijeron que solo nos podrían liberar si dejábamos nuestros teléfonos en la comisaría toda la noche. La Policía comprendió que los manifestantes de la protesta se comunicaban a través de Telegram, WhatsApp e Instagram, y que la multitud estaba creciendo. Aceptamos y dejamos nuestros teléfonos, para unirnos a nuestro segundo grupo, en el centro de la ciudad. La tensión ahí era mayor, ya que la Policía estaba enfrentando a los manifestantes.

GV: La protesta pacífica del 4 de enero se transformó en disturbios el 5 de enero. ¿Cómo ocurrió esto?

Sharipov: We went back to the Republic Square in the city center on January 5, late in the morning. We found a different crowd. The akimat [the city government building] was already in flames. Three fire trucks appeared, but with people draped with Kazakh flags on the top. The crowd followed them. Then a tractor appeared, directed to the presidential residence, not too far from the burning akimat. The crowd had pushed back against the police. There were already shootings, we saw wounded people in a pool of blood.

Sharipov: Volvimos a la Plaza de la República en el centro de la ciudad el 5 de enero, a última hora de la mañana. Encontramos una multitud diferente. El akimat [edificio del Gobierno de la ciudad] ya estaba en llamas. Aparecieron tres camiones de bomberos, pero con personas ataviadas con banderas kazajas arriba. La multitud los siguió. Entonces apareció un tractor dirigido a la residencia presidencial, no muy lejos del akimat en llamas. La multitud se había enfrentado a la Policía. Ya había disparos, vimos heridos en un charco de sangre.

GV: ¿Qué pasó entonces? ¿Y qué pasó al día siguiente?

Sharipov: We left the square. The chaos was unbearable and we were scared. The following day, other activists rallied peacefully with banners begging the police not to shoot. «We are simple people. We are not terrorists!!!» but bullets were flying. At this point we had nothing to do with the protest.

Sharipov: Dejamos la plaza. El caos era insoportable y teníamos miedo. Al día siguiente, otros activistas se manifestaron pacíficamente con pancartas en las que pedían a la policía que no disparara. «Somos gente sencilla. No somos terroristas», pero las balas volaban. En ese momento no teníamos nada que hacer con la protesta.

 

DECLARACIÓN OFICIAL
¡OYÁN, QAZAQSTÁN!

GV: Una vez que volvió la conexión a internet, unos días después, te encontraste entre los ataques de un analista político y el ataque directo de Tokayev, que culpó de los disturbios a los activistas, a los defensores de los derechos humanos y a los periodistas. ¿Qué crees que pasará después?

Sharipov: Our activism won't stop for sure. We heard the accusations and reject them. We have never broken the law since our formation almost three years ago. Tokayev's speech has already had consequences: journalists across the country are being detained and questioned for having reported on the protests. We are scared that they could come after us now. The authorities know us well. When I was in the square, I was spotted because I had a red jacket. They knew who I was.

For us, now, the goal is to continue being active and try to be even more transparent about our objectives and vocal in our rejection of violence. We don't know what is happening to the elites and to the system itself. But we don't expect our lives to become easier.

Sharipov: Nuestro activismo no se detendrá, con certeza. Hemos escuchado las acusaciones y las rechazamos. Nunca hemos infringido la ley desde nuestra formación, hace casi tres años. El discurso de Tokayev ya ha tenido consecuencias: a los periodistas de todo el país los están deteniendo e interrogando por haber informado sobre las protestas. Tenemos miedo de que ahora vengan por nosotros. Las autoridades nos conocen bien. Cuando estaba en la plaza, me vieron porque tenía puesta una chaqueta roja. Sabían quién era.

Para nosotros, ahora el objetivo es seguir siendo activos e intentar ser aún más transparentes en nuestros objetivos y manifestar nuestro rechazo a la violencia. No sabemos qué está pasando con las élites y con el propio sistema. Pero no esperamos que nuestras vidas sean más fáciles.

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